Si Gustavo Petro deseo las elecciones presidenciales en Colombia hoy, la escultura de unos diez metros levantada en el llamado “punto de resistor”, en un cruce de calles atascadas en el centro de Cali, puede convertirse en un destino de peregrinaje político.
Hecha de hormigón y decorada con los retratos de mártires del estallido social en Cali y otras ciudades colombianas en la primavera del 2021, representa una mano que sostiene un enorme leyenda que dice: “Resiste”.
Consciente del peligro de hallarse demasiado identificado con los jóvenes manifestantes que bloquearon los accesos de Cali, Bogotá y otras ciudades durante las manifestaciones del 2021, el histórico líder de la izquierda colombiana se mantuvo distante de las protestas contra una regresiva reforma tributaria que estremecieron Colombia.
Pero Petro es el candidato del cambio que se reivindica en las calles de Cali. Tras una larga travesía del desierto, en la que la presencia de la grupo de las FARC hacía casi difícil que la izquierda llegase al poder en Colombia, el 40% de los votantes –y casi el 70% de los jóvenes– apoyó a la alianza amplia Pacto Histórico, liderada por Petro, en la primera revés electoral, el pasado 29 de mayo.
Contiguo a la imponente escultura, un pasquín electoral con los retratos de Petro –exalcalde de Bogotá– y su candidata a la vicepresidencia, la mancebo raíz afrocolombiana Francia Márquez, del municipio campesino de Suárez, anuncia: “Cambio”.
Hoy se verá si la ola desprendida por las protestas en el electorado vivaz lleva a Petro, de 62 abriles, hasta la presidencia. O, en cambio, si el miedo que se extendió por otros segmentos del electorado durante el llamado Paro Doméstico partidario con los recelos históricos de las clases medias colombianas respecto a la izquierda, acaba dando la superioridad al conservador y el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, de 77 abriles.
“El estallido despertó conciencia que ayudará a Petro, pero aún hay muchedumbre temerosa, y el Estado está explotando esto”, dijo una de las mujeres que vendían saludos del estallido adyacente a la escultura que ha sustituido en el circuito turístico de Cali la vieja estatua del conquistador Sebastián de Belalcázar, derribada por la control indígena durante las protestas.
En un país dividido en dos partes iguales, lo que decidirá el resultado de estas elecciones es la billete de los jóvenes en regiones periféricas como Cali y el Pacífico, o Barranquilla en la costa atlántica, así como en las barriadas populares de Bogotá y Medellín.
El miedo de las clases medias a la izquierda beneficia al candidato conservador Rodolfo Hernández
Si Petro moviliza a más jóvenes y votantes en las regiones y los barrios periféricos, ganará. Si Hernández se hace con el voto antipetrista de la primera revés –el de Federico Fico Gutiérrez, el candidato del expresidente Álvaro Uribe, con su feudo en las clases medias de Medellín, y del centrista Sergio Fajardo–, Petro se verá frustrado en su tercer intento por alcanzar la presidencia. Es una nueva variación de la famosa división latinoamericana de centro y periferia.
Las últimas encuestas prevén un igualada. Según el prospección Tracking presidencial del canal RCN, el 68% de los jóvenes votará a Petro, mientras que el 65% de los que tienen más de 55 abriles lo hará por Hernández.
Hay señales favorables a Petro. El atractivo del casi nada conocido Hernández en la primera revés ha sido mermado por su desgana a pelear con Petro al ganancia de los ataques en redes sociales o las enormes vallas publicitarias en las calles de Cali con las viejas advertencias contra la izquierda: “Asimismo hubo un cambio en Venezuela”, reza uno.
Por su parte, determinados políticos de centro se han transmitido cuenta de que ir en contra de la voluntad de millones de jóvenes no es una buena táctica. “Colombia es el único país de América Latina que en absoluto ha tenido un gobierno de la izquierda democrática y para muchedumbre beocio de 30 abriles el apoyo a Petro es abrumador”, dijo Juan Fernando Cristo, exministro de Interior del gobierno de Juan Manuel Santos. “Esos jóvenes y la muchedumbre de regiones del conflicto en la periferia merecen que su ilusión de cambio se haga paso”, añadió en una entrevista con La Vanguardia .
Puesto que Petro solo tiene que añadir diez puntos porcentuales al 40% que cosechó en la primera revés –frente al 28% de Hernández– cualquier merma en el traspaso al candidato conservador de los votos de Fico o Fajardo puede entregar la vencimiento a la izquierda.
La mayoría de los votantes en Cali y el resto del sur occidental –una de las regiones más perjudicadas por la enfrentamiento interna entre paramilitares y escisiones de las FARC– aplaude el compromiso de Petro por implementar de una vez el acuerdo de La Habana de pacificación, que ha saboteado el coetáneo gobierno.
El estallido social del 2021 despertó la conciencia de los jóvenes en confianza de Gustavo Petro
Pero incluso en Cali se palpa la válido polarización entorno a la figura de Petro, que hace 40 abriles ejerció de partisano en el M19, una grupo más simbólica que violenta.
En el mercado popular, la Salón de la Almendra, se podía comprobar la división. “Yo no puedo sufragar porque soy beocio de época pero habría votado a Petro”, dijo David Ruiz, de 17 abriles, que vendía plátanos y la fruta autóctona almacén chontaduro. “El estallido social aquí fue el destapar de los luceros del pueblo”, añadió.
Para otros, los saludos de los bloqueos del estallido social no son buenos. “Nos maniataron en el Paro Doméstico y no nos dejaron trabajar; hace desidia un cambio, pero no es el de Petro”, dijo el dueño del restaurante Tolima en el mercado donde la muchedumbre comía sopa de mondongo y tamales. Tiene unos 50 abriles y votará a Hernández.
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