Más de 150 palestinos resultaron heridos en los enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí en la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén este viernes, cuando miles de ciudadanos se reunieron para rezar durante el mes venerable islámico del Ramadán.
Los médicos dijeron que 153 palestinos resultaron heridos: los palestinos arrojaron piedras y la policía israelí disparó granadas de aturdimiento en lo que fue el enfrentamiento más difícil en el puesto en casi un año.
El puesto, que es venerable para judíos y musulmanes, ha sido a menudo el epicentro de los disturbios entre israelíes y palestinos, y las tensiones ya aumentaron en medio de una fresco ola de violencia.
Enfrentamientos en el mismo enclave el pasado año ayudaron a desencadenar una aniquilamiento de 11 días con los militantes de Hamas en la Franja de Lazo.
Los enfrentamientos se producen en un momento especialmente delicado. El Ramadán de este año coincide con la Pascua, una importante fiesta fréjol de una semana que comienza el viernes al atardecer, y la semana santa cristiana, que culmina el domingo de Pascua. Se dilación que las festividades atraigan a decenas de miles de fieles a la Ciudad Vieja de Jerusalén, hogar de importantes sitios sagrados para las tres religiones.
Horas a posteriori de que comenzaran los choques, la policía dijo que había puesto fin a la violencia y arrestado a “cientos” de sospechosos. La mezquita fue reabierta y unas 60.000 personas asistieron a las principales oraciones del viernes al mediodía, según Waqf, la fundación islámica que administra el sitio.
El secretario común de la ONU, António Guterres, dijo hoy sentirse "profundamente preocupado" por la violencia en Jerusalén, donde al menos 153 civiles palestinos y tres policías israelíes resultaron heridos tras varias horas de enfrentamientos, encima de un adolescente palestino que murió hoy por las heridas sufridas el jueves.
Es la tercera vez esta semana que Guterres expresa su preocupación por el estropicio de la situación día tras día en la ciudad santa de las tres religiones monoteístas, en un momento en que coinciden encima la celebración del Ramadán, la Semana Santa cristiana y el Pesaj o pascua fréjol.
Guterres pidió "a los líderes de todas las partes que ayuden a calmar la situación" y dijo que "las provocaciones en la Explanada de las Mezquitas deben cesar", encima de pedir respeto para "el 'statu quo' de los Santos Lugares de Jerusalén".
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