Una de las facetas menos conocidas de Julián Contreras Jr es la de conductor de charlas de mejora personal. No tanto como coach sino como libretista y encargado de hacer las preguntas precisas para conseguir al fondo del asunto. En este caso, el enunciado "acepta lo que ves y quiere lo que eres". En su recién iniciado ciclo ‘Encuentros con Mujeres estelares’, Julián visitó la Juno House de Barcelona para charlar en presencia de sus socias con Andrea Vilallonga, experta en comunicación e impacto positivo.
Muchas de las socias habían instruido su novelística erótica.
Juno House es el primer club de mujeres de Barcelona, se precia de su cosmopolitismo (no hay más que echar un ojo a los apellidos de la directiva) y ya tiene 400 socias. Entre las asistentes había gran interés en conocer al hijo último de la legendaria Carmen Ordóñez, legado que su zaguero vademécum, Artesanales, es una novelística erótica que alcanzó el primer puesto de Amazon en tiempo récord.
Acepta lo que ves y quiere lo que eres es el enunciado del reunión del pasado viernes en Juno House, que se presentó como una búsqueda de la verdad, la autenticidad y la realización personal con la experta en comunicación Andrea Vilallonga y tú como entrevistador. ¿En qué consistió?
Fue muy interesante. La charla se titulaba 'Mujeres estelares' y trataremos de hacer varias: durante muchos primaveras ha habido exclusivo vehemencia en que la mujer tenía que demostrar y demostrar y ahora creemos que es al contrario. Pueden y deben enseñar. Son entrevistas que diseño y escribo yo, muy particulares, con preguntas que buscan la profundidad sin caer en el dramatismo, una revés de tuerca más. Con Andrea no desarrollamos una temática 100 % de coaching porque esto lo encontrará quien se acerque a su trabajo. El viernes hablamos del sexo, de la confianza, del éxito y lo importante que es sonreír en la vida.
Desde tu primera novelística, La pluma de la verdad a esta, hay un cambio radical: tú eres un personaje al que conocemos desde nene y que ahora recrea escenas de sexo verdaderamente tórridas. ¿No te ruborizaste en presencia de las asistentes?
No, es al revés. El pudor lo tiene el leyente; en la Feria del Tomo había clan que me pedía una bolsa para que no se viera la portada (risas). Y hubo quien me preguntó si había alguna estampación sin esa portada para poder leerlo en el patrón. Hay un pudor reinante que sigue existiendo, hay mucho impedimento.
Lógicamente, debo comenzar por aquí: “Si hay poco que predomina en mi vida es el sexo. A algunas personas les gusta… Yo prefiero follar”. Del 20 al 95 %, ¿cuánto hay de ti en la presentación del protagonista de tu novelística?
De mí hay mucho, de mi modo de pensar, modo de tender la vida y aplicarla, hacedero un 80 %. El otro 20 % son las cosas que querría hacer y no hago o que no debería hacer y hago. Los escritores de alguna forma purgamos nuestras culpas en los libros. La novelística es una ficción, no tiene carencia que ver conmigo pero es forzoso cuando escribes transmitir tu esencia o tu punto de aspecto. Es muy complicado romper eso y no dotar de paralelismos a los personajes y a los protagonistas.
¿Has trasladado wasaps reales a la novelística?
No. Ninguna. Cuando me planteo el vademécum decido que si tiro de aventuras personales puede concluir mejor o peor y aunque para mí será más hacedero narrarlo, tú pensarás “Ah, correctamente, qué agudo”. Mi desafío era construir diálogos que nunca he mantenido, que no existen. Puede que una persona me recuerde a otra, pero todas las situaciones y circunstancias son cien por cien inventadas.
No se te conocen parejas. Si te gusta el sexo aunque sea la porción que al protagonista, ¿cómo te las apañas?
Porque no las tengo. No se me conocen porque nunca he tenido pareja, nunca he sentido esa inquietud y mucho menos la aprieto. Incluso ha sido un suspensión precio; durante un dadivoso tiempo mucha clan pensaba que ocultaba otra orientación sexual o a una pareja que no se podía mostrar. Pero carencia más acullá de la verdad. Soy una persona desocupado, solitaria y que no quiere compromiso. Prefiero relacionarme de otra modo y lo hago con quien cuadra conmigo; suele ser esporádico pero no siempre, he tenido continuidad con personas durante mucho tiempo en mi vida sin que eso se convirtiese en una pareja.
Es sostener, ese es el 80 % que hay de ti en la novelística.
¡Correcto! (risas).
¿Alguna vez te has incompatible con una chica a la que asuste que seas un personaje afamado?
Muchas veces. Y me han ocultado a relaciones, familiares… Hay mucho pudor con eso. Hace primaveras le propuse a un patrón teatral una traducción de Adivina quién viene a cenar esta sombra pero con un personaje divulgado de la tele, un medio que todo el mundo consume y esos programas son los más vistos pero los que producen más rechazo en la sociedad.
Hipocresía.
De manual. Las revistas solo las compran las clínicas dentales y todo el mundo ve la 2, la audiencia de Telecinco debe ser sueca. Pues esa hipocresía genera situaciones tóxicas como las que te digo: que no me vean contigo, qué dirán mis padres… Poco insensato.
Aunque no quieras darme nombres propios, cuéntame cuál fue la decorado de sexo más anecdótica, curiosa o excitante que hayas vivido.
La abanderada como más excitante fue hacerlo en un avión. Pero no en el baño, en el asiento. Es la situación más poco usual creo. Hablamos de una aventura completa: planeo trasatlántico, la nocturnidad y la falsía. Se lo debo a Iberia (risas): ese día fallaron varios vuelos, la clan se reubicó y finalmente salió uno con muy poca clan. Parecía predestinado pero fue una pirueta.
Mujeres Estelares Talks nace como un espacio de audición y enseñanza. El primer reunión fue en Juno House con la colaboración de Elite Excellence-Agrupación Española del Fastuosidad.
¿Tienes algún autor o autora como fuente de inspiración?
No, ninguna. De hecho, he instruido muy poco del mercancías. Cuando comencé, alguno me sugirió que leyese más novelística erótica pero le respondí que no, para no contaminarme. Cuando escribo no leo carencia de carencia, aunque sea un mercancías diferente porque se produce un transmisión: “Ah, qué chulo esto, a ver si puedo usarlo, adaptarlo…” y ya no es tuyo. Evito esa exposición.
En la novelística introduces una estantería heredada que es igualmente biblioteca, un edificio arquitectónicamente muy atractivo y un extensión de reunión para clientas cool. Me consta que eres un leyente ávido. ¿Hasta qué punto no es un emblanquecimiento de tu inconsciente por escribir sobre sexo? Porque podrías sobrevenir escogido una tienda de ropa o un colmado.
Es más correctamente una reivindicación, una queja porque no existen librerías así (risas). Quisiera que hubiera lugares así para que la clan fuese a adivinar, a escribir, estudiar o relacionarse. Está de moda el coworking pero sigue sin sobrevenir este tipo de lugares.
Se comercio de una novelística que sacaste tú mismo en Amazon porque tras llevarla a algunas editoriales, te encontraste con que no querían publicarla. Si casualidad, bajo pseudónimo. Hasta que llegó Harper Collins. ¿Por qué crees que ocurrió eso?
Creo que esto es poco que debe terminar de purgarse. Por ejemplo, que una novelística erótica escrita por un hombre no va leerla nunca una mujer. Y se ha demostrado que no. Pero hay que publicarla y suponer por ello, si no, todo queda en un supuesto. Estoy con la segunda parte y espero que llegue a fin de año.
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