Carlos Sainz, al fin, saborea su primera victoria en la F1

Carlos Sainz, por fin, se abrazó a la renombre de la conquista en la F1. Ha tardado 151 carreras, 8 temporadas, pero la oportunidad de Silverstone, partiendo desde la pole, la aprovechó a la perfección para apuntarse su primera conquista tras una dura pugna con su compañero Charles Leclerc y numerosos percances: una bandera roja original, un reventón de Max Verstappen, la cesión de la posición a su vecino y un oportuno coche de seguridad al final que le favoreció. Nueve primaveras posteriormente, un castellano triunfa en la F1.

Sufrida conquista

Hasta a error de 12 vueltas, Sainz tenía que resignarse detrás de Leclerc, pero un coche de seguridad cambió la organización de Ferrari

Tras 56 minutos de detención de la carrera por el siniestro espeluznante de Guanyu Zhou en la salida, la prueba se reanudó por segunda vez desde parado en la parrilla, con las mismas posiciones de la primera vez, es sostener, con Sainz en la pole y Verstappen a su costado.

En esta ocasión, Sainz defendió como un rayón su posición privilegiada del acoso de Verstappen, que calzaba las mismas gomas amarillas. En igualdad de condiciones de caucho, el madrileño mantuvo la primera posición con indocilidad, acorralando contra el pared a Max, cerrando los huecos al Red Bull, para emprender a brindar hueco con su buena tracción. Perdido el duelo, el holandés tenía que defenderse de Leclerc, con el que tuvo un toque en la curva 6. Por detrás, Pérez siguió cuarto, Norris botellín, Hamilton sexto, y Alonso perdió una posición en presencia de Gasly.

La animación prosiguió en las primeras vueltas. Pérez salía al pit-stop y caía al puesto 16, desapareciendo de la pelea, Alonso ganaba la posición a Gasly (ya era 6.º) y Hamilton se situaba 4.º al pasar a Norris con el aullido de Silverstone. Y delante, Verstappen no soltaba la presa, pegadísimo a Sainz, a menos de un segundo, en zona para poder brindar el DRS y probar el adelantamiento. “Él es un poco más rápido”, admitía el castellano por radiodifusión, temiéndose lo peor.

La presión de Verstappen dio su fruto. Sainz sucumbió al acoso y cometió un error, al rebosar tenuemente de pista, a la franja de hierba, en la zona de curvas enlazadas (10-12) de la dorso 10. El holandés aprovechó el regalo y le arrebató la primera posición. El liderato le había durado al punto que 10 giros al madrileño.

Pero la suerte le cambió a Sainz dos vueltas posteriormente. Un reventón de Verstappen, que pisó un trozo de fibra de carbono, facilitó el adelantamiento de Sainz y de Leclerc, mientras que el holandés tenía que salir a cambiar de gomas y cayó al 6.º puesto. El holandés reportaba problemas con sus neumáticos y la dirección. “Este coche está roto al 100%”, informaba por al radiodifusión.

A Sainz le crecían las sombras. Su compañero Leclerc le achuchaba, a 0,3s (dorso 15), y Hamilton empezaba a fisgar parentesco desde su tercera posición, a 4,7s del monegasco, e intimidó con un par de mejores vueltas de carrera. Norris era cuarto y Alonso, botellín, delante de un Verstappen que seguía con problemas, cada vez más alejado.

Hamilton por momentos se convertía en una amenaza para los dos Ferrari. Con su tercera mejor dorso de carrera se acercaba a 3,1s de Sainz. “Necesitamos que aprietes más”, le decían por radiodifusión al madrileño, viendo que el inglés se acercaba peligrosamente y que Leclerc estaba musculoso y se quejaba de ir frenado.

Horizontal

Carlos Sainz delante de su compañero 

CHRISTIAN BRUNA / EFE

Ferrari ponía en actos la organización. La primera parada, dorso 21, era para Sainz (2,5s), que se reincorporaba tercero, delante de Norris. Leclerc tomaba el liderato provisional, apretado por Hamilton, que le repelaba 3 décimas con mejor ritmo y se aproximaba hasta 0,9s, en zona de DRS. Lo evitó Leclerc entrando en el pit-stop en la dorso 26, cinco más tarde que su compañero. El monegasco se reincorporaba tercero, por detrás de Sainz y Hamilton, que todavía no había parado.

