El aumento de los tipos de interés en Estados Unidos y en la eurozona para combatir la inflación está disparando ya el coste de la deuda de los estados y empresas y los costes financieros de las familias. Así se refleja en la rentabilidad de los bonos del Hacienda, como el de diez abriles de España, que ayer escaló hasta el 3,1% de rentabilidad anual, y en poco mucho más próximo a la vida de los ciudadanos, como el Euribor.
El tipo al que se prestan los bancos entre sí y narración para las hipotecas y otros préstamos estaba el pasado viernes en el 0,6%, el doble que tan solo tres semanas antiguamente. El lunes, subió hasta el 0,79% y ayer dio un nuevo brinco hasta el 0,96%. Su avance ha sido meteórico y ejemplifica a la perfección lo que implica el cambio de escena coetáneo.

Hoy, la Reserva Federal de Estados Unidos aprobará un nuevo encarecimiento del precio oficial o de narración del billete. Previsiblemente, subirá 75 puntos, hasta la horquilla entre el 1,5% y el 1,75%, según previsiones de los analistas. O quizás solo 50 puntos. Ayer, el mercado apostaba mayoritariamente por la primera opción y eso provocó que se prolongara la inestabilidad en las bolsas y el mercado de la deuda. La última vez que la Fed aplicó un aumento de 75 puntos fue en 1994.
En cualquier caso, en Wall Street se da por sentado que, sea ahora o más delante, los tipos de interés estarán sensiblemente más altos en unos meses para intentar poner coto a la inflación. Ayer, los inversores optaron por esperar acontecimientos para conocer una de las decisiones más esperadas y temidas de los últimos abriles. El alud de ventas aminoró.
El mercado postura claramente por un aumento de 75 puntos por la Reserva Federal para interrumpir la inflación
En Europa, mientras tanto, las pérdidas fueron moderadas en las bolsas. El intento de rechazo de las primeras horas del día dio paso a las dudas y a una corrección que, sin impresionar a ser importante, se añadió a lo vivido en los días previos y reabrió las heridas. El Ibex cayó un 1,4% y ya se asoma a los 8.000 puntos. La banca, tan castigada en los días previos, respiró un poco y, en cambio, otras empresas sufrieron castigos de consideración, como Pharmamar (-10%), Cellnex (-7%) y Solaria y Red Eléctrica (-6%).
La inquina al aventura es una verdad del mercado y se ceba en los activos considerados menos seguros. En este sentido, el castigo a las criptomonedas, cuyo valía ha pasado de 3 billones de dólares a menos de 1 billón en lo que va de año, es extraordinario.
Ayer, Coinbase, una de las mayores plataformas de intercambio de criptoactivos, anunció que despedirá al 18% de su plantilla, unas 900 personas. “Queremos asegurarnos de mantenernos saludables durante esta recesión económica. Nuestros costes de plantilla son demasiado altos para gobernar este mercado incierto. Parece que estamos entrando en una recesión luego de un auge crematístico de más de diez abriles, que podría conducir a otro criptoinvierno que podría durar un tiempo prolongado”, dijo Brian Armstrong, asesor delegado y fundador de la compañía estadounidense.
No es para menos. El bitcoin tocó ayer los 20.834 dólares, menos de dos tercios de su cotización récord, alcanzada a finales del año pasado. Al vallado de esta publicación, rondaba los 22.000 dólares, pero todo se tambalea. El lunes, Binance y Celsius, otras dos plataformas, bloquearon la retirada de fondos de sus clientes frente a el concurrencia de peticiones de reembolso. Estas acciones añaden incertidumbre.
El bitcoin sigue en escoplo y Coinbase anuncia el despido de 900 personas, el 18% de la plantilla
Armstrong subrayó ayer la menester de prolongar bajo control los costes, luego de que en los últimos 18 meses la plantilla de Coinbase se cuadruplicara, desde los rodeando de 1.250 empleados con los que contaba al principio del 2021 hasta los 5.000 que tenía ayer.
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