“La vacuna de la covid solo es el despegue de la revolución ARNm”

Que tu éxito no lo decidan otros

La pionera del ARNm y la vacuna más efectiva de la historia fue despedida de su universidad por “no conseguir resultados”. Le hicieron un valía, porque se fue a Alemania y aplicó allí su tecnología con BioNTech y Pfizer. Lo demás ya es historia... Y futuro, porque el ARNm revoluciona no solo las vacunas, sino la terapia personalizada en oncología, enfermedades neurodegenerativas y otras áreas donde promete y ya consigue. Para triunfar en biotecnología, Karikó tuvo antaño que ejercitar el autodominio para tramitar el estrés. Y relegar “lo que piensen los demás” a “lo que planeo y decido por mí misma”. Y esa tecnología de galantear lo que haces la liberó de la subordinación al cordura visible y la ha puesto ahora a las puertas del Nobel. Sigue concentrada y acertado en el laboratorio con el éxito y la triunfo; pero lo estaría igual sin ellos.

Cómo llegó a concebir la tecnología del ARN mensajero?

Mi hija es campeona de remo...

Cinco veces campeona del mundo; y dos, oro desconsiderado.

De empuñar los remos siempre tenía ampollas en las manos, que tardaban mucho en curarse, así que pensé que podría estilarse el ARN mensajero (ARNm) con el código de proteínas terapeúticas que aceleraran la curación y que un día hasta se podrían ahorrar en la fresquera para jaquecas y otros dolores...

¿Y de ahí a la vacuna de la covid?

Todavía pensé en curar enfermedades genéticas, porque el ARNm es rebajado, rápido y tratable de aplicar: mucho más que el ADN. Y empezamos a ensayar con él: al principio resultaba inflamatorio, pero logramos obtener uno que no lo era y aumentaba la producción de hematíes y logramos una salvoconducto y ayuda.

¿Y la vacuna?

Mis colegas querían usar la tecnología en vacunas: la ensayamos con monos para el virus del Zika y obtuvimos buenos resultados.

¿Y así obtuvieron la de la covid?

Todavía trabajamos en otras, como la del VIH.

¿Cuándo habrá vacuna para el sida?

Moderna ya tiene dos ensayos clínicos, adicionalmente de otros para el SARS, CMV y avanza en la hipótesis de que el virus de Epstein-Barr podría ser el origen de la anquilosamiento múltiple.

¿Qué otras vacunas se preparan?

La de la malaria nos costará más porque es un parásito e incluye más proteínas. Y lo mismo con otras bacterias infecciosas: complejas por sus azúcares. Y rediseñamos igualmente la vacuna de la tuberculosis.

¿Mejoran otras vacunas ya existentes?

Como la vacuna de la varicela, que deja una secuela en nuestro cuerpo, el herpes zóster.

Subyacente y recurrente: muy extendido.

Para el que ya hay otra vacuna, pero que cuesta 800 euros. La diseñamos más trueque. Y recuerde que el ARNm facilita y abarata igualmente la terapia génica, que puede resultar muy efectiva en las enfermedades neurodegenerativas, como la amiloidosis.

¿Cómo actúa en esas dolencias?

Podemos lograr a la esencia espinal y igualmente a otros órganos y editar y cambiar su genoma para combatir virus. Como ve, la vacuna de la covid solo es el despegue de la revolución ARNm.

¿No existen afecciones etiquetadas hoy como cáncer que en ingenuidad son virus?

Por eso trabajamos para formular vacunas específicas para cada paciente de cáncer y ese es el futuro. Con el ARNm podemos gestar, como ha conseguido mi colega Weissman, anticuerpos específicos que destruyan las células cancerosas en cada caso.

¿Sería la culminación de las terapias oncológicas personalizadas?

Y no solo en oncología. Imagínese una nueva pandemia en la que solo algunos pacientes sobreviven. De entrada, podemos clonar el anticuerpo que le ha permitido sobrevivir e inyectarlo en otros pacientes, quienes así podrían ampararse del nuevo virus.

Su vacuna de la covid ya ha sido un éxito.

Hace 20 primaveras para conseguir cualquier vacuna hubiéramos necesario, para asomar, que los de Wuhan nos enviaran un paquetito con el material hereditario del virus.

Y sin él lograron la vacuna en seis meses.

Porque antaño ya llevaba muchos primaveras, y posteriormente con mi equipo, trabajando en esa tecnología en la que nadie creía.

Gracias, doctora: ¿por qué persistió?

Mi padre era carnicero y me fascinaba ver sus disecciones: trabajaba mucho y posteriormente tocaba el violín como un virtuoso. Resolvía operaciones de tres dígitos sin calculadora.

¿Por eso se dedicó usted a la biología?

Yo era una pupila siempre curiosa y trabajaba como mis padres: día y sombra. No teníamos tele. A los 13 primaveras fui premiada como mejor estudiante de biología de Hungría. Y fui al campamento franquista de biología. Muchos de los amigos que hice allí hoy son grandes científicos en medicina y biomedicina.

¿Algún consejo que pueda compartir?

Tuve profesores de primaria y secundaria brillantísimos y entregados. Les doy gracias. De pupila y adolescente, quería ser como ellos. Y me enseñaron a no preocuparme de lo que pensaran los demás y a centrarme solo en lo que yo planeara. El investigador Selye –le escribí y me contestó– me explicó cómo tramitar mi estrés para que fuera creativo.

¿Cómo?

La vida es lo que tú haces con ella y puedes convertir lo cenizo, el estrés, con trabajo y esfuerzo, en positivo. No estaría aquí si yo no lo hubiera hecho cuando nadie creía en el ARNm y me despidieron de mi universidad.

¿Siguió centrada en sus planes?

Como estaba convencida de lo que hacía, me fui a Alemania. Y por eso la vacuna fue de BioNTech, de la que soy vicepresidenta, y Pfizer. Me importó menos lo que pensaran los demás –creían que yo era una perde­dora– que mi propio trabajo. Si amas lo que haces, lo demás es secundario.

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