Isabel II no verá su annus horribilis en esencia de ficción. The Crown se adentra en su casa de campo temporada en una de las etapas más duras de la difunta reina de Inglaterra y, sin secuestro, ella no se lleva las mejores escenas. Entre conspiraciones contra ella, tampones, la arribada de los Al Fayed y una Diana de Gales que dinamita el palacio de Buckingham, en la serie de Netflix no faltan encuentros explosivos que ofrecen al sabido lo que necesita: salseo, emoción y una dramatización de la historia de la monarquía británica.
La reunión entre Carlos y John Major
Carlos III, el entonces príncipe de Gales, estaba cansado de esperar. La intención de su raíz siempre había sido sentarse en el trono hasta el momento de su asesinato pero Carlos era de la opinión que la corona se tenía que modernizar. Él tenía ideas. Y, según The Crown, hasta tanteó la idea de presionar a Isabel II para cesar en una conversación con John Major, el Primer Ministro entre 1990 y 1997. El político tory ha desmentido que este encontronazo existiera pero sin ocasión a dudas la imagen de Carlos sufrirá su enésimo toque por esta traición (¿en esencia de ficción?) en la serie de Netflix.
La amistad del duque y Lady Penny
La amistad entre el duque de Edimburgo y la condesa Mountbatten de Birmania, Penelope Knatchbull, era una de las relaciones más sólidas del marido de Isabel II. Era cuestión de tiempo que Peter Morgan le dedicara su episodio en The Crown, que finalmente llega con el segundo de la temporada. La condesa, apodada Lady Penny por los tabloides británicos, se tuvo que desavenir a la asesinato de su hija Leonora en 1992, cuando escasamente tenía seis primaveras. A partir del dolor y con las ganas del duque de animar a su conocida, comienza una amistad que duraría hasta la asesinato de Felipe en 2021. Jonathan Pryce y Natascha McElhone protagonizan el episodio más delicado de la temporada.
Diana se presenta a los Al Fayed
“Me temo que le toca conmigo”, dice Diana cuando se sienta al flanco de Mohamed Al Fayed en torneo. La reina Isabel II, que ni loca quiere acercarse al patrón egipcio, cede su asiento a la princesa que, de forma cibernética, seduce al propietario de Harrods con su simpatía. Es el culminación de un episodio introspectivo cerca de de los Al Fayed, de donde vienen y la obsesión del patriarca por introducirse en la inscripción sociedad británica. Y, con una campo divertida, se vaticina lo inesperado: que una aspecto esnobista por parte de la reina (o, bueno, directamente racista) condujo a Diana a acercarse a los Al Fayed y, en consecuencia, a destruir sus días con Dodi.
La conversación telefónica de Carlos y Camilla
“Por Jehová, ojalá pudiera estar adentro de tus pantalones. Sería más posible. (...). O ser un tampax”, dijo Carlos a Camilla en una conversación íntima. El escándalo de las escuchas, por supuesto, hace acto de presencia en una casa de campo temporada que muestra al Carlos más actual… y asimismo al Carlos que se coloca a la ciudadanía en contra por su relación extramatrimonial. Este botellín episodio, para rematar, muestra a Diana con el vestido de la venganza.
La entrevista de Diana con Martin Bashir
Martin Bashir, periodista de la BBC, era consciente que Diana de Gales estaba a punto de explotar. Quería imprimir un ejemplar contando su punto de perspectiva, cada vez estaba más distanciada de su comunidad política y recibía suculentas ofertas para explicar su casamiento en los canales estadounidenses, fascinados con Lady Di. Sólo necesitaba un empujón que, como ya se sabe, consistía en presionar al hermano de Diana, el conde Spencer, con documentos falsificados que podían arruinar la reputación de la comunidad. Y, cómo no, el rodaje de la entrevista en el octavo episodio es uno de los momentos triunfales de la temporada.
La discusión de Carlos y Diana
Peter Morgan siempre ha listo que él no hace una serie documental sino que dramatiza hechos reales tras un íntegro proceso de documentación. Y, en el penúltimo episodio de la temporada, dedica 13 minutos a Diana y Carlos quienes, en el momento de firmar sobre su divorcio, reflexionan sobre las causas de la ruptura, hasta qué punto fueron felices y quienes fueron los culpables. Es una discusión que comienza alejándose del rencor para mostrar a Diana y Carlos simplemente como un casamiento fallido. Ya les gustarían a series recientes como Escenas de casamiento o Master of none deber tenido un solo diálogo tan apabullante como este.
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