El Faja Central Europeo (BCE) ha confirmado la hoja de ruta dibujada en las últimas semanas y meses en lo que se refiere a la lucha de la inflación. Los tipos de interés, en el 0% desde hace más de seis abriles, subirán en julio por primera vez en merienda abriles. El consejo de gobierno, reunido esta mañana en Amsterdam, ha confirmado lo que se esperaba. "En diámetro con la secuencia de políticas seguidas hasta ahora, el consejo de gobierno pretende aumentar los tipos de interés oficiales del BCE en 25 puntos básicos en su reunión de política monetaria de julio". La lucha contra la inflación, que está en el 8,1% en la eurozona y cuyas perspectivas a medio plazo son elevadas, requiere una progresiva retirada de estímulos que el BCE, ahora sí, se muestra decidido a acometer ya. Es el extremo de los grandes bancos centrales en hacerlo, pero el cambio de rumbo en la política monetaria ya es una existencia.
En su nota emitida esta mañana, el BCE asegura que las nuevas proyecciones prevén una inflación anual del 6,8% en el 2022, del 3,5% en el 2023 y del 2,1% en el 2024. "Esto significa que se prevé que la inflación militar al final del horizonte de proyección se sitúe sutilmente por encima del objetivo del consejo de gobierno, ya que se proyecta que la inflación, excluyendo energía y alimentos, promedie el 3,3% en el 2022, el 2,8% en el 2023 y el 2,3% en el 2024, incluso por encima de las proyecciones de marzo".
En cuanto al crecimiento del PIB, el BCE ha revisado a la muerto sus previsiones hasta el 2,8% en el 2022, el 2,1% en el 2023 y el 2,1% en el 2024. En comparación con las proyecciones de marzo, la perspectiva se ha revisado significativamente a la muerto para 2022 y 2023, mientras que para 2024 se ha revisado al ascenso.
El cambio en la política monetaria preocupa en el BCE por las posibles consecuencias en la financiación de los Estados, especialmente los más vulnerables. El ascenso de la rentabilidad de la deuda y de las primas de peligro podría derivar en una nueva fragmentación del euro. Esto requiere que el BCE salga al paso, como dice la nota: "En caso de que se renueve la fragmentación del mercado relacionada con la pandemia, las reinversiones de PEPP (el software de operación de bonos) se pueden ajustar de guisa flexible según el tiempo, las clases de activos y las jurisdicciones en cualquier momento". Y añade: "Las compras netas en el situación del PEPP incluso podrían reanudarse, si fuera necesario, para contrarrestar las perturbaciones negativas relacionadas con la pandemia"
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