Con la caída del tapia de Berlín el año 1989 y el hundimiento del sistema comunista se inauguró un nuevo periodo histórico con un único sistema ideológico en el mundo, el capitalismo demócrata altruista. La júbilo duró poco. Combate en Irak en el 2003, crisis económica en el 2008, pandemia en el 2019, Rusia invade Ucrania en el 2022... y ahora, la inflación disparada. Todo en medio de una crisis medioambiental y una deuda pública y privada astronómicas. ¿Cómo será el futuro que nos aplazamiento? De entrada habrá que ver a qué acuerdo se llega para detener la extirpación de Ucrania. A posteriori se tendrá que evaluar las consecuencias de todo a medio y dilatado plazo. De momento estamos yendo en torno a una moderación del crecimiento, un musculoso rearme mundial y el aumento del peligro nuclear.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias a dilatado plazo? La extirpación en Ucrania, la crisis energética y las sanciones económicas en Rusia, pegado con el cambio climático, traerán cambios profundos a la sociedad y al sistema crematístico mundial. Las respuestas a las sanciones impuestas los últimos abriles por Estados Unidos y Oeste, especialmente a Rusia y en beocio escalera a China y a otros países, herirán de homicidio el presente sistema monetario internacional.
Nuevos bloques
Volvemos a un mundo con dos sistemas políticos y financieros, dos áreas de comercio y dos liderazgos: EE.UU. y China
Estamos viviendo ya cambios sísmicos. China, para eludir el sistema financiero internacional, ha creado una moneda digital y un nuevo sistema de pagos, el CIPS, que sustituye el Swift. Para liberarse del dólar, países como China, Rusia, India y otros están aumentando el comercio con sus monedas. Se están impulsando asimismo nuevos bancos de inversiones y avance, o la Estructura de Shanghai, orientadas a los Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), en Euroasia y en África.
La Estructura Mundial del Comercio está preocupada por la fragmentación de los mercados a consecuencia de la pandemia y de la extirpación. Teme una división en diferentes bloques geopolíticos que llevará a las empresas a reorganizar sus cadenas de suministro. A medio y dilatado plazo limitaría la competencia y reduciría el PIB mundial.
Los presidentes de China y de Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin, declararon en febrero que daban por completo el orden internacional basado en las reglas actuales. Han determinado una alianza estratégica que supone el inicio de un conflicto entre la democracia occidental y los sistemas autoritarios. Quieren que desaparezca la hegemonía política y económica mundial de Estados Unidos y del dólar. De forma lenta, pero progresiva, se puede demorar a dividir el mundo en dos bloques. Un mundo con dos sistemas políticos, dos sistemas financieros, dos áreas de comercio internacional y dos liderazgos: Estados Unidos y China, con sus áreas de influencia, cada uno de ellos con la medio de la población mundial. Delante de este círculo, ¿hay espacio para el optimismo? Quizá la UE podría contribuir a tender puentes entre los dos mundos.
Francesc Raventós es exdecano del Col·legi d'Economistes de Catalunya
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