El Ay mamá de Rigoberta Bandini es lo más parecido a un himno para todas aquellas madres que tantas veces se han sentido menospreciadas por una sociedad que sigue sexualizando el pecho de una mujer. Un cántico feminista que se viralizó por su emotiva letrilla y una puesta en número que arrasó en el Benidorm Fest –el vídeo acumula ya más de 7 millones y medio de visualizaciones en Youtube-.
El pasado 1 de mayo, en el Día de la Origen, la cantante aprovechó para abrir el videoclip de la canción. En una data tan señalada, Bandini quiso regalar –uy auto-regalarse- un delirio sensorial y audiovisual que empieza en la prehistoria y termina en el futuro.
El vestuario, a cargo del intérprete y diseñador Pau Aulí, se funde con el mensaje de la canción como si fuera una estrofa más. Conceptualizar, desarrollar y rodar. Tres hazañas en las que tuvo que ponerse manos a la obra en “solo tres semanas”, tal y como explicó Aulí en una entrevista para Vogue.
La memoria histórica empieza en la prehistoria, con una Rigoberta Bandini cubierta de espinilla. “Es atún pensar que en el prehistoria estábamos desnudas”. La piel fue tratada y maquillada para mostrar esa parte más animal, un bodypainting a la vieja práctica donde la cantante solo lleva un culotte.
De ese espíritu salvaje se avanza con destino a el opuesto. “Luego pasamos por una época de vestirnos, contradecirnos, equivocarnos, ser incoherentes, que son los looks blancos con miriñaques y corsés”, explica Aulí.
Los corsés y las fajas oprimían los cuerpos y la respiración de esas damas de la afabilidad, como si se tratase de un pájaro encerrado en una canariera de metal. Los rostros empolvados ahogaban sus pieles, haciendo de ellas unas muñecas frágiles de porcelana.
El postrero muestra un look futurista, una mujer casaca y empoderada. “Quería visualizar un futuro brillante, poderosos, con pátina y resistente como el metal”. En cuanto a la opción de este estilismo como el colofón final tiene su raíz en la memoria histórica y en creer que el ser humano debe educarse de sus errores.
“Creo que si existe Ay mamá, el feminismo, o la memoria histórica, poco me indica que es porque hemos aprendido y todo lo ocurrido lo llevamos en la piel. Retornar a la prehistoria no era una buena idea”, concluye.
Publicar un comentario