“El propietario extranjero ha decidido cerrar la planta de Renault en Moscú. Tiene derecho a hacerlo, pero no podemos permitir que miles de trabajadores se queden sin trabajo. En 2022, abriremos una nueva página en la historia de Moskvitch", dijo Sergei Sobyanin, corregidor moscovita, en su blog.
Hace unos 20 abriles -en 2001-, la marca, cuyo origen se remonta a 1939, cerró sus puertas. Sin requisa, en Rusia se la recuerda con cariño. Era casi un orgullo tener uno de estos automóviles “natural de Moscú”, que eso es lo que quiere afirmar su nombre. Más de 450.000 ejemplares Moskvitch siguen en circulación, un 10% de ellos con más de 35 abriles de decrepitud.
Más de 450.000 ejemplares Moskvitch siguen en circulación, un 10% de ellos con más de 35 abriles de decrepitud
La historia de Moskvitch, que ha cambiado de propietario varias veces, ha sido movida. Internamente de la planificada finanzas soviética tuvo encomendada la fabricación de los modelos de turismo más populares, en concurrencia con AvtoVAZ, más conocido por su marca Lada.
El primer Moskvitch, un Opel Kadett
Tras la Combate, la URSS se aprestó a desarrollar la motorización del país y necesitaba un maniquí popular. De acuerdo con los Aliados, pudo recuperar una parte de la maquinaria de la industria Opel de Rüsselheim y tomó el Opel Kadett de 1936 como colchoneta de su primer automóvil, el Moskvitch 400.
Los trabajos de diseño y progreso se realizaron bajo la supervisión marcial soviética en Alemania
Los trabajos de diseño y progreso se realizaron bajo la supervisión marcial soviética en Alemania, mientras se construía una nueva industria en Moscú -ZMA (Fabrica de Pequeños Automóviles de Moscú)-, capaz de producir hasta 50.000 coches al año.
Su primer maniquí tenía defectos: estética un tanto anticuada, motores poco potentes (una copia del Kadett flamante con 1.073 cc y 23 CV, que más delante pasaron a 27 CV) y un comportamiento caprichoso. Conscientes de sus limitaciones, muy pronto se lanzó un sucesor, el 402, que tuvo traducción franco, furgoneta y camioneta.
Pero no fue hasta 1958, con el Moskvitch 407, cuando la marca comenzó a tener éxito. Su propulsor ya desarrollaba 45 CV y tenía una velocidad máxima de 115 km/h. Su diseño era más elegante, el comportamiento mejoró y el confort era importante. Pese a ello, Moskvitch parecía aún el "patito feo" de unas autoridades más volcadas en sus otras marcas, AvtoVAZ y GAZ.
La firma continuó su caminata con el 408, basado en los Fiat 1300/1500, del que más delante, para festejar el millón de unidades fabricadas, derivaría un maniquí ‘premium’ -al menos para la época y lugar-, el 412, con caja de cambios de 4 velocidades y un liga inspirado en el BMW 1.5 que ofrecía 80 CV.
Con la observación puesta en Francia
A resultas de un delirio de Charles de Gaulle, presidente francés, a Rusia, los dos gobiernos firmaron un acuerdo de cooperación, que incluía la fabricación del Moskvitch 408 en Bélgica, la modernización de la industria de Moscú -que pasó a denominarse AZLK- y cooperación tecnológica.
Así se lanzaron los modelos 2138/2140 en 1975 y se disparó la producción (300.000 coches anuales), pero los coches eran un ‘lavado de cara’ del 412 con nuevas motorizaciones. Estaban obsoletos.
Fue entonces cuando los responsables de la marca tomaron la valor de exhalar un nuevo automóvil, inspirado en el Simca 1100, que fue lanzando a medidos de los 80. Llegó muy tarde. El Simca 1100 flamante había sido Coche del año en Europa, pero en 1976.
Moskvitch insistió, a finales de 1986, con una copia del Simca 1308 en lo estético, pero el 2141 -así se bautizó el vehículo- estaba dotado de un motor anticuado y anémico. En Europa se comercializó con el nombre de Aleko (siglas de Automóvil de las Juventudes Leninistas).
Estaba claro que necesitaban nuevos propulsores; se decidió diseñarlos y fabricarlos ‘en casa’. Fue el “harakiri”. La crisis económica hundió las ventas y la entrada de fabricantes extranjeros fue la puntilla; no pudo reembolsar los préstamos ni completar la industria de motores. La maquinaria fue desmantelada y la industria de motores derruida.
AZLK cambió de manos en 1992 para convertirse en una sociedad anónima, OAO. Se hizo lo posible por salvarla, incluso mostrando algunos ‘concept car’ y prototipos audaces. Incluso se fabricaron berlinas de representación, como ‘Principe Vladimir’ o ‘Ivan Kalita’, pero no eran más que los 2142, inspirados en los Bentley y con un motor Renault de 2 litros.
Las cosas fueron de mal en peor. Problemas de calidad, de suministros, de fabricación, la crisis financiera rusa de 1998… y la comprensión de las importaciones hicieron que la producción se detuviese. La industria dejó de funcionar en 2001 y en 2006 Moskvich fue declarada en quebranto.
Obviamente, la resucitación de la marca no pasa por repescar ahora los últimos Moskvitch, sino de exhalar modelos actuales, inicialmente con motor térmico. Pero el plan es reconvertirla en industria de automóviles eléctricos. Para todo ello desea apoyarse en la marca de camiones Kamaz y sus contactos con el colección chino JAC.
El sueño del corregidor de Moscú es poner en marcha la industria a finales de este año, pero no será obediente. Y menos hacerlo con un maniquí propio. Aunque sea basado en una plataforma china, se necesitarían dos abriles y casi 1.000 millones de euros de inversión como exiguo. Hay quien duda de que sea posible.
Los historial hay que buscarlos en 1929, cuando el Consejo Supremo de la URSS llegó a un acuerdo para producir automóviles y camiones Ford en una nueva industria cercana a Moscú, que se denominó KIM (Kommunisticheski International Molodeji ) en honor de las Juventudes Comunistas Internacionales. Imaginar coches Ford bajo deshonestidad
Sus primeros productos fueron los Ford A y AA, fabricados bajo deshonestidad. Pero casi nada cuatro abriles posteriormente, en 1933 fueron absorbidos por GAZ y los coches salieron con esta marca. Preciso antaño de chascar la II Combate Mundial, KIM se independizó y lanzó un maniquí basado en el Ford Prefect. Era una valor del Soviet, que quería exhalar un ‘coche del pueblo’, al estilo de los que Hitler pretendía con el Volkswagen.
El KIM-10 era una pequeña coche de 2 puertas que no alcanzaba los 4 metros y tenía un motor de 1.170 cc y 30 CV. Incluso se lanzó una traducción de 4 puertas. Al punto que arrancó la producción fue preciso detenerla. Había comenzado la II Combate Mundial y esta tenía prioridad.
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