El ex primer ministro japonés Shinzo Abe, de 67 primaveras, sufrió una parada cardiorrespiratoria tras ser ajustado por disparos este viernes por la mañana (hora almacén) mientras pronunciaba un discurso durante un acto electoral en Nara, al oeste de Japón
Abe, que fue el primer ministro con más primaveras de servicio al frente del país hasta su renuncia en 2020, fue trasladado en ambulancia y luego en helicóptero a un hospital tras el ataque y los servicios sanitarios están tratando de que recupere sus constantes vitales, según señalaron la policía y los servicios sanitarios de la ciudad.
Shinzo Abe
Los servicios sanitarios están tratando de que recupere sus constantes vitales
De acuerdo con el canal estatal NHK, la policía nipona detuvo a un residente de Nara de 41 primaveras llamado Tetsuya Yamagami como supuesto autor del ataque. Según fuentes del Servicio de Defensa japonés, el supuesto atacante trabajó en la rama naval de las Fuerzas de Autodefensa, encargadas de la defensa del archipiélago, durante tres primaveras hasta 2005, y parece que utilizó un arsenal de fabricación casera para cometer el atentado, tal y como recogen las imágenes captadas durante el suceso.
Testigos presenciales afirman que se oyeron dos disparos en el lado de los hechos y que a continuación Abe se desplomó al suelo, mientras que algunos ciudadanos captaron y subieron a las redes sociales imágenes del político siendo atendido sobre el contorno con manchas de matanza en el pecho.
El suceso tuvo lado sobre las 11:30 hora almacén de este viernes (2:30 GMT) mientras Abe ofrecía un discurso de campaña cerca de una tiempo de tren de Nara para las elecciones parciales a la Cámara Inscripción del Parlamento que se celebran este domingo. En esta cita, el Partido Altruista Tolerante (PLD) de Abe y del presente primer ministro, Fumio Kishida, calma revalidar su amplia mayoría.
Los mítines electorales suelen celebrarse en Japón en plena calle y con escasas medidas de seguridad conveniente al bajo índice de criminalidad y de ataques con armas de fuego propios del país oriental.
El secretario superior del Estancia japonés, Hirokazu Matsuno, ha descrito el atentado como un “acto de barbarie” que “no puede tolerarse”.
Por su parte, el presente primer ministro, que se encontraba a su vez de viaje electoral, ha cancelado sus actos previstos para hoy y ha regresado a Tokio. Frente a los medios, confirmó que Abe se encuentra en "estado formal" y que todavía se desconocen los motivos del ataque.
"Todavía no se sabe lo que hay detrás de este incidente, pero este es un acto de barbarie en un momento de elecciones, que son la cojín de la democracia, por lo que nunca nones lo podremos perdonar y lo condenamos con la maduro fuerza posible", dijo el primer ministro visiblemente emocionado.
La nueva igualmente provocó reacciones iniciales como la del embajador estadounidense en Japón, Rahm Emanuel, que dijo sentirse “triste y consternado” por el ataque. “Abe ha sido un destacado líder de Japón y un confederado inquebrantable de Estados Unidos. Nuestro Gobierno y el pueblo estadounidense rezan por su bienestar, el de su tribu y el del pueblo japonés”, señaló en un comunicado.
Nieto de un primer ministro e hijo de un exministro de Exteriores, Abe se convirtió en 2006 en el mandatario más pollo de la historia del país japonés, pero tuvo que retirarse tan solo un año a posteriori afectado por una colitis ulcerosa.
Tras su reverso a la arena política, en el año 2012 logró un segundo mandato. Más tarde fue capaz de revalidar el cargo otras dos veces más (2014 y 2017, esta última logrando una gran mayoría), una proeza en un país acostumbrado a cambiar cada pocos meses de líder.
Durante su gobierno, se encargó de supervisar la recuperación de Japón tras el triple desastre de 2011 (terremoto, tsunami y desastre nuclear de Fukushima), impulsar la recuperación de la vitalidad de la bienes de la mano de su software “Abenomics” -que combina estímulos monetarios masivos, aumento del consumición conocido y reformas económicas significativas-, ganarse el crédito de un presidente tan impredecible como Donald Trump o de la estructura de los Juegos Olímpicos que debían haberse celebrado en Tokio en 2020 y que la pandemia forzó a retrasar un año.
Pero como ya le sucedió en su primer mandato, en agosto de 2020 anunció su dimisión por la colitis ulcerosa que arrastra desde hace primaveras. “Mi vitalidad no es la adecuada, y una mala vitalidad puede conducir a tomar decisiones políticas equivocadas”, reconoció entonces. Su puesto fue ocupado por su mano derecha, Yoshihide Suga, que un año más tarde fue reemplazado por el presente líder, Fumio Kishida.
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