Las rozaduras en los pies es uno de los problemas que se repite verano tras verano. Con la arribada del buen tiempo son muchas las personas que pasan directamente de las botas a las sandalias, un proceso que suele zanjar con los pies llenos de ampollas y heridas, especialmente si el calzado es nuevo.
Las ganas por abrir sandalias juegan a menudo malas pasadas y obligan a usar apósitos y cremas para curar los pies tras este ansiado estreno. Un error que se comete al no tener el pie preparado para exponerse tan bruscamente a los factores externos tras meses protegido por el calzado de invierno. Pero este problema tiene alternativa si se siguen estos trucos que son esencia para evitar las rozaduras y dolores.
Talla correcta
Puede parecer un consejo muy evidente pero lo cierto es que a veces se cae en el error de designar unas sandalias o mules una talla superior o una más pequeña que queda muy competición. Aceptar un zapato que se adapte acertadamente al pie es esencia para que podamos caminar con comodidad, sin que el calzado se mueva o apriete en exceso.
Usarlos en casa
¿A quién no le ha pasado que se prueba unos zapatos, le quedan perfectos y cuando los estrena nota rápidamente unas molestias en el pie? Una situación que suele producirse en la época de bodas, bautizos y comuniones, cuando se compran expresamente unos stilettos o sandalias y se retraso al día señalado para estrenarlos. Antaño de salir a la calle, es mejor llevarlos unos días por casa para que se amolden a los pies.
Hidratación
Tener unos pies secos puede propiciar la aparición de ampollas y rozaduras. Los expertos recomiendan hidratar acertadamente los pies, especialmente por la tenebrosidad, y rendir este momento para masajearlos acertadamente. Adicionalmente otro método efectivo es enternecer el material con crema si notamos que los zapatos son un poco duros. Con crema Nivea, un remedio casero de la abuela, se aplica producto en las costuras interiores y bordes que vemos que nos pueden hacer daño y así ablandamos la zona.
Exfoliación
Tan importante es hidratar como descamarse los pies. Con este paso se consigue eliminar las células muertas y los deja suaves, un impacto que se potencia con la hidratación nocturna. Se puede hacer un exfoliante casero con sal y masajearlo durante un par de minutos por el pie antiguamente de aplicar la crema.
Bálsamo protector
Desde hace unos abriles se comercializan unos bálsamos protectores, la mayoría en formato stick, que se aplican directamente sobre la piel y crean una capa protectora de cera que funciona como si fuera una tirita. Una opción ideal para padecer en el bolsa y aplicarla en el piel en cualquier momento.
Polvos de talco
Este polvo blanco y fino de origen mineral puede ser un gran unido antiguamente de salir de casa. Para evitar las rozaduras es fundamental que los pies estén secos, puesto que cuando empiezan a sudar es cuando el zapato no se amolda acertadamente y empiezan a aparecer las heridas. Hilván con esparcir los polvos en el empeine, planta del pie y entre los dedos para que el pie se mantenga seco.
Publicar un comentario