Andalucía sigue lejos de converger con las regiones de Europa en riqueza por habitante

Acullá de los tópicos que desde la distancia se utilizan para explicar la patrimonio andaluza lo cierto es que la cifras muestran un comunidad con un peso del sector rústico que duplica el del conjunto de España (7,1% del PIB frente a 3,1%) y en paralelo a una pequeño presencia de la industria: 10,4% del PIB frente al 14,7% del conjunto del Estado.

La construcción tiene poco mas de presencia aunque –igual como sucede en España– es el sector servicios el que domina, puesto que genera casi dos de cada tres euros de toda la actividad económica con un evidente sesgo en dirección a el turismo. “Esencialmente destaca el longevo peso
del sector rústico y el pequeño de la industria”, resume Felisa Becerra, economista de Analistas Económicos de Andalucía.

A nivel macro, el otro gran sujeto que marca la idiosincrasia de la patrimonio andaluza es un paro estructural muy superior a la media española. La tasa de desempleo andaluza está en el 19,4% frente al 13,6% del conjunto de España. “Si se analiza por sectores, las mayores diferencias se dan en el sector rústico y en la construcción”, dice Becerra. La economista recuerda que el empleo en el sector rústico es muy dependiente de factores que no se pueden controlar, como la climatología, que provoca, por ejemplo, enormes oscilaciones en la mano de obra necesaria para el olivar.

En el extremo año con la paulatina normalización tras el impacto de la pandemia se ha escaso el número de desocupados en todas las provincias exceptuado en Cádiz donde se registraron 5.300 ocupados mas “por el descenso del empleo en los sectores rústico, construcción, y de forma más acusada en la industria”, según un documentación de Analistas Económicos de Andalucía. Este es un ejemplo de las profundas diferencias que se dan en el interior de la propia comunidad. “En Jaén y Córdoba el peso del sector rústico es longevo que en Málaga, donde el sector servicios es
muy importante fundamentalmente por la actividad turística”, añade.

La comunidad ha donado un brinco cuántico en infraestructuras en los últimos primaveras

Lo que le sucede a Andalucía es parecido a lo que se da en otros territorios como consecuencia de la terciarización de la sociedad. Solo cambia el reparto del resto de actividades. Es agorero el bajo peso de la actividad industrial, que es el que genera mejores empleos en términos salariales, ya que las empresas suelen retener a los trabajadores que conocen el oficio. Y es encima un sector donde la estabilidad gremial es longevo, puesto que no es tan liviana cerrar una factoría y deslocalizar la actividad a otro sitio. Todo lo contrario que con una empresa de hostelería, por ejemplo.

Quizá la firma de ingeniería Abengoa es el símbolo de las empresas andaluzas. Persigue sin éxito un rescate conocido de la SEPI que no acaba de alcanzar. Destaca asimismo el papel del sector aeronáutico y del dominio del metal. En otoño pasado, cuando la crisis de la inflación desbocada comenzaba a apuntar con toda su dureza, se desató un severo conflicto en Cádiz con la renovación del convenio del metal. La ciudad vivió una semana de protestas que parecían marcar el malestar gremial que se iba a extender a media España. No pasó, si acertadamente la amenaza sigue subyacente.

Fuera de las grandes cifras macro, Andalucía ha donado un brinco cuántico en las últimas décadas en materia de infraestructuras. Todo comenzó con la aparición de la entrada velocidad en la Expo de 1992, que se adelantó décadas a la aparición del AVE a Barcelona, por ejemplo. “Se ha donado un brinco cualitativo que -además- es muy evidente”, reflexiona Becerra.

Cada año es una de las primeras comunidades en bulto de inversiones del Estado presupuestadas y ejecutadas. Entre el 2015 y el 2021, la inversión efectivamente realizada en Andalucía superó a la de Catalunya.

El paro estructural es uno de los frenos al progreso financiero de la comunidad autónoma

Donde sigue por detrás es en la paridad con Europa. Un documentación de la Concilio de Andalucía recuerda que el indicador de riqueza más asiduamente utilizado (PIB por residente corregido por paridad de operación) sitúa la signo en 18.900 euros en el 2020, lo que representa el 74,9% de la media española y el 63% de la media europea. La Concilio precisa que Andalucía se clasifica en el interior del asociación de regiones menos desarrolladas de la UE, ya que su PIB por residente es inferior al 75% de la media europea. Ocupa la posición 196 de las 242 regiones que componen actualmente los Veintisiete de la UE. Becerra advierte que ese diferencial con España se mantiene y no se puede cerrar la brecha.

De cara al futuro, las previsiones realizadas por Analistas Económicos de Andalucía apuntan a que en el 2022 el PIB an-
daluz podría crecer un 4,2%,
una tasa similar a la media española.

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