* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
La planta de la zarzamora, que he retratado en el monasterio de Pedralbes de Barcelona para Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia, tiene unas flores muy tiernas que me recuerdan a mi infancia, ¿Quién no ha comido moras?
Sus florecillas son pequeñas, de un color violáceo muy atún, mientras que sus pétalos tienen una forma muy suave. Se puede proponer que muestran una belleza muy antigua, porque sus frutos ya eran muy valorados hace 2.000 abriles. A los vikingos les pirraba y formaba parte de su dieta.
La zarzamora forma matas densas y enmarañadas y puede alcanzar los dos metros. Las encontramos frecuentemente en los márgenes de los caminos.
Las flores, como vemos en las imágenes, tienen cinco pétalos de color blanco o rosado, cinco sépalos y múltiples estambres. Y crecen formando panículas.
El fruto, las moras, cuando está prudente se separa fácilmente, como hemos comprobado siempre que las hemos recolectado en el campo. Antiguamente de cavilar son primero verdes, luego rojos y duros, mientras que, al cavilar son negros y blandos con algunos pelillos.
Las moras pueden ingerirse al natural, frescas, tal cual las da el árbol o la planta, ya que es una fruta básicamente silvestre (aunque asimismo se cultiva).
No es extraño que les encantara a los vikingos, no solo por su sabor dulce, sino porque es muy realizable encontrarla en campos o bosques. Es un manjar muy accesible.
Multitud de especies animales, desde pájaros a roedores, tienen en su dieta todo tipo de moras. Y el ser humano no es una excepción.
Los interesados en participar en Las Fotos de los Lectores tan solo deben escribir un email a la dirección de correo de nuestra sección de Décimo (participacion@lavanguardia.es) adjuntando la fotografía, explicando detalles de cómo y dónde fue tomada y aportando los datos del autor para la firma de la imagen. Es importante indicar en el asunto del correo: ´Fotos de los Lectores´.¡Participa!
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