La electrificación ha llegado definitivamente al sector náutico. Al igual que ocurre con la movilidad por carretera, la ocupación es sustituir los motores de combustión por propulsión verde a fin de proteger el mar y la entorno. Por otra parte, la navegación eléctrica es silenciosa, cómoda y relajante, no hay vibraciones, malos olores y se puede escuchar el mar respirando melodía puro.
En 2021, el mercado mundial de las embarcaciones eléctricas alcanzó los 5.000 millones de dólares. Con una tasa de crecimiento anual estimada en torno al 12%, se demora que para 2027 toque los 10.500 millones. Del mismo modo que para la automovilismo, las infraestructuras de carga y el rendimiento son los principales obstáculos para la afirmación de este maniquí de movilidad.
Igual que ocurre con la movilidad por carretera, el objetivo es sustituir los motores de combustión por propulsión verde a fin de proteger el mar y la entorno
Para recargar pequeñas embarcaciones, la toma que suelen proporcionar los puertos en el ligadura puede ser suficiente, pero para barcos más grandes y para recarga rápidas es necesario utilizar columnas específicas, que aún no están muy extendidas. Luego, de momento el maniquí híbrido representa la opción mayoritaria en la náutica sostenible.
En el campo de la náutica cien por cien eléctrica, las protagonistas son las startups 
Los grandes constructores están apostando por un ecosistema eléctrico que incluya movilidad por carretera, aviones y barcos. A finales de 2021 Común Motors gastó 150 millones de dólares en la transacción del 25 por ciento de Pure Watercraft, una empresa con sede en Seattle que produce barcos eléctricos. BMW y Torqeedo, un fabricante ario de embarcaciones híbridas y eléctricas, se asociaron con la misma visión y Jaguar se ha osado al mar con su Vector Racing V20E, una falúa propulsada por el motor de un monoplaza de Fórmula E.
En el campo de la náutica cien por cien eléctrica, las protagonistas son las startups. La estadounidense Zin Boats produce la falúa Z2R que alcanza los 30 nudos, garantizando 160 km de autonomía. El precio ronda los 250.000 dólares. Otro competidor de Estados Unidos es la startup ARC, que utiliza enormes y pesadas baterías de 220 Kwh para su falúa One, a un precio de 300.000 dólares.
Vela, ‘el Tesla de los mares’
Sin secuestro, hay una marca que ha conseguido ser en el agua lo que Tesla es en la carretera: Vela. La startup sueca acaba de editar el nuevo C-8. Este, según su CEO, Gustav Hasselskog, “será el primer maniquí de masas para la navegación eléctrica”. De hecho, el éxito está siendo sobresaliente, con más de cien barcos vendidos y una proyección de 400 en los próximos dos abriles. Eso sí, el precio de 290.000 euros más IVA no está al ámbito de todos los bolsillos.
El C-8 de Vela tiene una velocidad de crucero de 20/22 nudos y una escuadra con capacidad de 44 kWh 
C-8 es una falúa eléctrica con un rendimiento sobresaliente y cuyos gastos de mantenimiento son inferiores a los de la mayoría de sus equivalentes motorizados. El casco en carbono mide 8,5 metros de generoso y 2,5 de orgulloso, con 4 literas y capacidad para 6 personas. La velocidad de crucero es de 20/22 nudos, con un pico mayor de 30 nudos. La escuadra tiene una capacidad de 44 kWh, con una autonomía de 50 millas náuticas (aproximadamente 93 km en dos horas), 2-3 veces más que las lanchas eléctricas tradicionales con baterías un 300% más grandes.
El éxito de este maniquí está siendo sobresaliente, con más de cien barcos vendidos y una proyección de 400 en los próximos dos abriles. Su precio es de 290.000 euros más IVA
Esto es posible gracias al sistema Hydrofoil -hidroalas sumergidas- que reduce la fricción y por lo tanto el consumo de energía en un 80%. El C-8 cubre distancias mayores que cualquier otro barco a motor eléctrico, creando una castro de unos 5 cm a máxima velocidad. El barco está equipado con la tecnología necesaria para una conducción casi autónoma y segura incluso en condiciones de mar desfavorables. El motor de 55 kW tiene un tiempo de carga de dos horas con trifásico.
