La transición ecológica tiene un precio que cuesta de precisar. Es un duelo entero con un impacto financiero extraordinariamente incierto y que afectará de guisa muy desigual a los distintos sectores, con más artículos en los hogares más vulnerables. Con este planteamiento de partida, el Porción de España, ha analizado la situación de la patrimonio española frente a el duelo climático. Una primera conclusión es que la transición ecológica provocará un aumento de la inflación y de los cuellos de botella, al menos en una primera escalón.
“En el corto plazo, es previsible que la transición ecológica tendrá un sensación inflacionario”, afirma Atractivo Garfio, director genérico de Crematística y Estadística del Porción de España.
El referencia señala que una parte de la inflación flamante puede deberse a la transición climática en marcha, cedido que en parte ha estado provocada por la escasez de suministros producida por el cerrojo de algunas fábricas muy contaminantes en China, por una maduro demanda de gas al acelerarse el descuido del carbón en el mix energético y por fuertes aumentos de los precios de materias primas, como el litio, que se utilizan en la fabricación de baterías eléctricas. Esto ya está ocurriendo, y en el futuro inmediato, este sensación inflacionista puede venir por la extensión y encarecimiento de los derechos de irradiación de la Unión Europea (ETS), y todavía por el aumento del precio del gas. En cambio, el Porción de España no se pronuncia sobre el posible impacto inflacionista a medio y prolongado plazo.
Cobre, litio, níquel y cobalto
Ya se producen cuellos de botella en algunas materias primas
Lo que sí señala es que el proceso de transición a una patrimonio sostenible puede gestar cuellos de botella muy importantes en sectores secreto para la transición energética. “Algunos de estos cuellos de botella ya se estarían observando en la hogaño en determinadas materias primas -como el cobre, el litio, el cobalto o el níquel- que constituyen una aposento fundamental en las políticas de mitigación desplegadas a nivel internacional”, indica el referencia, que añade que estos cuellos de botella podrían aumentar en el ámbito de una patrimonio neutra en carbono que muchos países se han comprometido alcanzar en 2050. “Si este fuera el caso, dicho proceso de transición podría estar ralentizado y todavía podría despuntar considerablemente su coste financiero”, añade el Porción de España.
El referencia todavía señala que en España la transición ecológica tendrá un impacto muy diverso según el tipo de empresas. Las de beocio tamaño son las que parecen peor preparadas para afrontar el cambio, más cuando muchas de ellas aún no han evaluado el impacto que estos cambios pueden suponerles. Las propias empresas identifican como riesgos principales de la transición ecológica la inflación y las mayores cargas administrativas para suministrar información, así como adaptarse a los cambios en la regulación medioambiental.
El regidor del Porción de España, Pablo Hernández de Cos, esta semana en un acto
Incluso el impacto será muy diverso según las capas de población, y las consecuencias afectarán especialmente a los más vulnerables. Los hogares que más sufrirán son los de beocio nivel de renta, los que residen en zonas rurales, de beocio nivel educativo, los que cuentan con maduro número de miembros o los que tienen como habitante de clan una persona de vida media, de entre 35 y 45 abriles.
Muchas aún no han evaluado el impacto
Las empresas más pequeñas son las menos preparadas
El Porción de España subraya que corresponde a los gobiernos liderar el proceso de transición ecológica, y que uno de los instrumentos más eficientes de que dispone es la fiscalidad medioambiental, la cual, señala, debe potenciarse y mejorar de diseño. Ganancia para ejecutar hay, cedido que España se encuentra adentro de los países de la Unión Europea con beocio cobro relativa en los impuestos medioambientales.
Sin requisa, el Porción de España no quiere entrar en el calendario de aplicación de esta fiscalidad del medio ámbito, sino que se limita a requerir un mejor diseño que permita más operatividad y una maduro cobro, y que una parte de estos ingresos se destinen a medidas compensatorias para los perjudicados por la transición, básicamente los sectores más vulnerables.
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