Punset, el alcalde imposible

Con retórica desabrida, Jaume Collboni acusa a la alcaldesa Ada Colau de precipitar la campaña un año antaño de las elecciones. Es una táctica que practican todos los partidos, que han aplicado el fin de semana para, sin pudor alguno, anunciarnos que desliz un año para las elecciones municipales. Es una exhibición de desvergüenza y frivolidad que agrava el descrédito de la política. Además se palabra de la privación de encontrar un candidato de derechas (o independentista) con el suficiente potencial y carisma para imponerse como alternativa, quizá porque las alternativas de izquierdas (o independentistas) no tienen, hoy por hoy, mínimo que hacer contra Colau. La alcaldesa domina la suceso y sabe instrumentalizar las antipatías y simpatías que provoca. Con un dominio virtuoso del populismo lacrimoso, sabe meter adentro del mismo saco la cólera caricaturesca y reaccionaria de tuitero con los argumentos y las críticas racionales y lo transforma todo en una fusión victimista (de existencias o de clase) para, alehop , retornar a triunfar.

El domingo, La 2 emitió, en el software Imprescindibles , un documental monográfico dedicado a la figura de Eduard Punset. Es un caso de transición inteligente de la política a la divulgación científica. El documental recuerda que Punset hizo proselitismo de ideas que hoy se han normalizado (sobre el cambio climático, la revolución energética o la trascendencia de las epidemias), pero como la condición de pionero es temeraria, no conectó con las pulsiones electorales de la época. Una de estas ideas genuinamente punsetianas: “La opción a los problemas del mundo no es ideológica. Es método”.

Anunciar que desliz un año para las elecciones agrava el descrédito de la política

No creo que ningún de los candidatos a la alcaldía de Barcelona que hoy alardean de despilfarrar un año de tiempo con el espectáculo de la mímica electoralista suscribe esta idea. Si poco define la Barcelona de los últimos primaveras (todavía de los primaveras previos a los mandatos de Colau) es la perseverancia frívola, valeverguista e intransigente contra cualquier forma de método.

Quizá para conmemorar los 40 primaveras del ingreso de España en la OTAN, la ministra Margarita Robles aceptó ser entrevistada por Carlos Herrera en la Cope. Robles asumió su condición de entrevistada empeñada en no reponer ninguna pregunta. Sus interlocutores, en cambio, asumieron su condición de entrevistadores que, diga lo que diga la entrevistada, no piensan cambiar de opinión. Modificar las opiniones en función de las evidencias y del intercambio de ideas es una extravagancia. En eso Punset todavía fue un heresiarca. A su nieta le decía que si las moléculas y los átomos evolucionan permanentemente en función de si son sólidos, líquidos o gaseosos, ¿por qué no iban a progresar las opiniones y el cerebro de una persona? De una persona inteligente, se entiende.

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