El hipermirador

El nuevo Mirador Torre Glòries es un chute de adrenalina estética e intelectual que te pone a mil tanto el cerebro como el co­razón. En la cúpula, Cloud Cities , la gi­gante instalación del estudio Tomás Sa­raceno, que se puede respetar pero incluso navegar, dialoga con una Barcelona que te acompaña panorámica­mente a través de un paseo de 360º. Y en los sótanos del rascacielos más significativo de la ciudad, el Hiper­mirador Barcelona, la propuesta expositiva del co­misario José Luis de Vicente y el equipo de Mediapro Exhibitions, no solo te permite interpretar en secreto contemporánea la metrópolis del siglo XXI, incluso te sitúa en otro tipo de mirador, conceptual, que te da pistas para entender mejor cualquier ciudad de nuestra época.

En las staff y el subsuelo, en la luz mediterránea y en la oscuridad iluminada por pantallas, en las dos mitades separadas por los treinta y cinco pisos que conecta un elevador, el esquema no solo vuelve a situar a Barcelona en la vanguardia de la civilización icónica que genera turismo puntilloso, incluso nos recuerda que la única forma de construir con codicia es colaborando. El estudio Tomás Saraceno ha puesto la imaginación y el diseño de uno de los artistas contemporáneos más relevantes vivos. José Luis de Vicente ha aportado su experiencia en exposiciones del CCCB y Sònar+D, con un discurso que nos abre los luceros al urbanística del antropoceno, a la convivencia con otras especies de todos los tamaños, mediante textos, instalaciones artísticas y ingreso tecnología (de Richard Vijgen, Maria Arnal, John Talabot, Joan Sallas, Mireia Calafell, Pol Guasch y Rare Volume). Y Mediapro Exhibitions, por zaguero, dirigida con buen pulso por David Xirau, ha impulsado y coordinado el conjunto, sumando ideas, ingeniería y visión internacional y de futuro.

La titán instalación del estudio Tomás Saraceno dialoga con una Barcelona que te acompaña a través de un paseo de 360º

El pasado fin de semana, en una entrevista del renovado Quadern , Eva Franch comentaba que no cree que Barcelona esté en decadencia, “sino siendo ella misma: produciendo nuevas ideas y siendo crítica”. La arquitecta y comisaria del Festival de Arquitecturas Model, que ha trabajado en algunas de las instituciones más prestigiosas de Nueva York o de Londres, afirma que tanto en Princeton como en Harvard le preguntan por esa increíble innovación urbanística que son las supermanzanas. Desde el Mirador se pueden ver o intuir, en conversación con el plan Cerdà, el gran parque del ribereño o Montjuic; y desde el Hipermirador se pueden comprender.

El observatorio desdoblado comparte en sus dos niveles la forma de red. Refuerzan la inclusión de Barcelona en la red entero y, al mismo tiempo que ayudan al ciudadano a entender el ecosistema donde vive, le dan al visitante una nueva perspectiva sobre su área de origen. ¿No viajamos, sobre todo, para eso, incluso en el interior de nuestra propia ciudad?

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