En Netflix se encontraron una situación desagradecida: producir una serie como Intimidad y comprobar que el consumo del primer fin de semana palidecía en comparación con el de una abominación como Bienvenidos a Edén o Entrevías , que incluso triunfa en los Estados Unidos, siendo la sexta serie más popular de las plataformas de streaming según la empresa Nielsen de medición de audiencias. Ya hemos hablado de ella: nos recuerda que, cuando se vulnera la intimidad de una persona compartiendo imágenes privadas, esta es una víctima. Y es un hallazgo tras otro: desde el uso de Bilbao a los diálogos sobre la fragilidad masculina y las nuevas masculinidades, la capacidad de profundizar en la problemática sin perder el pulso dramático de la historia o un reparto en estado de ocurrencia. Itziar Ituño, Patricia López Arnaiz, Verónica Echegui, Emma Suárez, Marc Martínez o Yune Nogueiras pueden rivalizar con las actrices de Vis a vis , Tóxico o incluso aquellas Nicole Kidman, Laura Dern, Reese Witherspoon y Shailene Woodley de Big little lies , una serie con la que protector otro punto de contacto: instantes de sororidad, de apoyo entre mujeres, que te tocan la fibra.
Desde que Netflix sufrió una declive de abonados el primer trimestre del 2022, se ha puesto en duda el compromiso de la plataforma con la ficción de calidad. Series como Bienvenidos a Edén o Érase una vez pero ya no (bueno, ¡incluso Las chicas del cable ...!) permitían que fuera una teoría verosímil. Pero eso no nos tiene que hacer perder de presencia que el notorio incluso tiene un comportamiento determinado frente el catálogo. La resurrección de Borgen no se ha colocado entre las series más vistas en tierra no inglesa a pesar de una cuarta temporada extraordinaria que se ha situado más allá del feminismo para musitar del poder. Y ahora conviene que no pase desapercibida la segunda temporada de la sueca Aprecio y desbarajuste , una comedia sexual que despista. Puede ser la mar de simpática pero incluso es atrevida: profundiza en la sanidad mental desde una observación redimido de prejuicios, no asociando un ideal concreto al concepto de normalidad. Si se le suma Intimidad , no faltan opciones estos días para quienes buscan calidad.
Ahora lo que toca es demostrar que una semana no sentencia una serie, que el boca a boca (y, ejem, la crítica) todavía puede ser determinante, que los fenómenos se pueden cocer a fuego sosegado cuando la materia prima es buena, incluso en tiempos de avalancha de estrenos y de espectadores que no miran detrás.
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