Recibes una invitación para una fiesta. No sabes muy admisiblemente dónde es, cuál es el plan, ni conoces admisiblemente quién estará. Nada más te ha llegado el rumor de que será la fiesta del siglo, ¿asistir o no asistir? Esa es la cuestión.
La misma Perplejidad invade a empresas y ciudadanos cada vez que leen y oyen sobre el metaverso –bastantes veces al día últimamente-. Al parecer esta efectividad aparente y 100% digital es la fiesta que nadie se debe perder y algunos avezados –Microsoft, Sony, Oculus y, por supuesto, Meta, pero además la Rafa Nadal Academy o la española Uttopion apadrinada por Juan Roig- ya han confirmado público.
Cada uno de ellos tiene sus razones, pero hay una que es global: tecnológicas y expertos coinciden en que el metaverso supondrá una revolución digital solo comparable a la que se vivió con el paso de los teléfonos móviles a los smartphones. “Conmemoración lo que ocurrió a principios de los 2000, cuando surgieron las tecnologías móviles y luego el internet móvil, y pienso que, en efectividad, el engendro del metaverso será comparable con eso. Será una revolución en nuestra forma de comunicarnos”, apunta Markus Reinisch, VP Public Policy Europe, Middle East and Africa en Meta.
Un cambio en las comunicaciones que, siguiendo la tónica, configurará una nueva sociedad. No es necesario acudir a adivinos ni consultar una mentira de cristal para imaginarlo. Puntada con revisar cómo las comunicaciones a distancia han ido cincelándose a desdicha de correos electrónicos, SMS -cómo olvidarlos- e IG Stories, hasta convertirse en más inmediatas, cercanas y plurales y en cómo esto ha derivado en nuevos modelos de empresa y nuevas variables de consumo. ¿Qué novedad traerá el metaverso? Eso es lo que muchos se están preguntando.
“Lo que parece seguro es que ya genera nuevas oportunidades casi de forma transversal para muchos sectores”, cuenta Nacho Rosés, socio de matteria_ y senior advisor en Relathia. Ahora admisiblemente, las expectativas no se quedan ahí. Si tenemos en cuenta que, “el metaverso se alimenta de tecnologías como la efectividad aparente, aumentada o mixta. Es opinar, se tráfico de aventajar el coetáneo Internet en 2D; se tráfico de salir de la pantalla, puede que estemos frente a una ‘revolución espacial’”, añade.
Es opinar, modificará el cómo nos relacionamos -por supuesto-, pero además el dónde y, en cierto modo, además el quién. Porque no seremos nosotros sino nuestro cambio el que pise firme en el metaverso y nos consiga un trabajo, nos lleve a conciertos y nos compre la casa que soñamos.
Señoras y señores, hagan negocios
Un pequeño cambio para el usufructuario, un gran paso para los negocios si tenemos en cuenta que “en el metaverso vamos a poder agenciarse objetos que no se pueden utilizar en la efectividad coetáneo, porque eso es una efectividad, pero aparente. Con lo cual el autor crematístico va a cambiar muchísimo, se pasará de una heredad basada en la publicidad a una basada en las cosas que adquirimos en el mundo digital”, señala Esteve Almirall, entendido en metaverso y profesor de Esade.
Pero el metaverso no es solo circunscripción para el ocio. “Hay un componente lúdico, pero lo que nos está planteando es una efectividad distinta en la que todo es posible. A través de esta utensilio que, adicionalmente, es inmersiva, podemos explotar distintas facetas de la vida diaria y esto incluye los negocios", recuerda Elena Pisonero, fundadora de Relathia.
Ya está pasando. “Muy cerca de nosotros, ya podemos ver lo que va a ocurrir en el campo del gaming, de la moda, del turismo y además -y muy importante-, de la formación. Hay muchos sectores que se prestan para que su ofrecimiento coetáneo, su producto coetáneo y sus servicios pasen del mundo positivo o del mundo bidimensional de internet al metaverso", insiste Reinisch.
La buena informe es que habrá pastel incluso para los que lleguen más tarde a la fiesta porque “los primeros tendrán oportunidad de capturar mucho valía, pero el potencial que se deduce del metaverso va a hacer que haya oportunidades además para los que entren a posterior”, observa Almirall.
¿Es oro todo lo que reluce?
El futuro que esboza el metaverso parece prometedor, pero como todo lo que está vinculado al mundo digital, además despierta recelos. ¿Qué papel jugará el individuo? ¿Qué normas regirán este nuevo mundo para que no sea distópico? ¿Será accesible para todos?
Ese es, precisamente, uno de los retos; que el metaverso incremente los beneficios sin hacer lo mismo con la brecha digital. “Si pensamos en el metaverso como un Second Life actualizado, no va a ir nadie. Para que el metaverso funcione y vaya familia, necesitamos una serie de dispositivos que se están desarrollando todavía", explica Almirall. La carrera por fraguar unas antiparras de inscripción resolución, que pesen poco, que tengan sonido de calidad, que se muevan al mismo tiempo que mueves la persona... ya está en marcha. Ahora admisiblemente, “no parece ni despreciado ni inmediato", añade.
Del metaverso, asusta además que perpetúe o normalice algunas conductas que ya se dan en las redes sociales por parte de los haters. Desde Meta confían en que el hecho de atravesar la pantalla será como derribar un tapia. “Usted y yo interactuaremos como ahora. Esto puede ayudar a unir a las personas cuando no están cerca, y no soy tan distópico pensando que en el futuro la familia solo estará en el metaverso. Seguiremos teniendo interacciones normales, humanas, analógicas como ayer”, aclara Reinisch.
Evitar una deriva en dirección a esos futuros distópicos que menciona Reinisch en los que el papel del individuo quede difuminado es otro de los retos que las administraciones no deben demorarse en invadir. "Personalmente, me preocupa un metaverso sin límites. Tenemos que establecer normas porque, aunque sea un mundo aparente, sigue siendo un entorno de convivencia", apunta Pisonero.
No son más que las típicas reglas básicas de cortesía que todo el mundo -o casi todo el mundo- conoce y pone en habilidad cuando asiste a una fiesta, independientemente de cómo y en qué efectividad -física, aparente o aumentada- sea.
Las neveras nos hablan, los vehículos se conducen solos, las ciudades tienen en cuenta las emociones de los ciudadanos en su planificación urbanística... Todo esto es gracias a la tecnología que avanza de forma irrefrenable. Pero... ¿Estamos en realidad preparados para la revolución tecnológica?Science4Business
Esade y La Vanguardia presentan ‘Science4Business', un espacio en el que dan voz a expertos y líderes de diversos sectores para pelear y analizar las novedades y conceptos que van a marcar la hoja de ruta tecnológica y digital en los próximos primaveras. Esta serie de contenidos debe servir no solo para resolver dudas esencia, además -y sobre todo- para empoderar al ciudadano con el objetivo de que nadie se quede a espaldas.
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