Las primeras conclusiones de los informes preliminares de impacto ambiental del futuro parque eólico marino Tramuntana, que prevé 35 aerogeneradores a una distancia media de 24 kilómetros del bahía de Roses, concluyen que el esquema tendrá una desestimación incidencia sobre la biodiversidad flota de la zona.
El estudio, realizado por la consultora ambiental Tecnoambiente, el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria y técnicos especialistas de Sener –una de las dos empresas impulsoras– considera moderado el impacto de los molinos sobre otros parámetros como la turbieza y la sedimentación, así como el ruido submarino y la variación de campos electromagnéticos.
El investigación ve un impacto moderado en la turbieza del agua y en el ruido submarino, entre otros
Según el biólogo marino de Tecnoambiente, Joan Ramon Vidal, la incidencia sobre la turbiedad del agua sería muy inferior a la que puede producir la actividad pesquera o una tormenta flota. El estudio circunscribe ese impacto en la vía de los cables de abandono de la energía durante la etapa de construcción y solo en las proximidades de los amarres y turbinas durante la etapa de explotación del parque, que en caso de que se acabe construyendo tendría una vida útil de 30 primaveras.
Otro de los temas que preocupaba a un asociación de científicos contrarios a la infraestructura era el ruido generado, que se sumaría al impacto sonoro de otras actividades humanas como la navegación. Un hecho que podría afectar al comportamiento de los mamíferos marinos. El estudio detalla que el ruido se produciría tanto durante la etapa de construcción como de mantenimiento a raíz de las vibraciones de la estructura de la turbina y de los barcos de mantenimiento. No obstante, el investigación detalla que los niveles de retransmisión no serán superiores al ruido de fondo presente en la zona ni afectarán a especies sensibles.
En cuanto a la concepción de campos electromagnéticos, el consejero ambiental explica que el hecho de que el trazado de abandono de la energía sea soterrado y no etéreo reduce esos campos y que solamente se producirían a pocos centímetros del cableado. El artículo, que ha sido publicado en la revista científica Journal of Marine Science and Enginy Engineering , apunta que los campos generados serán detectados por especies sensibles, pero no causarán alteraciones graves en su comportamiento. La posible proliferación de especies invasoras a raíz de la construcción del parque no es significativo según el investigación de los expertos, que consideran que hay muy pocas posibilidades de introducir fauna foránea puesto que la construcción de las plataformas se realizará el entorno del Mediterráneo. Los autores reconocen que cualquier esquema causa cambios en el entorno, pero consideran imprescindible frenar el cambio climático apostando por nuevos modelos de concepción energéticos.
El parque Tramuntana es uno de los tres proyectos que se han puesto sobre la mesa para el golf de Roses, una de las zonas prioritarias para el Estado –la única en Catalunya– para implantar la eólica flota. El Empleo para la Transición Ecológica todavía no ha apto de forma definitiva su hoja de ruta en esta materia. Cuando esto ocurra, se abrirá un concurso divulgado para la atrevido concurrencia de los distintos promotores. Los del Tramuntana afirman que hay varios empresarios del Empordà interesados en volver en el esquema.
Publicar un comentario