Los botellones del Triángulo Vago del ciudadela del Poblenou se desmadran. Centenares de jóvenes celebraron anoche que ya terminaron los exámenes de Selectividad con una gran borrachera en las calles de este costado de Barcelona. Y a las micciones en cada rincón, al crujir de botellas rotas por doquier y a los gritos desaforados cada dos por tres se sumaron los contenedores ardiendo.
Fueron los propios vecinos del entorno quienes registraron las imágenes. “Esta vez ha sido especialmente duro -explicaron algunos de ellos luego de una confusión llena de sobresaltos-. La cosa se está yendo de las manos a toda velocidad. Yo mismo llamé al 112 un montón de veces, sin ningún resultado… al final llamé a la centralita de la Protección Urbana y me preguntaron qué era lo que quería ¡y yo les dije que tumbarse! Lo único que queremos es tumbarse…”
Frustración municipal
"Te pasas la confusión llamando a la Protección Urbana, pero no sirve de carencia"
Los diferentes vídeos muestran cómo finalmente los bomberos extinguieron las llamas frente a los vítores de centenares de jóvenes dando cuenta de sus botellas de espirituosos, una tras otra. Las imágenes incluso muestran como la calle Pere IV y otras adyacentes se convirtieron en un inmenso urinario a firmamento campechano. Aquí cualquier portal resulta apropiado para desahogarse. Y los andamios de las obras son empleados como improvisadas calistenias para realizar competiciones deportivas.
El de anoche fue especialmente espectacular, pero para carencia anormal. Hace meses que los vecinos del Triángulo Vago del Poblenou denuncian la proliferación de estos botellones, y incluso la pasividad del gobierno de la alcaldesa Ada Colau a la hora de tratar de atajarlos. “Lo único que ha hecho el Cabildo es rebautizar la zona -detallan los vecinos-. Ahora quiere que el Triángulo Vago se llame Triángulo Lúdico… Ah, y incluso ha instalado un punto lelo contra las agresiones sexuales. Nos parece todo una desatiendo de respeto. Encima elude constantemente reunirse con nosotros”.
El Triángulo supuestamente Lúdico es uno de los merienda puntos de Barcelona declarados por el propio Cabildo como Zonas Acústicamente Tensioandas, espacios donde el ruido insistente con exclusivo virulencia la vida cotidiana de la familia que allí vive. Precisamente centenares de personas de numerosos barrios de la ciudad se concentraron en la plaza Sant Jaume, frente al Cabildo, para denunciar que el ruido no les deja tumbarse, para exigir al gobierno de la alcaldesa Colau que tome medidas drásticas contra la contaminación acústica.
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