¿Un nuevo campeón o séptimo partido? Esta fue la cuestión que el gran mago del baloncesto, Stephen Curry, acertadamente secundado por los suyos, respondió con claridad en el sexto choque. Los Warriors se impusieron de nuevo en el TD Garden a los Celtics de Boston (90-103) y con el cuatro a dos se llevaron el cuarto título en ocho primaveras, tras disputar seis finales. Estos muertos estaban muy vivos.
La gran dinastía de Golden State, que muchos que ahora festejan dieron por enterrada, volvió a imponerse con ese baloncesto tan diferente al resto. Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala, los cuatro que han estado en esos cuatro títulos, desde el 2015, componen un póker difícil de repetir, pese a que Iguodala ha jugado poco. El monitor Steven Kerr tuvo el detalle de ponerlo en la pista en el postrero minuto, con sus otros íntimos amigos, como homenaje al alma y corazón de esta escuadra. Kevin Durant, el desertor, vio como sus excolegas ganaban de nuevo y él sigue en dique seco.

Curry se ha consagrado como divisa con su primer MVP de unas finales de la NBA
Golden State Warriors
Curry confiesa que es la final que le deja más satisfecho: "Parecía inimaginable retornar a estar aquí"
Pero todo esto va sobre Curry, estimado mejor tahúr la serie, único gratitud que faltaba en su extraordinario palmarés. Curry lloró, se abrazó con su padre y reconoció que esta era la final que más satisfacción le causaba. “Me siento muy acertado con todo lo que hemos pasado, las lesiones, los nuevos compañeros, parecía inimaginable retornar a estar aquí”, explicó sin ocultar su emoción.
Hace tres primaveras, y luego de dominar el campeonato, los Warriors fueron uno de los peores equipos de la NBA. Ni siquiera entraron en la burbuja en la temporada de la covid. Curry se lesionó y Thompson no volvió hasta el pasado enero, tras más de 900 días en el dique seco. “Ver las finales por televisión me desquiciaba”, confesó Thompson, que agradeció a su hermano maduro y a sus Warriors más íntimos (Curry, Green e Iguodala) el apoyo que le ofrecieron en todo momento. Paciencia, le decían. La galardón la tuvo esta sombra del jueves en Boston.

Klay Thompson, recuperado tras dos primaveras y medio dañado, ha sido importante para los Warriors en los dos lados de la pista
Curry no solo ganó el anillo y el premio de ser el MVP, Curry consiguió que esta sea su final. Lleva su nombre, ha sido el tahúr esencial. En los otros tres títulos, sea por las lesiones del rival o porque su excompañero Durant se llevó la distinción de mejor tahúr en el 2018, nadie consideró que esas series correspondían al 30 de los Warriors. Ahora no hay duda. En el sexto partido volvió a ser el mejor tras la sequía de triples del sexto, con 34 puntos. Y en la memoria quedará imagen para siempre su cuarto partido, con 43 puntos, récord que lo equipara a Michael Jordan.
A sus 34 primaveras, esta es la temporada número trece de Curry en la NBA, donde debutó en el 2009. A pesar de su existencia, nadie piensa que su ingenio no dé todavía para suficiente más.
Siete entorchados, solo por detrás de los Celtics y los Lakers
Los Warriors desempatan con los Chicago Bulls y se convierten en la tercera franquicia con más títulos de la NBA
Otro dato esencial en estos Warriors ha sido la confirmación de Andrew Wiggins como el gran tahúr que le hizo ser el mejor en el draft del 2014. Ya no hay dudas de su capacidad y su calidad. De esta forma, los Warriors ganan su séptimo título y desempatan por el tercer equipo con más ligas con los Bulls de Chicago. Entre tanto, los Celtics seguirán igualados con los Lakers, con 17 títulos.
Los de Boston querían creer en su capacidad de supervivencia antaño del sexto partido. Estaban al borde del precipicio. Una derrota, y esta vez en su cancha de Boston, suponía ceder el cetro a los Warriors y matar con su sueño de recuperar la goce de la que disfrutó el equipo hace más de una división.

