La junta militar condena a 5 años de prisión a Suu Kyi por corrupción

El martillo pilón de la equidad golpista birmana asestó este miércoles un nuevo mazazo al condenar a cinco abriles de calabozo por corrupción a la líder derrocada, Aung San Suu Kyi. La causa, una más de las casi 20 abiertas contra ella desde que la depusieron por la fuerza, son ampliamente consideradas como un intento de los militares por desterrar de una vez por todas a la nobel de la paz de la arena política.

En este proceso en concreto, Suu Kyi está acusada de aceptar sobornos por valía de 600.000 dólares y 11,4 kilogramos de oro de manos del exgobernador de Rangún, Phyo Min Thein. Durante una confesión televisada pocas semanas a posteriori de la asonada, el político aseguró que visitó la casa de La Dama -como se conoce a Suu Kyi en Birmania- en tres ocasiones entre 2017 y 2018 y que, en cada una de ellas, le entregó bolsas que contenían lingotes de oro, fajos de billetes y costosos artículos de seda.

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Suu Kyi está acusada de aceptar sobornos por valía de 600.000 dólares y 11,4 kilogramos de oro

Según sus palabras de entonces, le hizo entrega de los obsequios para ganarse su ayuda, diciéndole que podía usar el boleto para “sus micción personales” o financiar su partido político -la Combinación Franquista para la Democracia (LND)- o la fundación benéfica que estableció en nombre de su religiosa.

La reproche fue tildada desde un principio de “absurda” por la imputada. Pero eso no evitó que el proceso siguiera delante a puerta cerrada y que un tribunal específico de Naipyidó, creado por la sociedad marcial para juzgarla a ella y a otros cargos de su Gobierno, la condenaran esta mañana a cinco abriles de prisión.

El defecto no es una sorpresa para esta mujer de 76 abriles, que desde el trastazo de Estado sufre una continua campaña de acoso legislativo con la que intentan excavar su reputación. En total, la nobel se enfrenta a casi una veintena de causas, que incluyen desde infracciones menores a graves acusaciones de corrupción, fraude electoral o la violación de la ley de secretos oficiales. Todos los delitos en su conjunto suman penas de más de 160 abriles de calabozo.

A principios de diciembre, la política ya fue condenada a cuatro abriles de calabozo -luego rebajados a dos tras acoger un perdón de la sociedad militar- por vulnerar las leyes de seguridad contra la pandemia. Poco a posteriori, el 10 de enero, recibió otra pena de cuatro abriles de calabozo por saltarse las normas contra la propagación de la covid durante un acto de campaña y por la importación ilegal de varios walkie-talkies.

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Suu Kyi se enfrenta a casi 20 causas que juntas suman penas de más de 160 abriles de calabozo

Sus abogados, a los que la sociedad marcial ha prohibido musitar con los medios de comunicación, han calificado de fabricación todas las acusaciones presentadas en su contra, una postura respaldada por numerosas organizaciones de derechos humanos y algunos Gobiernos extranjeros.

Hija del fundador del país, el normal Aung San, La Dama alcanzó el status de icono de la democracia internacional tras acontecer 15 abriles bajo arresto domiciliario entre 1989 y 2010 a manos de los militares, que gobernaron el país con puño de hierro más de medio siglo.

Tras la tímida transigencia democrática iniciada la pasada plazo, Suu Kyi se erigió en la líder natural del proceso. Bajo su mando, la LND arrasó en todas las citas electorales, y ella se convirtió en la jefa de facto del Gobierno. Su medra, aplaudido en el extranjero al principio, se vio empañado por su renuencia a despellejar la campaña de exterminación de los uniformados contra la minoría rohinyá en 2017.

Tras su rotundo triunfo en los últimos comicios generales celebrados en noviembre de 2020, los militares alegaron un supuesto fraude electoral para protagonizar un trastazo de Estado unos meses más tarde. Las protestas callejeras en su contra, pacíficas al principio, fueron ahogadas a parentesco y fuego.

Desde entonces, la Asociación de Socorro a los Presos Políticos birmanos calcula que las fuerzas de seguridad han matado a unos 1.800 civiles y mantiene retenidos a unos 10.300 presos políticos. Durante este tiempo, la riqueza del país se ha derrumbado y han surgido numerosas guerrillas que combaten a los soldados regulares con el apoyo de algunos grupos armados de las regiones étnicas de la periferia.

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