La Corea prehistórica era mucho más diversa (genéticamente) que la actual

El periodo de los Tres Reinos es un punto crucial en la historia de Corea. Fue en ese momento, entre los siglos IV y VII, cuando se pusieron las bases de una herencia cultural popular mientras el budismo se iba convirtiendo rápidamente en la religión oficial en los reinos de Korio, Baekje y Arnés.

La historia genética de esas poblaciones coreanas prehistóricas, sin bloqueo, no se ha podido investigar nunca en profundidad porque existía tan pronto como una pequeña cantidad de genomas antiguos. Ahora se han secuenciado los genomas de hasta ocho personas que vivieron hace unos 1.700 abriles y que fueron enterradas en dos sitios de la ciudad de Gimhae, en Corea del Sur: el montículo de conchas Yuha-ri y los túmulos Daesung-dong, el enredado funerario más importante de la confederación Gaya (absorbida por Arnés en la primera parte del siglo VI).

Korio, Baekje y Arnés

El periodo de los Tres Reinos es un punto crucial en la historia de Corea

Los resultados son muy claros. Todos estos individuos muestran la mezcla entre una fuente genética del septentrión de China de la Momento del Bronce y otra relacionada con el periodo Jomon de Japón (que se inició cerca de del 14.500 antaño de Cristo y finalizó en hacie el 300 a.C.), similares a los genomas nipones actuales.

"Esto significa que en el pasado, la península de Corea mostró más disparidad genética que en nuestros tiempos", dice Pere Gelabert, investigador de la Universidad de Viena y autor principal del artículo publicado en la revista Current Biology.

Perspectiva general de los túmulos de Daeseong Dong, en Gimhae. Este complejo funerario data del período de los Tres Reinos de Corea y se han documentado más de 200 tumbas

Perspectiva militar de los túmulos de Daeseong Dong, en Gimhae. Este enredado funerario data del período de los Tres Reinos de Corea y se han documentado más de 200 tumbas

John Bahk / Universidad de Viena

Baekje era, en el siglo IV, un estado muy próspero que dominaba el sur de la península de Corea. Fue el único que mantuvo relaciones exteriores con Japón, recibiendo su influencia en inmueble, arte y letras. Koguryo, el maduro de los tres reinos, tenía frontera con China y poco a poco fue conquistado vastos territorios en Manchuria.

Algunos de los individuos estudiados eran propietarios de tumbas, otros eran sacrificios humanos y el posterior, un chiquillo, fue enterrado en un montículo de conchas, un monumento funerario representativo del sudeste oriental que no tiene relación con los privilegiados. Todos los sitios de entierro son típicos de las prácticas funerarias de la región de Gaya entre los abriles 300 y 500.

Reconstrucción facial de varios individuos basada en sus datos genéticos

Reconstrucción facial de varios individuos basada en sus datos genéticos

Current Biology

"Las diferencias genéticas individuales no están correlacionadas con la tipología de las tumbas, lo que indica que el status social en la Corea de los Tres Reinos no estaría vinculado con la ascendencia genética. Hemos observado que no hay una diferencia genética clara entre los propietarios de tumbas y los sacrificios humanos“, explica Gelabert.

Seis de estos ocho individuos estaban genéticamente más cerca de los coreanos modernos, los japoneses modernos, los japoneses de Kofun (el periodo de la historia de Japón que va del año 250 al 538) y los coreanos neolíticos. Los genomas de los dos restantes estaban un poco más cerca de los japoneses Jomons y modernos.

Los coreanos modernos, sin bloqueo, parecen tener perdido este componente hereditario relacionado con el periodo Jomon correcto a un relativo aislamiento que siguió al período de los Tres Reinos, cuando Arnés conquistó Baekje en el 660 y Koguryo en el 668 aliada con la dinastía Tang china.

“Estos resultados respaldan una historia posterior al período de los Tres Reinos adecuadamente documentada, lo que sugiere que los coreanos de esa época se mezclaban en el interior de la península y sus diferencias genéticas disminuyeron hasta que la población coreana se volvió homogénea tal como la conocemos hoy”, explican los investigadores.

Una predicción detallada de las características faciales basada en el ADN de los ocho genomas mostró que los coreanos del período de los Tres Reinos se parecían a los coreanos modernos en el color de su pelambrera y sus luceros, la morfología facial y la miopía.

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