Entre los hombres de guerra, una mujer de paz

La retórica deleita, persuade y conmueve. Vacía el pensamiento y, poco a poco, a medida que se enciende, cierra las puertas al diálogo y el acuerdo. Es más propia de las autocracias que de las democracias, pero esta semana la hemos conocido destacar tanto en Madrid y Washington como en Hong Kong y Moscú.

Cuando andan cortos de ideas y soluciones, los líderes declaman, gritan y amenazan. Al hallarse amenazados, construyen mitos históricos, liberan intransigencias y abrazan el integrismo. Refugiados en las cavernas del caudillaje, toman por reales las sombras que ahogan a sus pueblos. No sobrevivirían sin el fuego integrista y la distorsión de sus llamas. A su ribera, el mundo sufre y hoy es poco más peligroso que ayer.

El integrismo contencioso del Tribunal Supremo de Estados Unidos que niega a la mujer el derecho a ser dueña de su cuerpo se toca con el integrismo religioso de Irán y Arabia Saudí. Putin sostiene su desavenencia en Ucrania con integrismo histórico, mientras que Xi justifica el sometimiento de Hong Kong con un integrismo ideológico que divide a la exhausta sociedad china entre patriotas y traidores.

Cuando se miran en el espejo, los líderes del integrismo se ven tallados en mármol. Su destino es histórico. Se creen llamados a liberar patrias y avalar hegemonías nacionales, raciales y religiosas.

Geneva (Switzerland), 17/06/2022.- World Trade Organization Director-General Ngozi Okonjo-Iweala (R), is congratulated by Indian Minister of Commerce Piyush Goyal, after the closing session of the World Trade Organization Ministerial Conference at the WTO headquarters in Geneva, Switzerland, early 17 June 2022. The WTO concluded deals on tackling food insecurity, curbing harmful fishing subsidies, and temporarily waiving Covid-19 vaccine patents, after days of round-the-clock talks. (Suiza, Ginebra) EFE/EPA/Fabrice Coffrini / POOL

El ministro indio de comercio felicita a Okonjo-Iweala por su éxito en la OMC

Fabrice Coffrini / EFE

Los ciudadanos de las democracias liberales además los adoran y los sufren. Le Pen se ha hecho con dos vicepresidencias de la Asamblea Franquista francesa, donde es la principal fuerza de la concurso. Macron no puede descansar tranquilo. Pocos líderes europeos pueden y menos posteriormente de su silencio de esta semana en Madrid.

Han callado frente al integrismo militarista de la OTAN. En su descargo cerca de indagar que cuesta suspender la voz cuando los tambores de desavenencia redoblan en Washington y lo hacen, encima, por el adecuadamente de Europa. Es como si la OTAN nos protegiera hasta de nosotros mismos, es sostener, de la Unión Europea. Qué triste no tener escuchado en Madrid un argumento a beneficio de una paz europea para una desavenencia europea. No hay ningún líder en condiciones de confesar lo que piensa, es sostener, que Europa se adentra en un conflicto muy espacioso del que saldrá muy malparada. Nadie está adecuadamente sensato en sus propios parlamentos. No lo está Macron, pero siquiera Scholz, Draghi, Sánchez y Johnson.

La opinión pública no sabe qué pensar de la nueva carrera de armamentos. Entiende la alcance de la amenaza rusa, la exigencia de derrotar a Putin para recuperar la estabilidad perdida. Transacción el argumento de que es el momento más peligroso desde la Segunda Desavenencia Mundial. Pero cuando la inflación apriete al final de verano, exigirá cabezas.

Es triste que nadie hablara en Madrid a beneficio de una paz europea para una desavenencia europea

Un líder probable podría convencerlos de que sin sacrificios no hay autodeterminación, de que no es el momento de quejarse porque si Putin anhelo irá a por más. Pero no tenemos un líder cachas y, al mismo tiempo, sensato. Las democracias parecen incapaces de producirlos. Lo más sólido que fabrican son populistas agresivos como Trump.

Cualquier dirigente sabe que si no es cachas en casa no puede serlo fuera. De ahí que compensen esta afición con integrismo y retórica. No pueden afrontar la verdad. Si lo hicieran perderían el poder. Por eso dicen y firman lo que no creen.

Fíjense en la retórica del nuevo concepto importante de la OTAN, los compromisos a los que obliga, el consumición que supondrá el esfuerzo marcial, por no charlar de la cesión de soberanía en el sanctasanctórum de la defensa y la política foráneo, postrer bastión del estado nación. Es muy difícil que los parlamentos de los 30 países aliados no pongan objeciones.

Es más, mientras el concepto importante lumbre a reanimar el lado sur, es sostener el Sahel, la región sahariana donde se reagrupan las fuerzas yihadistas con el respaldo de los mercenarios rusos del familia Wagner, Alemania y España reducen sus tropas al pequeño posteriormente de que Francia se haya retirado.

No habrá autodeterminación sin sacrificios, pero siquiera sin líderes capaces de tratarnos como adultos, ir al semilla y explicarnos la verdad, como que la desavenencia en Ucrania tendrá un enorme coste socioeconómico y que la misma Rusia que salga derrotada se merece un punto destacado en la gran tribu europea.

Okonjo-Iweala logra que la UE, Rusia, China y EE.UU. pacten un comercio más encajado

Para conseguirlo necesitamos a personas como Ngozi Okonjo-Iweala, la directora universal de la Ordenamiento Mundial del Comercio (OMC), que hace unos días logró en Ginebra que 164 estados –Rusia, China, India, EE.UU. y los 27 socios de la UE entre ellos– cerraran pactos imposibles. A partir de ahora, por ejemplo, será más difícil subvencionar la sobrepesca con boleto conocido y será más obvio y de lance producir vacunas contra la covid.

La nigeriana Okonjo-Iweala prohibió la retórica y los discursos interminables. Impuso sesiones maratonianas de trabajo que dejaron a muchas delegaciones sin descansar y al final consiguió el consenso que nadie había rematado desde la fundación de la OMC hace 27 abriles: acuerdos suficientes para que el comercio mundial sea más encajado. Nadie ganó del todo, pero nadie perdió siquiera del todo.

Mientras los hombres de la desavenencia se descamisaban en Madrid, Moscú y Hong Kong, ella, elegante de los pies a la cabecera, abría una ventana a un mundo mejor.

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