Margaritis Schinás: “Hubo un uso excesivo de la fuerza en Melilla”

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Protección del Estilo de Vida Europeo, Margaritis Schinás, visitó el pasado jueves Barcelona. Su turista “simbólica” fue la primera cita sinalagmático en siete abriles entre un miembro del Ejecutor europeo y la Generalitat. Las aspiraciones independentistas del Govern catalán enfriaron la relación con Bruselas. Schinás, durante abriles portavoz de la Comisión, se convirtió en el rostro de la negativa de la UE a dar alas al independentismo. Con su altercado con el president Pere Aragonès pretende ser ahora el hombre que vuelva a tipificar las relaciones. La turista del comisario responsable de la política de migración europea sucedió días a posteriori de la tragedia de la valla de Melilla.

¿Hay deshielo con el Govern?

Hay que evitar ver esta turista en tonos dramáticos. No es un secreto que hubo un momento difícil en el triángulo Europa-España-Catalunya, un momento rupturista en el que Europa siempre ha asumido una posición muy clara, muy transparente, enclavada en las realidades institucionales y constitucionales españolas y europeas. Este mensaje, desgraciadamente, no se entendió en Catalunya en aquella época. Pero ahora entramos en una deducción mucho más realista, de normalidad institucional. Esta turista marca el momento de sobrevenir página.

Encuentro a Catalunya

“La envés a la normalidad es consecuencia del realismo que domina”

¿Hay un antiguamente y un a posteriori de esta turista?

Ese es el mensaje que he trasladado al president. La envés a la normalidad es la consecuencia de este espíritu constructivo de realismo que domina aquí. Pero si hay otro momento rupturista y todos los demonios del pasado vuelven, hay peligro de cambiar esa deducción.

Hace unos días, decenas de migrantes murieron al intentar saltar la valla de Melilla.

Es una tragedia. Lo ocurrido plantea un debate difícil pero necesario. La frontera extranjero de la Unión Europea tiene que defenderse, y esta es una responsabilidad colectiva. De los europeos y de nuestros vecinos, que tienen que trabajar con nosotros, no contra nosotros como lo han hecho en Ceuta, en la frontera greco-turca o con Bielorrusia. Esta tragedia plantea este problema en sus múltiples dimensiones.

Ha legado la sensación de que tanto el Gobierno castellano como Bruselas han tratado de esquivar las criticas a Marruecos. ¿La acto fue correcta?

Tanto en mis épocas de portavoz como en mis épocas de miembro del colegio de comisarios he sido siempre muy rebelde a ofrecer opiniones desde Bruselas sobre temas operacionales. Este no es un papel de los comisarios, no sabemos cómo funciona, cuál es la dinámica sobre el circunscripción… Las operaciones policiales son un tema
de las autoridades competentes.

Es el comisario de Migración.

Precisamente como comisario de Migración prefiero que el tema de operaciones lo lleven las autoridades regionales y nacionales. Hay que combatir contra los traficantes de personas, pero siempre con un sentido de proporcionalidad y conforme a los títulos europeos. Pero nunca habrá una política de inmigración europea con una frontera extranjero no vigilada.

El secretario militar de la ONU ha dicho que le parecía “inaceptable” el “uso excesivo de la fuerza”.

Comparto esta opinión, pero adjunto a mis colegas hemos pedido a nuestros vecinos que asuman sus obligaciones en la trámite de la inmigración. Por lo que, cuando las asumen, siquiera les podemos afirmar que no lo hagan. No quiere afirmar que lo tengan que hacer así, pero las condenas y los enfoques simples a veces no son suficientes para entender lo que está pasando en las fronteras de la UE.

El aumento de los precios de las materias primas hace temer que la presión migratoria en las fronteras con la UE crezca.

Europa seguirá siendo un destino de hospicio para todos los que huyen de la pleito o de la persecución. Lo hemos probado con Siria, todos los sirios que han pedido hospicio lo han obtenido. Lo hemos probado con los seis millones de ucranianos que están con nosotros. Pero los que no tienen derecho a optar para la protección europea de hospicio no pueden estar con nosotros. Es una obligación que tenemos que responsabilizarse colectivamente, y esto plantea el problema del control de la frontera extranjero.

¿Le preocupa que faltar que países vecinos ayuden a controlar el flujo migratorio convierta esa carestia en un mecanismo para conseguir tratos de confianza?

No podemos subcontratar la obligación de administrar la migración. Pero sí es posible construir acuerdos win-win . Europa moviliza todo lo que tiene para mejorar la vida de la parentela y evitar que caigan en manos de los traficantes. Ellos se comprometen a aceptar los retornos y a vigorizar sus fronteras.

La creación de su cartera generó polémica por considerar que el nombre, Protección del Estilo de Vida Europeo, alimentaba la retórica de extrema derecha.

Nueva pleito fría

“Algunos dijeron que Bruselas era el nuevo Moscú; ahora la UE es lo único que tienen”

Fue un debate esquizofrénico, de autoflagelación. Europa es conocida como el epicentro del buen gobierno, de los títulos, la democracia… Algunos, sobre todo en la izquierda, se concentraron más en la inscripción que en el contenido. Para mí, el modo de vida europeo no es un bulldozer que aplasta a todo el que no es como nosotros, sino un espejo que refleja la pluralidad y la riqueza de nuestros idiomas, nuestra civilización, nuestra historia. Me siento muy orgulloso.

La cumbre de la OTAN ha dejado claro que Europa vuelve al centro de una nueva pleito fría con Rusia. ¿Están los socios europeos suficientemente unidos?

Ha surgido una opinión pública europea. Por primera vez, los euro­peos percibimos la pleito como una cosa que nos concierne. Hay cierta dispositivo que se refleja asimismo a nivel político. Estamos comprando armas para Ucrania con metálico comunitario, avanzamos con destino a una política de defensa con la puesta en marcha de una fuerza de reacción rápida de cinco mil hombres, más de diez mil millones de euros de presupuesto comunitario para defensa…

¿Preocupa la porte de ciertos países como Hungría, con una relación ambigua con Putin?

En alguna haber, como Budapest o Varsovia, hubo quien intentó hacer creer que Bruselas era el nuevo Moscú, que no habían saledizo de la URSS para caer en manos de la UE. Ahora ven que el nuevo Moscú es el envejecido Moscú y que Bruselas es lo único que tienen.

¿Debería acelerarse el comunicación de Ucrania a la UE?

Era muy importante dar la señal de que Ucrania y Moldavia están con nosotros. Ucrania es el único país donde se ha matado a parentela por manifestarse con banderas europeas. No podemos decirles que llevaban las banderas erró­neas. Es una deuda histórica. Ahora proporcionadamente, esto no debe significar un calendario industrial o acelerado. La historia demuestra que el éxito de la ampliación viene cuando no hay pasteleo. Los dos países se lo están tomando muy en serio.

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