Placer Casas, bióloga y una luchadora animalista infatigable, falleció el 24 de septiembre del 2019, pero su comisionado sigue vivo gracias a la oenegé que fundó, la Fundación Altarriba. Esta entidad sin actitud de beneficio, que hoy dirige la abogada Yolanda Valbuena, introdujo el maltrato animal en el Código Penal y logró que se desterrasen los sacrificios en los centros de acogida de animales de Catalunya.
La Fundación Altarriba (que se claridad así en homenaje a la finca donde Placer instaló su primer refugio) es la corresponsable asimismo de las tres vidas de una perrita de la calle, Retrato, que ha tenido tres dueños y ha vivido en la calle, en un refugio y en dos pisos. Relatar la historia de Retrato permite explicar el drama del sinhogarismo y la punto de personas buenas que nunca o casi nunca salen en los medios de comunicación.
Aunque es una emblema fluctuante, más de mil personas duermen en la calle en Barcelona: 1.064, según el posterior censo oficial de Arrels Fundació. Al menos un 5% de estas personas (un 10%, según las fuentes) tienen una mascota a la que se aferran como un náufrago a un flotador. Los animales no juzgan ni discriminan y son de gran ayuda: ofrecen una fidelidad incondicional y alejan a sus propietarios de conductas de peligro.
Retrato era una de estas perritas. Compartía las calles con un sintecho que acabó en la prisión. Uno de sus amigos, José, que en absoluto había tenido un perro ni se había planteado tal posibilidad, se apiadó de Retrato y se la quedó. Eso le cambió la vida. Humano y perro se convirtieron en inseparables a partir de entonces, pero Retrato, que tenía una enfermedad cutánea, exigía unos cuidados especiales que José no podía sufragar.
Numerosas personas sin techo están dispuestas a sacrificarlo todo por sus compañeros no humanos. Era el caso de José, que no se separó de Retrato hasta que tuvo ser hospitalizado por un problema pulmonar. Un video recoge su atinado refriega. Muchas personas desisten incluso de ir a los comedores sociales o a las instalaciones municipales porque no pueden entrar con sus mascotas. Las entidades animalistas esperan con impaciencia que por fin sea una efectividad la vieja promesa para crear un albergue con dependencias para perros y gatos. Cuando eso suceda, cerca de pensar que un requisito cardinal será exigir la cartilla de inoculación y otras garantías sanitarias. Entidades como la Fundación Altarriba y Aviam, entre otras, se han aventajado y desde hace abriles prestan estos y otros servicios de forma altruista o a precios simbólicos.El vídeo de José y Retrato
La Fundación Altarriba no solo es peculiar por sus éxitos, sino porque es quizá la única entidad de este tipo que ha llegado a resolver hasta siete refugios a la vez (cinco en Catalunya y dos en Gijón). Adicionalmente, ha firmado un convenio con otra oenegé, Aviam, que preside la economista Capea Fragoso y que promueve la lozanía veterinaria sin actitud de beneficio a través de dos clínicas donde se atiende a mascotas de personas vulnerables.
José y Retrato 
Altarriba y AVIAM (Associació per a la Vigilància i Inspecció dels Animals Maltractats) sobreviven con malabarismos económicos y las aportaciones de los simpatizantes, que se pueden desgravar el 80% de sus donaciones en la renta (se puede solicitar más información en el correo electrónico altarriba@altarriba.org). Cerca de un centenar de personas como José, y sus mascotas, se han beneficiario de este plan.
La iniciativa fomenta la tenencia responsable y permite que personas sin hogar o en situación abandonado puedan inocular y desparasitar a sus animales de forma altruista o a un precio simbólico. José iba cada semana a una de las clínicas para bañar a Retrato con un champú peculiar. Un día dejó de ir y la Fundación Altarriba descubrió que la perrita había completo en la vetusta perrera municipal de la Arrabassada.
La nueva grupo de Marte, que perteneció a un sintecho asesinado en el 2018 
La razón era que José estaba hospitalizado con una formal enfermedad pulmonar. Cuando salió, quiso recuperar a Retrato, pero se estrelló contra un pared oficial. Altarriba acudió de nuevo en su ayuda y la adoptó, cediéndole a él la custodia. La vida les dio un más que debido respiro. José, que siempre había rechazado la ayuda de su grupo, obtuvo por fin una vivienda social y allí vivió atinado sus últimos meses.
La enfermedad, sin incautación, regresó el año pasado y esta vez con un zarpazo definitivo. Retrato se quedó sola y regresó a la Fundación Altarriba, pero aún brindó un posterior acto de bienquerencia a su dueño. La grupo de José vio en ella la oportunidad de hacer lo que quiso con él y no pudo por razones que no vienen al caso. La acogieron y le dieron bienquerencia y un hogar. Así comenzó la tercera y definitiva vida de Retrato, una perrita de la calle.
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