La tormenta política en torno al incendio del coche del presidente del conjunto municipal del PP en Barcelona se recrudece. Fuentes de los Mossos insisten en que el transporte de Josep Maria Bou ardió de modo accidental, que un problema mecánico desató el siniestro ocurrido este sábado por la mañana en el arrabal de Horta. La alcaldesa Ada Colau pide al regidor popular que rebaje la crispación, que no alimente los rumores, que rectifique aquel tuit que colgó que tanto afecta a la imagen de la ciudad y su convivencia, aquel tuit en el que el concejal asegura que, pese a que le quemaron el coche, mínimo le detendrá en el cumplimiento de su deber y de su trabajo. Adicionalmente, muchos políticos próximos al independentismo le acusan ahora de precipitarse, de respaldar los peores sentimientos de una modo muy interesada. “Dicen que rectificar es de sabios –dijo el regidor republicano Jordi Coronas en un tuit–, pero insisten en mentir”.
Mientras tanto Bou porfía en sus sospechas, desconfía de las pesquisas policiales, anuncia que ya comunicó a la Fiscalía Superior de Catalunya que todo el asunto de su coche no es más que el extremo episodio de una larga historia, que hace meses que le amenazan a través de las redes, que asimismo no hace mucho le pincharon las ruedas, rayaron la carrocería, reventaron varios vidrios, rompieron uno de los faros... Hasta sus empresas y empleados son víctimas de estos ataques. Al parecer el concejal del PP ya está harto. No piensa dejar este asunto valer. De ahí su insistencia, manejo él mismo de dar a entender. La verdad es que Bou nunca había denunciado estos ataques con la intensidad con la que lo está haciendo ahora. Y asimismo dice que los agentes encargados de investigar el fuego de su coche escasamente le echaron un par de vistazos, que el transporte fue revisado un día ayer, que estaba en buen estado... Y zanja que no piensa pedir disculpas a nadie, que tiene derecho a dudar, que la alcaldesa Colau debería dimitir, preocuparse de sus imputaciones.
Los Mossos insisten en que el siniestro ocurrido el sábado por la mañana en el arrabal de Horta tuvo un origen accidental
Aquel tuit de Bou con fotos de su coche calcinado desató una ola de solidaridad, al poco, aquella misma mañana. Cuca Gamarra, Isabel Díaz Ayuso, Inés Arrimadas, Carlos Carrizosa, Cayetana Álvarez de Toledo, Ramon Espadaler y muchas personas más compartieron la denuncia del concejal. No pocas subrayaron lo lamentable que era que en Catalunya atacaran de un modo tan furibundo a quienes tratan de trabajar por la franqueza. Muchos independentistas se sintieron señalados. El coche del regidor aún humeaba. Y luego de que se dieran a conocer las primeras indagaciones de los Mossos muchas borraron sus tuits. Otras, como Gamarra y Díaz Ayuso, los mantuvieron. Alberto Núñez Feijóo, por su parte, no tecleó mínimo al respecto, en ningún momento.
A todos los niveles
La ignición del coche desencadena una tormenta política y alimenta las tensiones entre unionistas e independentistas
Bou irrumpió en la número barcelonesa en la última precampaña, como un outsider de la política convencional, un personaje independiente y mediático, un patrón al tanto de lo que pasa en la calle, subrayando una y otra vez que era la envite personal del mismísimo Pablo Casado para destapar una nueva etapa del PP en Barcelona tras la marcha del histórico dirigente Alberto Fernández. Lo cierto es que Bou gozó de mucho más protagonismo durante la campaña que tras las elecciones. Se desenvuelve mejor apagando incendios, convenciendo a ocupas para que se marchen o dando billetes a toxicómanos para que compren comida, que en Sant Jaume. El patrón salvó los muebles en las elecciones. El PP aspiraba a no desaparecer de la vida municipal barcelonesa, y obtuvo dos ediles. Pero en el día a día institucional de la caudal catalana se encuentra a la sombra de Ciudadanos y Valents. Adicionalmente, la defenestración de Casado, de su valedor, no fortalece su liderazgo en una formación donde poco a poco suma rivalidades.
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