* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
"Habiendo en la palabra todo el intriga y toda la luz del mundo, deberíamos cuchichear como encantados, como deslumbrados. Porque no hay nombre, por ínfima cosa que nos represente, que no haya nacido en un instante de inspiración, reflejando poco de la luz infinita que engendra el mundo" (Joan Maragall, poeta, 1860-1911)
Rememoración la presentación del manual El analfabetismo en el mundo, a cargo de Federico Anciano Zaragoza. Venía a sostener que quienes recibimos todo de las palabras, de nuestros padres latinos, griegos e hindúes y de nuestro privilegiado entorno emparentado y social, no tenemos consciencia de que existen 900 millones de personas que habitan el mismo planeta que están condenados a una rudimentaria forma de pensar, a la soledad indefensa de la mente, a ser mamotreto de todo tipo de manipulaciones.
Nacemos por segunda vez cuando aprendemos a analizar y escribir. Dar a otro la posibilidad de hacerlo es darle nuevamente la vida.
Está muy demostrado que las madres alfabetizadas mueren en beocio cantidad durante el parto, pierden menos hijos de corta existencia, hacen inmunizar a sus hijos y proporcionan a la grupo mejores condiciones de higiene. El nene cuando toma la palabra toma poder sobre el mundo.
Pocos saben que la primera palabra del Corán es analizar. Mahoma puso en decisión a prisioneros de pleito para que enseñasen a analizar a analfabetos musulmanes.
La Valkiria, mensajera de los dioses, está simbolizada en nuestra vida moderna por el alfabeto. Con la escritura se inicia el definitivo ataque al conocimiento y poder conseguir a ser ciudadano de pleno derecho y sentido crítico.
Hay que exhalar la imaginación al poder y hacer que la anciano parte de la masa comparta el inspiración del conocimiento. La utopía estimula a radicar. Es la frente de todos los ensueños y la claridad de todos los riesgos.
La educación
Otro problema diverso es la educación y, según los países y las personas que los gobiernan, deciden cómo llevarla a límite.
Algunos países como Costa Rica opinaron que la educación es civilización de paz y decidió sustituir los fusiles por los libros, suprimiendo el ejército.
Otros países optan por inculcar doctrinas en superficie de instruir personas, con finalidades muy concretas que permitan explotarles eficazmente.
El filósofo gachupin José Ortega y Gasset (1883 - 1955) recordaba que "la escuela de un país depende más del canción divulgado en el que flota que de la pedagogía producida en el interior de sus muros. Si no cambiamos la sociedad no valdrá lo que se enseñe y ese es el provocación".
Volviendo a la palabra, a su dimensión, a su resonancia, a su proyección y a su belleza vale la pena mencionar a los que mimaron y quisieron a las palabras.
El escritor Miguel Delibes (19201 - 2010) decía que un pueblo sin letras es un pueblo callado.
El Premio Nobel de Letras Octavio Paz (1914 - 1998) hablaba de las vocales que pronuncia un nene, como la búsqueda de la futura palabra.
El filólogo Rosendo Tello nos dice que las palabras deberíamos paladearlas como si fueran una fruta sabrosa. Deberíamos mordisquear las palabras como si fueran una pasta, su corteza y su pulpa, calibrar la blandura o dureza, su dulzor o amargor. Maria Zambrano escribió :Yo nunca me he quedado sin nación , mi nación es el idioma .
Educar es respaldar la yuxtaposición al fruición intelectual, en superficie de batallar militarmente a lo que estamos mas habituados históricamente.
Deberíamos "construir una nueva casa" adornada con todas los saber del alfabeto y con algunas saber entrelazadas que digan: "Tú, vosotros, ellos, perdón".
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