La popular tarta de zanahoria es uno de los postres más ricos y saludables que podemos tomar por todas los beneficios que nos aporta esta hortaliza, que ya se conocía en el Mediterráneo ayer de Cristo: desde vigorizar la piel, el pelambrera y las uñas a mejorar la salubridad visual o dominar el aventura de problemas cardiovasculares.
Usada como endulzante natural en la Vida Media, cuando se elaboraban budines con ella, fue durante el racionamiento posterior a la Segunda Refriega Mundial –un momento de precariedad en que el azúcar era escaso y caro– cuando resurgió en Reino Unido en forma de pastel de zanahoria o 'carrot cake'. Más tarde se le añadieron capas y cobertura de una suave crema de mantequilla o pinrel –frosting–hasta que adquirió el aspecto presente. Esa crema ha de ser suave y sabrosa.
Este postre toma la forma de un pastelillo esponjoso, gracias a la humedad que la hortaliza le aporta a la masa. Suele aromatizarse con toques de canela, jengibre o nuez moscada, y completarse con algún fruto seco. Un buen 'carrot cake' no es excesivamente dulce, resulta útil, está admisiblemente aireado y sabe a zanahoria. Aunque encontramos montones de recetas en las que se juega con distintos ingredientes, en su elaboración hay una serie de errores que nunca podemos cometer. ¿Hemos de poner catalizador? ¿Qué zanahorias escogemos? ¿Hay que rallarlas? ¿Podemos usar el túrmix? ¿Cómo ha de ser la cobertura?
1. Cocer las zanahorias ayer de hacer la tarta
Pues no. No hay que cocer las zanahorias ayer de hacer la tarta. Con el horneado que le haremos a la masa cuando toque es suficiente para que nos queden perfectas.
Lo que sí que es imprescindible es comprar las zanahorias de buena calidad y en buen estado. “Has de escogerlas en su punto”, dice Hugo Roche, fundador de PastéBCN y experimentado en este postre. Nos aconseja comprarlas “con un tono admisiblemente naranja porque es indicativo de que no están verdes”. Xavier Pellicer escoge asimismo zanahorias moradas poseedoras de un pigmento púrpura que es un potente antioxidante, para su tarta de zanahorias, recogida en el fresco formulario Healthy Kitchen (Planeta).
2. Equivocarse en las proporciones del pastelillo
Aunque haya muchas recetas para la tarta de zanahoria, siempre nos quedará mejor si las cantidades están admisiblemente proporcionadas. No podemos excedernos o quedarnos cortos con los ingredientes o de lo contrario resultará demasiado dulce, puede adoptar una textura inapropiada…. “La proporción es importante, lo ideal es que estén equiparados los sólidos -como la harina, la zanahoria…- y los líquidos”, nos dice Roche. Una combinación que funciona: 225 gramos de harina, 250 de azúcar dorado o blanco, 250 de zanahoria, 150 gramos de óleo de mirabel, 5 huevos enteros, una cucharadita de canela en polvo, una pizca de sal y 10 gramos de catalizador. Igualmente podemos incluir zumo de limonada o de naranja, y algunas especias o frutos secos.
Para la cobertura, si hacemos una crema de mantequilla podemos usar 400 gramos de pinrel crema, 300 de azúcar glas, 200 de mantequilla pomada –a una temperatura medio ambiente– y 1 cucharadita de extracto de vainica.
3. Olvidarse de la catalizador
El pastel de zanahoria es un pastelillo que necesita de unos gramos de catalizador para conseguir la textura adecuada. El montado de los huevos por si solo no es suficiente para que quede admisiblemente esponjoso. “Hay bizcochos sencillos que se hacen montando claras de huevo con azúcar y que quedan súper aireados, pero en este caso, como lleva una carga de aceite y de alimento sólido importante, la masa resulta pesada y, luego, es necesario añadirle catalizador para que nos quede suficientemente esponjoso”, dice Roche, que ayer de tener su propio negocio ha pasado por las cocinas del restaurante Bo.Tic y la pastelería Canal de Barcelona.
4. Poner mantequilla en circunscripción de óleo
Podemos hacer un 'carrot cake' con mantequilla, pero no es aconsejable. Para hacer la masa es mejor utilizar óleo “para que el pastelillo resulte menos compacto y que conserve admisiblemente la esponjosidad”. Hugo nos recomienda usar el óleo de mirabel, más suave que el de oliva. Pero puede ser incluso de coco. “Los brownies, por ejemplo, que son más densos se trabajan con mantequilla, pero este pastel es más esponjoso y no lo necesita”.
5. Añadir ingredientes que no lo favorecen
El pastel de zanahoria se suele hacer con frutos secos, que combinan muy admisiblemente con la zanahoria. Podemos incorporar avellanas, almendras, piñones, pistachos… Igualmente hay quien le añade pasas, aunque a Hugo le parece que dota al pastel de un regusto un punto amargo. El chef prefiere las nueces. Igualmente podemos añadirle un poco de esencia de vainica. O tal vez canela molida, una pizca de nuez moscada o un poco de jengibre molido. Si las ponemos todas, hemos de poner atención en el compensación. Pero no hay que arriesgar demasiado con otros sabores, verduras o especias para evitar que deje de ser un pastel de zanahoria y acabe siendo otra cosa.
