Dispendio excesivo

Durante muchos primaveras he trabajado en multinacionales del sector de la lozanía, donde he colaborado muy activamente en la implementación de códigos de buenas conductas y de sus controles para apuntalar su cumplimiento. Viendo estos días la
información sobre la última cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, no deja de sorprenderme la dietario paralela de
actos con los acompañantes
de los dignatarios, una cuestión estrictamente prohibida en estos códigos de buenas conductas en empresas privadas. Seguramente la política es otra cosa, pero, en un contexto de crisis como el que nos encontramos y con una inflación de máximos históricos que nos está castigando muy duramente, deberíamos reflexionar sobre la necesidad de que nuestros dirigentes lideren con el ejemplo y ser más críticos con este tipo de dispendios en ocasión de celebrarlos.

Carmen Ortega Pascual

Castelldefels

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