Magonis, el eléctrico ‘made in Barcelona’
La reducción del consumo, la contaminación, el ruido y el movimiento de las olas hace que los barcos eléctricos sean perfectos para ciudades navegables como Venecia, Ámsterdam o Copenhague. Y ha sido precisamente en estos escenarios donde ha construido su reputación una startup de Barcelona capaz de prepararse un papel importante en el sector en tan solo cinco abriles.
Magonis nació en 2017 por iniciativa de dos emprendedores belgas afincados desde hace abriles en la renta catalana, donde acaban de inaugurar su showroom en Escuadra Vela. Aquí, la marca realiza test-drive del nuevo maniquí Wave e-550, consciente de que la mejor modo de convencer a un cliente potencial de las ventajas de la navegación eléctrica es dejar que la pruebe.
Los elegantes modelos de Magonis ofrecen una experiencia de navegación ágil, estable y silenciosa; en la foto frente al barcelonés hotel Vela 
Posteriormente de unos primeros abriles de producción entre Italia y España, hoy Magonis es 100% catalana, habiendo establecido su astillero en Figueres. De hecho, según los fundadores, Mathieu Quintart y François Jozic, “el ‘Made in Barcelona’ es una marca que transmite innovación y diseño y ha llegado el momento de que lo haga incluso en el sector náutico”.
El Wave e-550 ofrece una experiencia de navegación única, silenciosa pero al mismo tiempo ágil, estable y divertida, gracias a un peso de solo 335 kg. Hay cuatro opciones de motorización: Torqeedo Cruise de 6 a 12 kW o los nuevos Mag Power de 20 y 30 kW (equivalente a unos 40 CV). El maniquí tope de tono alcanza una velocidad máxima de 22 nudos con una autonomía de 12 horas a velocidad de crucero.
Magonis nació en 2017 por iniciativa de dos emprendedores belgas afincados en Barcelona; hoy la firma es 100 % catalana, con astillero en Figueres
En un día distintivo, el Magonis asegura casi dos horas y media de navegación continua, manteniendo el 18% de escuadra al final del día. Por otra parte, se está estudiando una propulsión complementaria de hidrógeno para aumentar la autonomía, un esquema desarrollado en colaboración con el instituto catalán de investigación en baterías Battech.
Magonis es un emblema de la 'dolce vita' cuadro combinada con el compromiso con el medio hábitat. Los acabados, de hecho, son de gran elegancia y recuerdan el estilo inconfundible de las lanchas Riva. El Wave e-550 tiene capacidad para 6 personas, su cubierta es en teca y cuenta con una mesa telescópica en madera, refrigerador, ducha, susto y toldo de ocho metros cuadrados sostenido por montantes de carbono.
Magonis es un emblema de la 'dolce vita' cuadro combinada con el compromiso con el medio hábitat 
A costado hay soluciones innovadoras, como el iPad de 13” impermeable y extraíble que reemplaza la instrumentación. Por otra parte, la marca está desarrollando su propia app para controlar todos los parámetros de navegación y que incluso deberá proporcionar informes sobre la calidad del agua. En torno al esquema incluso se desarrolla la producción de boyas para la recarga eléctrica, de las que un primer maniquí ya fue adquirido por una empresa de arriendo de barcos de recreo en Cadaqués. La idea de Magonis, de hecho, es convertirse en una "plataforma proactiva para la navegación eléctrica y la conservación del mar".
El Wave e-550 está diseñado para navegar por canales urbanos, ríos y lagos, pero incluso para delirar entre Ibiza y Formentera, así como para funcionar de tender en los grandes yates. Una inmersión de tan solo 0,30 metros permite, de hecho, aventurarse casi hasta la orilla en el más completo silencio.
La startup aspira a producir 50 Wave e-550 para 2022, habiendo ya vendido 31, especialmente en el mercado canadiense y estadounidense. Comparado con Vela, Magonis se posiciona en un rango de precios mucho más accesible, que va desde los 33.500 euros hasta los 68.900 IVA incluido, dependiendo de la motorización. Quizás la electrificación de masas de la náutica de recreo será 'made in Barcelona’.
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