Jaylen Brown, defendido por Curry y Looney
Pero Jayson Tatum y sus compañeros se agarraban a un memorial allegado en estos playoff como había sido el de pasar repetidamente un partido de la aniquilación. Habían jugado tres previamente en estas eliminatorias. Estuvieron 3-2 debajo contra los Bucks de Milwaukee en las semifinales de la conferencia este y ganaron los dos encuentros siguientes. En la final del este, los Miami forzaron el séptimo partido, luego de que los Celtics desecharan la posibilidad de sacar la eliminatoria en casa. Pero fueron a Florida y, al filo, se impusieron.
Estas remontadas ofrecían la confianza a sus seguidores de que su equipo sabía cómo reaccionar cuando se hallaba contra las cuerdas. A la perspicacia de esta capacidad de resistor, Jaylen Brown afirmó en la previa al sexto combate: “Nuestra fe tiene que estar en su punto más stop, ha de seguir ahí”.
Final de la NBA
Jaylen Brown (34 puntos) aguantó a los de Boston, que echaron de menos una mejor interpretación de un errabundo Tatum
En esa regla de supervivencia solo había un dato que no sintonizaba esta ocasión: los Warriors, a diferencia de los otros, les ganaron dos partidos consecutivos para ponerse 3-2 en la serie. Y los de California tenían claro como desactivar a los aguerridos Celtics. Tatum no estuvo a la valor, una vez más, Jaylen Brown, 34 puntos como Curry, se echó el equipo a la espalda, yuxtapuesto al avezado Al Horford y el impresionante pívot Richard Williams III, cuyas actuaciones han causado sensación. No fue suficiente para matar con la gran dinastía de Curry,
Como otros partidos de la serie, los de Boston salieron a mil por hora en su casa, en el TD Garden, ruidoso como siempre o más, mientras que los de Golden State parecía que aún estuvieran en el vestuario. Los locales se pusieron 12 en lo alto (14-2), con Tatum y Brown anotando triples, tanto que los rivales lo fallaban todo, incluido un tiro de larga distancia de Stephen Curry, y perdían pelotas.
Final de la NBA
Los Celtics arrancaron a mil por hora (14-2), pero los Warriors reaccionaron rápido a cojín de triples (22-24)
Pero lo Warriors lo arreglaron a chiste de triples. Wiggins, Thompson y Green, esta vez mínimo intimidado por el respetable irrespetuoso con él.
La apoteosis de esta montaña rusa se produjo cuando Curry acertó su primer tiro de tres desde el pasado viernes, su día vasto. Desde entonces, se pasó todo el botellín partido sin atinar y ya habían pasado más de merienda minutos de este sexto combate cuando el 30 de los de San Francisco se quitó el mal fario. Sirvió, encima, para que los suyos se avanzaran en el registrador por primera vez (22-24). La delantera se amplió a cinco puntos poco antaño de que sonara la claxon (22-27), con un triple de Jordan Poole.
Final de la NBA
Un parcial de 0-21 dio una clara delantera a Golden State, que la pudo dirigir durante el segundo tiempo
El inicio de segundo cuarto fue una apoteosis de los Warriors. Hubo triples de Poole, de Wiggins, de Curry, de Thompson. Contando los minutos finales del primer cuarto se registró un 21 a cero de los visitantes.
Su máxima delantera llegó a los 15 puntos. Y eso que, tras un tiempo muerto de Ime Udoka, monitor de los Celtics, sus jugadores reaccionaron y llegaron a recortar a solo ocho. Pero otro empujón de los californianos, con un Green inmenso en defensa, hizo que treparan a su máxima delantera de 21 puntos (33-54).
Los jugadores se marcharon al vestuario con el registrador en 39-54, tras otro retazo, más por la buena entorchado defensiva del pívot recinto Williams III, que evitó tres canastas claras de los rivales, que por los aciertos en ataque.
Final de la NBA
Los Celtics, que perdían de 22 puntos, se llegaron a poner a solo 9 de distancia, pero no pudieron intimidar a los Warriors
El tercer cuarto empezó con un espectáculo de los Warriors, que martillaron con los triples (Wiggins, Porter, Green y por dos veces Curry). El registrador llegó a los 22 puntos de delantera (50-72).
Pero entonces se produjo un giramiento y los Celtics hicieron creer a su notorio en una remontada. Ese tercer parcial concluyó con una diferencia de solo diez puntos (66-76), cuarto en el que se impusieron los locales.
El postrero periodo bailó entre los 14 puntos y los ocho cuando parecía posible el fenómeno. Y, entonces, una vez más, surgieron los triples con Wiggins y Curry, así como las entradas de la gran fortuna, que se lucro el tipo para conquistar su cuarto anillo. Fue significativo observar como Curry, luego de un magnífico triple, se besó el dedo, ahí dónde iba a poner su nuevo anillo.
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