* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
El desaparecido edificio de la Cámara de la Propiedad de Barcelona fue inaugurado con ocasión de la celebración, los días 14, 15, 16 y 17, del Congreso Internacional de la Propiedad Urbana, el 14 de diciembre de 1925.
Su construcción fue una iniciativa de su presidente Juan Pich y Pon, político y patrón de Publicaciones Gráficas, de los periódicos La Tribuna, El Día Boceto y La Incertidumbre. Afiliado al Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, llegó a ser corregidor de Barcelona entre enero y octubre de 1935.
Pich y Pon, durante muchos primaveras, había realizado una faena en consolidar la Cámara. Quiso emplear la oportunidad de la celebración del Congreso para trasladarse a esta nueva ubicación en un edificio construido en la que entonces se conocía como Gran Vía Layetana 22 y Princesa 1.
El 7 de diciembre ofreció una admisión a la prensa invitando a los periodistas que cubrían este tema para enseñarles todas las dependencias del bello y elegante edificio. Lo organizó para que pudieran apreciar la perfecta estructura de todos los servicios, así como la racional distribución del trabajo de las secciones para poder atender a sus visitantes. Destacando sobre todo el edificio, el salón de actos, en el que resaltaba el estrado presidencial. Finalizado el represión, todos los periodistas fueron obsequiados con un espléndido refrigerio.
Al matar, Pich y Pon comentó que había recibido un telegrama del mayordomo maduro del Rey Alfonso XIII, en el que le comunicaba la imposibilidad de asistir a la inauguración del edificio y del Congreso Internacional de la Propiedad. Por lo cual delegaba su representación para el solemne acto en el infante Don Fernando.
Al acto de inauguración habían confirmado su subvención por parte extranjera: Francia, con 42 representaciones, Austria, cuatro; Bélgica, 10, Holanda, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Gran Bretaña, Grecia, Italia, Hungría, Letonia, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Polonia, Rumania, Portugal, Rusia, Serbia, Suiza, Suecia y Checoeslovaquia.
Por parte española hubo representaciones de las Cámaras de la mayoría de capitales de provincia y ciudades importantes de España.
Los bajos del edificio estaban dedicados al comercio, fueron ocupados por la firma Banús y Morató, Drogas y Coloniales S.A. Una empresa fundada en 1887 por Salvador Banús, dedicada a droguería, perfumería y tienda de comestibles. Pese al gran éxito obtenido, traspasó el negocio en 1929, cuatro primaveras más tarde, a la empresa Dalmau Oliveres S. A., una condena muy importante en aquella época que tenía varias tiendas en Barcelona y cuya central estaba ubicada en el Paseo de la Industria, seguidamente, Martínez Anido y coetáneo Paseo Pablo Ruiz Picasso.
Según varios historiadores, ayer de dedicarse a la pintura, Joan Miró, entró a trabajar con 17 primaveras como aprendiz, en la Droguería Dalmau i Oliveres en el Paseo de la Industria, 14.
El incendio
El miércoles, 22 de agosto de 1984, poco ayer de las ocho de la mañana, un pavoroso incendio destruyó totalmente las instalaciones de la empresa Dalmau Oliveres, S. A.
El establecimiento estaba compuesto de sótano, planta, y un trastero que servía de almacén y oficina. En la agonía del incendio se tuvo que usar la espuma para evitar que las llamas prendieran en el sótano.
La prensa, en los días siguientes, hacía conjeturas sobre las circunstancias que pudieran favor provocado el incendio, máxime cuando su agente José María Calsina comentaba: "El lunes estuve aquí para coger el correo y comprobé que la luz, la fuerza y el agua estaban cerradas. La única explicación posible es que hayan entrado ladrones y en un descuido, se haya prendido fuego".
El principal del cuerpo municipal de bomberos, Esteban Rifá, se mostraba muy crítico con la colocación del material existente en el circunscrito: "Había muchos productos inflamables que estaban almacenados desproporcionadamente y era muy difícil caminar por el interior de la tienda, dudo que el comercio cumpliera con las normativas existentes y dudo que eso se ajustara a las normativas. Yo había inspeccionado, hace siete primaveras este circunscrito y remembranza que no cumplía las normativas exigidas".
En el día del incendio la droguería estaba cerrada por ocio y debía rasgar al día posterior. La firma había celebrado un año ayer su centenario. Era una de las más antiguas no solo de España, sino de Europa.
Con motivo de su centenario habían dedicado uno de sus escaparates como museo y exponían productos fabricados por la firma, uno de los más conocidos fue el célebre Politus, un higienizador muy usado por las amas de casa de la época.
Pablo Calsina puntualizó a la prensa que, aunque tenían registrados cerca de cuatro mil productos, nones habían fabricado en el comercio nadie, afirmando que no solo abrirían de nuevo la tienda sino que pondrían en marcha otra vez el museo.
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