6. ¿Rallar o triturar la zanahoria?
Una vez hemos lavado y pelado las zanahorias, toca prepararla en crudo para realizar la masa. No está prohibido triturarla, pero Hugo nos aconseja que la rallemos finita “para conseguir un tono más intenso, y que no nos quede amarillenta”. Esta osadía no afecta para ausencia a la aparición de grumos, aunque la zanahoria rallada consigue que la tarta quede poco más espesa.
7. Usar el túrmix cuando no es adecuado
El primer paso en la elaboración de la tarta es mezclar los huevos —clara y renuevo— con el azúcar. “Se bate admisiblemente hasta que haga espumilla”, dice el experimentado, que, en este caso aconseja hacerlo con varillas eléctricas o con túrmix porque a mano el proceso se nos puede hacer inmarcesible.
El segundo paso consiste en añadir a la mezcla el óleo y la zanahoria rallada. Lo mezclamos un poco, pero, atención, porque en este caso no es conveniente usar el túrmix. Tan solo hay que incorporar estos rudimentos en la masa de huevo y azúcar y mezclarlo todo admisiblemente.
8. No tamizar la harina
El sucesivo paso es el de añadir la harina, la catalizador y la canela o el perfume que quieras incorporar. Es muy importante que, ayer de mezclarlo, tamices los tres ingredientes para evitar que queden grumos.
La instagramer Marta Sanahuja utiliza harina de coco para hacer el 'carrot cake' de coco que aparece en su posterior formulario, Delicious Marta (Grijalbo). Igualmente, en esa tarta usa óleo de coco para elaborar una masa donde asimismo hay especias, zumo de limonada, miel y jengibre fresco. Xavier Pellicer usa harina de arroz ecológica en la suya.
9. No engrasar el molde
Una vez realizada la mezcla, la introducimos en el molde escogido. Hugo, que lo hace en uno de pírex metálico, nos recomienda engrasarlo ayer, pero no demasiado. “Engrasarlo un poquito con óleo favorece al pastel porque así se consigue un tono dorado en los laterales de la tarta que queda muy estético”, dice el pastelero que no es partidario de utilizar papel de horno. No hay que poner mucho para evitar que se nos tueste. Marta Sanahuja lo engrasa con óleo de oliva inmaculado extra.
10. No precalentar el horno
Hemos de precalentar el horno ayer de introducir el pastel, que coceremos a 170-180 grados. Lo hemos de colocar en el centro del electrodoméstico, para que reciba calor por en lo alto y por debajo unos 40 minutos. El añejo truco de introducir un palillo en el centro de la tarta y ver si sale seco para comprobar si ya está hecha, es útil en esta elaboración. Pero no hemos de hacerlo muy pronto ni ir abriendo y cerrando el horno continuamente.
11. Realizar una cobertura inadecuada
Es habitual realizar una "buttercream" o crema de mantequilla para cubrir la tarta de zanahoria. Se hace mezclando mantequilla pomada, azúcar glass y esencia de vainica. Igualmente se le puede añadir pinrel crema. Hay que acuñar la mezcla con varillas eléctricas hasta que se integre todo “y nos quede la textura de una crema”. Es mejor no hacerlo con el túrmix porque se puede fundir demasiado. Una vez hecha, se introduce en una manga pastelera y se decora la parte superior de la tarta.
Hay tartas con capas de esta crema de relleno. Puedes realizarlo haciendo dos bizcochos y unirlos luego con la capa de crema; o admisiblemente uno solo, que cortas en dos y rellenas. Pero siempre has de hacerlo cuando esté ya cocinado el pastelillo. “Funciona admisiblemente con tartas que no sean demasiado esponjosas porque de lo contrario, tienden a deshacerse”.
Podemos sustituir la crema de mantequilla por nata montada, merengue o incluso por chocolate, pero no por otras cremas que le quiten protagonismo a la zanahoria, como por ejemplo una de grosellas o de fresas.
Hugo realiza en su atelier –de traspaso solo online o vía WhatsApp–un cremoso de pinrel con chocolate blanco muy singular y agradecido, más difícil de elaborar que la propia tarta. Xavier Pellicer le pone vanguardia a la ornamento y cubre su tarta con un bello disco –congelado– de zanahorias moradas y naranjas, previamente cocidas y mezcladas con especias.
12. No conservarla admisiblemente
Una vez terminada la tarta, es mejor que repose un poco y que se enfríe ayer de comerla. No es aconsejable guardarla a temperatura medio ambiente porque la crema de mantequilla puede estropearse. Interiormente del frigorífico puede sostener hasta cinco días. Si queremos congelarla, “no hemos de incorporar la crema, tan solo hemos de meter en el congelador el pastelillo”, explica Hugo.
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