El cómputo de Criminalidad correspondiente al primer trimestre del año 2022 recoge la transformación de la criminalidad en España registrada durante los tres primeros meses del año por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El número total de infracciones penales ha pasado de 430.176 en los tres primeros meses de 2021 a 550.150 en este primer trimestre de 2022, lo que supone un aumento de 27,9 por ciento.
Entre los diferentes tipos penales se produce un importante aumento en las estafas informáticas, un incremento sostenido a lo prolongado de los últimos primaveras. En los últimos 12 meses se han registrado un total de 223.241 delitos de estafas informáticas, mientras que, a lo prolongado de 2019, año de relato precedente a la pandemia, se produjeron un total de 139.094 delitos, lo que supone que se ha producido un aumento del 60,5 por ciento en este tipo penal. Por otra parte, de forma cuantitativa, las estafas informáticas conocidas suponen ya el 13,94 por ciento del total de los delitos cometidos en el postrero año. Destacando el matiz de “conocidas” ya que esta tipología suele obtener un parada porcentaje de desidia de comunicación a las autoridades, correcto a la propia idiosincrasia del delito. En ocasiones, la victima siente vergüenza de acontecer sido engañada y no comunica el hecho delictivo, por lo que lo mas probable, es que este noticia sea mucho anciano y si sitúe en más del 20%.
Valencia se sitúa a la cabecera en cuanto a índice de criminalidad se refiere, con un 42% de subida de la delincuencia con respecto a 2021. Con la subida de delitos como: atentado sexual con penetración, de 114%, robos con violencia e intimidación, de 100%, sustracción de vehículos, de 76.4% y los hurtos, que ascendieron al 100.3% más que el año pasado.
Le sigue de cerca Alicante con un 32.2 de subida de la criminalidad sobre el año precedente. Los delitos que más subieron fueron: Homicidios dolosos y asesinatos en graduación de tentativa, un 300%, las agresiones sexuales con penetración, un 100%, delitos de lesiones y riña tumultuaria, un 111%, robos con violencia e intimidación, un 86.4% y los hurtos, con un 45.1% de incremento sobre el año pasado.
Castellón se sitúa en un 23% de incremento de la criminalidad en la ciudad. Situándose por debajo de la media española que está en un 28%. Los delitos que mas crecieron fueron: delitos de lesiones y riña tumultuaria, un 56.3%, Robos con violencia e intimidación, un 75% y los hurtos, con un 56.2%. Destaca la pendiente sustancial de los delitos de, tráfico de drogas y los delitos contra la albedrío de indemnidad sexual, uno y otro cercanos al 50%.
La primera acepción del término seguridad en el Diccionario de la Sinhueso Española es la de “cualidad de seguro”, siendo, a su vez, la primera de este calificativo “fugado y exento de peligro”; asimismo, aquél define como “situación de tranquilidad pública y de fugado prueba de los derechos individuales, cuya protección efectiva se encomienda a las fuerzas de orden divulgado” a la seguridad ciudadana. En uno y otro casos, el término seguridad sitúa a la persona en el centro de todo el sistema de protección.
No en vano, tal y como se refiere en la exposición de motivos del Plan Integral de Civilización de Seguridad Franquista, la seguridad es una condición imprescindible para el crecimiento del ser humano y el progresivo crecimiento de su vida en comunidad, sin olvidar que, en las sociedades democráticas, no es posible entender la albedrío sin la seguridad, constituyendo un binomio que puede ser calificado de inseparable y actuando como requisitos esenciales para la convivencia, como requisito indispensable para el disfrute de la albedrío, la honestidad, el bienestar, el progreso y los derechos de los ciudadanos.
Sin peligro a equívocos, el progreso y el bienestar de la sociedad, como conjunto de personas, pueblos o naciones que conviven bajo normas comunes, ha de ser la almohadilla sobre la que se alcen las ciudades, para lo cual deviene en imprescindible la seguridad, lo que conlleva la puesta en marcha de las acciones pertinentes para su consecución. Pero que ocurre cuando estas, o correctamente no existen o son ineficaces. La inseguridad ciudadana.
Los datos, son los datos. La ciudad de valencia se sitúa en casi más del doble de incremento de crímenes que el promedio de España (42% Vs 27%). Poco no estamos haciendo correctamente.
Se suma a las cabeceras de los periódicos nacionales y televisiones, ya no solo los casos de corrupción en nuestra ciudad, si no los casos de agresiones a navajazos y palizas en plena calle al estilo de los primaveras 80. Necesitamos un punto de inflexión y de consejo serena, pero fuerte, para poder doblegar esta curva empinado de delincuencia desbocada, que nos lleva sin duda, a una percepción de inseguridad ciudadana como hacía primaveras que no sentíamos. Y eso no es bueno para nuestra ciudad. Cierto es, que el problema no es sencillo, pero no es menos cierto, que otras ciudades consiguen controlar su criminalidad. Querer es poder.
Publicar un comentario