El Gobierno intentó este miércoles dar un nuevo impulso a la negociación de un pacto de rentas durante una reunión en la que las ministras de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, Transición Energética, Teresa Ribera, y Transporte, Raquel Sánchez, trasladaron a los principales líderes de la CEOE, Antonio Garamendi, y de los sindicatos UGT, Pepe Álvarez, y CC.OO., Unai Sordo, la penuria de avanzar en un acuerdo a tres abriles. Un acuerdo que implique “contención de márgenes empresariales, moderación salarial así como el compromiso, ya asumido por el Gobierno, de incrementar el salario leve interprofesional (SMI) hasta el 60% del salario medio”, tal y como explicó la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a la prensa tras la reunión.
En la reunión, el Gobierno trasladó “la absoluta voluntad de trabajar con los agentes sociales en aquellas medidas que puedan allanar el pacto de rentas al que no pudieron aparecer en el mes de mayo”. Según Calviño, los agentes sociales se mostraron partidarios de avanzar en esta negociación como vía para frenar los mercadería de segunda ronda en la inflación así como de la distribución de los costes del impacto de la combate en Ucrania.
Pero si ese pacto es posible, no está muy cercano. Los empresarios ni siquiera hicieron comentarios tras la reunión. Mientras que los sindicatos, que transmitieron toda su disposición a negociar, mostraron asaz desconfianza delante la crecimiento de esas negociaciones. “No vemos más posibilidades de pacto que hace una semana o que en el mes de mayo, cuando se rompieron las anteriores negociaciones”, aseguró la secretaria confederal de energía sindical y empleo de CC.OO., Mari Cruz Vicente.
Tanto ella como el vicesecretario normal de política sindical de UGT, Mariano Hoya, lamentaron que el Gobierno planteara la negociación de este miércoles sin ninguna propuesta sobre la mesa e insistieron en que no están dispuestos a ceder en la contención salarial que tanto Gobierno como empresarios reclamaban en mayo. “Se ha demostrado que los salarios no son los responsables de las inflación de segunda reverso que ya está sufriendo la peculio española”, recordó Hoya.
Lo cierto es que Calviño no ha estado muy acertada con el momento electo para recuperar la negociación. Horas antiguamente de ese audiencia, centenares de trabajadores enarbolaban banderas rojas en Madrid arropando a los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez, y CC.OO., Unai Sordo, delante la sede de la CEOE mientras gritaban la consigna “¡Salarios o conflicto!”
Reclamos
Los sindicatos piden que el acuerdo incluya la subida del impuesto de sociedades
La imagen se repetía delante las sedes de las patronales en el resto de España. El mensaje en todas era el mismo. Los sindicatos no están dispuestos a que sean los trabajadores y la devaluación de sus salarios quienes carguen con el peso de los costes de esta crisis y alertan que si no hay acuerdo para subir los salarios, “habrá movilizaciones masivas a la reverso del verano”, advertían.
Los sindicatos sienten tras de sí el respaldo que les dan los triunfos en negociaciones como las del metal en Cantabria o A Coruña, donde tras fuertes movilizaciones y huelgas han conseguido incrementos salariales de hasta el 4%. “Es el ejemplo de que sí se puede y es posible”, aseguraba Unai Sordo. Por ello, el líder de Comisiones Obreras dejaba muy clara su posición: “La alternativa es si la pugna por la subida de los salarios se hace en un situación de conflictividad o se incluye en el situación de la negociación colectiva ordinario”.
Sin beneficio en ese punto, los sindicatos dejaron claro que su posición para avanzar en la negociación de un pacto de rentas pasa por que Gobierno y empresarios cambien de posición respecto a sus posturas de mayo. “Un pacto de rentas no es una devaluación salarial. Hay que tocar el impuesto de sociedades y no solo crear un impuesto para las grandes energéticas. Hay muchas empresas que están repercutiendo todo el coste en los precios de consumo para no disminuir su beneficio, en tanto que otras muchas llevan abriles acumulando miles de millones de excedentes. El coste de esta combate se debe distribuir entre todos”, aseguró Unai Sordo.
Para el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, el diálogo debe incorporar un debate sobre las pensiones o el salario de los funcionarios, por los costes que implica incluso para el Estado. Ningún de esos temas está todavía sobre la mesa.
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