El inglés estaba en sus vueltas decisivas. Si metía suficiente tiempo a Sainz (lo tenía a 17,9s) podría birlarle la primera posición a su dorso del pit-stop. Hamilton pidió seguir en pista para prorrogar la parada. Y mientras, Leclerc volvía a la carga, achuchando a Sainz, a 1 segundo. “Osadía para guerrear”, les decía Ferrari por radiodifusión. Si se ponían a pelear entre ellos, el beneficiario sería el Mercedes.

El equipo italiano presionaba a Sainz. “Tienes que hacer un 32,2 o cambiaremos de posición”, le amenazaba. Leclerc se acercaba y Sainz le cerraba la posición. Se había desatado la pelea roja en la dorso 31. De la papeleo de Ferrari dependería el éxito de la carrera. “Intercambiamos la posición”. “Entendido”, respondió el madrileño, que pasaba a ser tercero en esa dorso 31 para que tirase Leclerc con mejor ritmo. Al detener Hamilton dos vueltas posteriormente, el monegasco tomaba el liderato y el madrileño era el perseguidor, aunque se iba descolgando dorso a dorso, a 2,6s, a 3, a 4... Hamilton, con un ritmo altísimo, le amenazaba el segundo puesto.

Gracias a Ocon

La avería de Ocon causó un coche de seguridad que motivó el cambio de neumáticos y de organización: Leclerc no pudo cambiar de gomas y Sainz atacó con blandas

El guion cambió por completo en la dorso 40. Una avería de Ocon y su Alpine en medio de la pista motivó la aparición de un coche de seguridad, que llevó a los equipos a meter a sus pilotos al pit-stop. Todos, menos Leclerc, que por poco era líder. "No inventéis, no inventéis, por valenza", decía Carlos por radiodifusión a su equipo cuando le sugería que dejase distancia con Leclerc. Evidentemente, no hizo caso.

Así que Sainz, con gomas nuevas blandas, y en la misma segunda posición, ganaba una oportunidad final de atacar el liderato del monegasco, con duras usadas de 14 vueltas. Tenía 11 giros para hacerlo.

El postrer asalto era desigual, dispuesto a Sainz y Hamilton para atacar a Leclerc. En cuanto desapareció el coche de seguridad, con 10 vueltas en el registrador, el madrileño se tiró encima del monegasco, y igualmente Checo Pérez sobre Hamilton. En un par de curvas, Sainz superaba con determinación a Leclerc –que ofrecía resistor incluso por fuera y con duras-, y a la vez, el mexicano al inglés.

Sainz abría hueco de 2 segundos en dos vueltas. Le quedaban por delante ocho vueltas para regocijarse su primera conquista. Se iba a 4 segundos a error de seis giros, mientras por detrás la pelea era a cuatro entre Pérez, Leclerc, Hamilton y Alonso por dos puestos de podio. El mexicano se llevó el sagaz al agua para apuntarse el segundo cajón, mientras que Hamilton arrebataba el tercer puesto a un Leclerc de supervivencia con los duros. Alonso acababa 5.º.

Carlos Sainz

"El coche de seguridad me dio una segunda oportunidad, te puedes imaginar los ansiedad"

Carlos Sainz se mostraba adecuado al bajarse del coche, aunque muy tranquilo a pesar de la emoción del momento: "No sé qué sostener, no se puede pedir más. Gracias a todos el mundo por el apoyo. No ha sido dócil, tuve problemas con el contrapeso del coche. Creí que podía hacerlo. El coche de seguridad me dio una segunda oportunidad, te puedes imaginar los ansiedad cuando se ha marchado", explicaba Sainz al término de la carrera. "Silverstone es un oficio específico para mí". Lo recordará toda la vida.

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