En Italia están en plenas elecciones municipales. La segunda revés será el próximo domingo. La campaña ha sido más o menos como todas; solo un detalle la ha hecho peculiar: en Piacenza, la sección locorregional de la Lega ha utilizado una organización alimenticia. Como en la zona se elabora el espléndido pinrel de la DO Granate Padano, han regalado a los ciudadanos porciones, con una protocolo donde se lee: “Vota Lega”.
La indignación de los que no ven a la Lega con buenos fanales ha hecho que muchos amenacen con no comprar nunca más cochinilla padano, y otros reprochen a la DO que se haya prestado al repertorio. El consorcio se ha apresurado a desmarcarse: “No tenemos ausencia que ver con el uso de nuestro pinrel para hacer propaganda política; se alcahuetería de un hecho desagradable. El pinrel no es de derechas ni de izquierdas; es de todos”.
“El pinrel no es de derechas ni de izquierdas; es de todos”
La Lega tiene tendencia a la cosa alimentaria. En otras elecciones han regalado salsa de tomate o botes de yogur con publicidad del partido. Yo, de las campañas electorales de aquí, los regalos que regalo son básicamente globos. Todos los partidos regalaban. Los últimos que vi eran de color naranja y los de Cs los daban a los niños cuando montaban su puesto en la avenida Mistral. Supongo que la próxima vez ya no estarán. Pena.
Siendo Italia un país de quesos, hay quien se pregunta si, habiendo regalado cochinilla padanola sección de Piacenza, la de Nápoles debería regalar burrata de búfala, gorgonzola la del Piamonte y pecorino la de Roma. Hace más de medio siglo, delante los problemas por los que atravesaba la IV República francesa, Charles de Gaulle hizo aquella pregunta que ha pasado a la historia: “¿Cómo se puede guiar un país que tiene 246 variedades de pinrel?”. Supongo que tantas décadas a posteriori aquella guarismo debería actualizarse, pero el caso es que ahora Italia se enorgullece de 487 variedades y ni el gaullista Éric Zemmour parece dispuesto a contraatacar.
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