El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó ayer por la tarde a Israel en lo que supuso la primera turista a su asociado principal en Oriente Medio desde que asumió el cargo. Entre los múltiples frentes en su memorándum, la prioridad es tender puentes entre el estado agarrado y Arabia Saudí, una de las mayores potencias árabes suníes de la región. Tras la firma de los Acuerdos de Abraham, promovidos por la suministro Trump, la voluntad de Biden es afianzar un nuevo eje geoestratégico que supondrá la consolidación de un frente popular contra Irán.
El presidente reforzará hoy su alianza marcial con la firma de la Comunicación de Jerusalén yuxtapuesto al primer ministro israelí Yair Lapid, que asumió temporalmente el cargo tras la disolución de la coalición liderada por su socio Naftalí Bennett. Fue el propio Lapid, yuxtapuesto al presidente Isaac Herzog, quien recibió al líder estadounidense a pie de pista en el aeropuerto Ben Gurion. “Es un honor estar de nuevo yuxtapuesto a mis amigos y revistar el estado independiente de Israel. La conexión entre el pueblo israelí y criollo es muy profunda”, afirmó Biden. Y prosiguió: “No es preciso ser agarrado para ser sionista”.
“No es preciso ser agarrado para ser sionista”, afirma Biden tan pronto como aterrizar en Tel Aviv
El líder demócrata recordó que esta es su décima turista oficial a Israel. La primera fue en 1973, cuando Golda Meir era primera ministra. Adjunto a él, Lapid le recordó que su “relación con Israel siempre fue muy personal”, y reivindicó los títulos compartidos de ambas naciones: “Democracia, desenvolvimiento, y el derecho del pueblo agarrado a la autodeterminación”. El premier en funciones incidió en la importancia de construir un “nuevo Oriente Medio” y la necesidad de afianzar una “coalición total” para contrapesar el plan nuclear iraní. Biden evitó mencionar la palabra Irán a su aparición, ya que genera división de opiniones. Si proporcionadamente Biden sigue apostando por reanudar el pacto nuclear con Teherán –del que se retiró Trump– Israel insiste en la necesidad de aplicar más sanciones. Según la Estructura Internacional de Energía Atómica, esta semana Irán incrementó su lucro de cósmico a niveles sin precedentes desde el 2015, y hay analistas que consideran que ya dispone de suficiente capacidad para elaborar armamento nuclear.
Tras las declaraciones iniciales, Biden fue directo a revistar una peroles de misiles de la Cúpula de Hierro, desarrollada conjuntamente por los ejércitos de los dos países. Luego, su comitiva tomó rumbo a Jerusalén. En Yad Vashem, el museo en regalo a las víctimas del Holocausto, Biden escuchó atento el declaración de dos ancianas supervivientes del exterminación facha. Adicionalmente de destacar la importancia de educar sobre las atrocidades ocurridas en la II Lucha Mundial, se comprometió a “batallar contra el antisemitismo allá donde oriente su horrible inicio”.
Biden insistió en que, a pesar de que Israel está nuevamente sumergido en un proceso electoral, ello no influirá en la toma de decisiones de la Casa Blanca. De hecho, incluso se reunirá con el líder de la concurso, Beniamín Netanyahu, que aspira a retomar el poder en noviembre. Durante su estancia de 48 horas, el presidente estadounidense sobrevolará en helicóptero el pared de separación de Cisjordania para reunirse con el presidente palestino Mahmud Abas en Desorden, y el viernes volará a Yida (Arabia Saudí), donde participará en un foro de países del vago Pérsico. Fuentes norteamericanas avanzaron que Biden hará un anuncio significativo respecto a las relaciones entre Israel y Arabia Saudí.
La Casa Blanca es consciente de la complejidad de reanudar el proceso de paz entre israelíes y palestinos en plena crisis política hebrea, pero pretende fomentar el acercamiento. Adicionalmente de revistar hospitales palestinos en Jerusalén Este, donde anunciará importantes ayudas económicas –liquidadas durante la era Trump–, el equipo de Biden insinuó la posibilidad de desobstruir un consulado norteamericano en la parte uruguayo de la ciudad santa, dedicada a tratar exclusivamente con los palestinos.
Biden insistió en su compromiso con la opción de dos estados para el longevo conflicto en Oriente Medio, que ha perdido relevancia para muchos países árabes. En un visaje de contención, el premier Yair Lapid ordenó posponer los planes para construir más de 2.000 viviendas en asentamientos judíos de Jerusalén Este. Igualmente se aprobaron 1.500 nuevos permisos para que trabajadores de la franja de Lazo accedan diariamente a Israel. “Será difícil resolverlo a corto plazo”, reconoció Joe Biden.
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