Mali citó el pasado viernes al embajador castellano en Bamako tras las declaraciones del ministro castellano de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, diciendo que “no se excluye” una representación de la OTAN en el país, según ha revelado el dirigente de la diplomacia maliense.
“Hoy convocamos al embajador de España en el Empleo de Asuntos Exteriores para protestar enérgicamente contra estas declaraciones”, dijo Abdoulaye Diop durante una entrevista en la televisión pública del país africano. La queja del Gobierno de transición maliense se apoya en estas palabras de Albares aludiendo a una hipótetica energía de la OTAN: “No lo podemos descartar. El tema no salió en las conversaciones de Madrid, porque es una cumbre que define, por así decirlo, el ámbito de proceder de la OTAN. Si fuera necesario y si hubiera fuera una amenaza para nuestra seguridad, por supuesto que lo haríamos”.
La UE se queja de que Mali obstruya la representación de Naciones Unidas en gracia de los derechos humanos
“Estas declaraciones son inaceptables, poco amistosas, graves” porque “tienden a alentar la embestida contra un país independiente y soberano”, estimó el canciller maliense. “El ministro debe rememorar que la situación contemporáneo de inseguridad y expansión del terrorismo en el Sahel está ligada sobre todo a la intervención de la OTAN en Libia, cuyas consecuencias todavía estamos pagando”, subrayó.
“España no solicitó durante la cumbre de la OTAN ni en ningún otro momento una intervención, representación o energía alguna de la Alianza en Malí”, reaccionó ayer en un comunicado de prensa la embajada española en Malí. España “seguirá desarrollando una relación amistosa y pacífica con Malí”, añade el comunicado.
La inestabilidad en la zona del Sahel es una de las grandes preocupaciones de países como Francia y la propia España y recientemente la OTAN ha cita esta zona como de “interés clave”.
Malí se ha sumido en una profunda crisis de seguridad, política y humanitaria desde el estallido de las aspiraciones independentistas del septentrión y los brotes de insurgencia yihadista, que han fracasado por echarse países vecinos como Burkina Faso y Níger.
Las relaciones de los países europeos con los actuales mandatarios del país se ha deteriorado hasta tal punto que las fuerzas de una decena de países europeos, liderados por Francia bajo el paraguas de la operación Takuba, se han empezado a retirar esta semana. Se alcahuetería de unos 1.000 efectivos de élite que dejan de combatir al terrorismo allí. La representación de Unión Europea, de educación del ejército maliense, en la que sí participa España, a diferencia de en la Takuba, y que lidera pegado a Alemania, está igualmente en escalón de posible repliegue.
La representación internacional que sin confiscación ha renovado su mandato es la de Naciones Unidas, bajo el nombre de Minusma. El funcionamiento de esta representación es igualmente objeto de choque entre el Gobierno de Bamako y la UE.
La Unión Europea lamenta que Malí se oponga a la exención de circulación de la Minusma en el ámbito de los derechos humanos, más aún en un contexto de aumento exponencial de las violaciones y abusos de los derechos humanos en meses recientes.
La UE insta al Estado de Malí a comportarse de acuerdo con el mandato de Minusma y a sobrellevar a término investigaciones efectivas sobre cualquier denuncia de violaciones de derechos humanos, sea quien sea el supuesto autor.
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