Murió golpeada y estrangulada. Así lo ha determinado la necropsia practicada Maite, la vecina de la pueblo almeriense de Tíjola cuyo marido confesó el crimen en el cuartel de la Policía Lugar de Ribera.
La víctima, de 50 primaveras, perdía la vida “por asfixia mecánica” en el transcurso de una discusión con su pareja el pasado viernes, cuando el hombre la atacó hasta ocasionarle la asesinato, según las primeras investigaciones.
Fue uno de los hijos de la pareja quien halló el occiso de su principio en el domicilio frecuente. Una hora posteriormente, el padre y supuesto atacante, se entregaba en la Defensa Civil.
Con este nuevo homicidio ascienden a 3 las víctimas mortales por violencia de artículos en la comunidad en lo que va de año, y a 16 en todo el país.
Sin denuncias previas
No constaban denuncias previas contra el supuesto homicida por maltrato, tal y como confirmaba la Subdelegación del Gobierno y la Delegación de la Asamblea, desde donde se ha indicado que la asesinato de la mujer ya ha sido clasificada oficialmente como un caso de violencia de artículos.
Por otro costado, el Auditoría Único de Purchena, en Almería, acordó el lunes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido, que está siendo investigado por un delito de homicidio tras prestar testimonio en sede legal.
Tíjola enmudece en señal de denuncia

Minuto de silencio en reminiscencia de la víctima a las puertas del comunidad de Tíjola.
Administraciones y vecinos convocaron una concentración de repulsa por el homicidio de la última víctima de violencia de artículos el mismo sábado, horas posteriormente de que se encontrara el cuerpo sin vida de la mujer.
Los asistentes guardaron un minuto de silencio en reminiscencia de Maite, al que el corregidor de la pueblo, José Juan Martínez, describió como una persona “muy querida” y “muy servicial” que siempre regalaba una “sonrisa” al pueblo y estaba dispuesta a ayudar a los demás, según recoge el Diario de Almería.
Por otro costado, el primer concejal quiso condenar este “hecho deleznable” con el que el pueblo ha podido ver “muy de cerca” que la violencia machista “no es un número, no es una estadística”, dijo.
Maite tenía dos hijos, de 19 y 22 primaveras, y se hacía cargo de los cuidados de su principio “enferma”, que además vivía en el mismo domicilio frecuente. Todos ellos necesitaron aceptar donación psicológica de la Asamblea de Andalucía y del Instituto Andaluz de la Mujer.
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