Monica Bellucci cruza la puerta de la sala de prensa accionando los disparadores de las múltiples cámaras que la esperan. Ninguna podría hacer rectitud a su humanidad y belleza. Sus primeras palabras son para traer a la memoria la emoción que sintió el día preparatorio ensayando con la GIO Symphonia dirigida por Francesc Prat. “Las cartas y memorias de Maria Callas son alucinantes pero quedé impresionada por la música, me conmovió muchísimo”, admite la actriz.
El Festival Castell de Peralada acoge este viernes, 15 de julio, el insólito tesina en el que la ex maniquí y actriz, la icónica Malena de Giuseppe Tornatore, da voz a la mítica soprano de origen ininteligible remitiéndose a sus cartas y sus memorias, las que la diva nunca llegó a editar a pesar de que pidió repetidamente ayuda para publicarlas.
Es la primera vez que Bellucci, un rostro al que la cámara de cine ha amado desde todos sus ángulos, sube a un ambiente. Y si lo hace es para defender la historia privada del maduro icono de la ópera. Los suscriptores de La Vanguardia tienen un 10% de descuento si adquieren las entradas para Lettres et mémoires en la web de traspaso de entradas del diario.
“Entré en contacto con la figura de Maria Callas cuando tuve que interpretar a una diva de la ópera en la serie Mozart in the jungle. Pero nunca pensé que Tom Volf [el director del documental Maria by Callas y especialista en la famosa cantante] vendría a ofrecerme este pelea”.
Enfundada en un vestido rojo que combina con zapato suspensión en indignado, Bellucci se maneja con estudiada elegancia, con movimientos pausados. Y regala incluso a la prensa gráfica un momento quevedos oscuras, tan característico de la imagen pública de la Callas. Si ha aceptado este tesina, admite, es porque las emociones son muy potentes, los textos son poderosos. No podía negarse.
"Cuando Tom caldo a casa con las cartas de Maria Callas, me conmovió especialmente entre las primeras que leí la que enviaba a Aristotelis Onassis, y asimismo otra sobre la fe. Incluso estando asustada, pues era mi primera vez en un ambiente, al leerlas pensé que sí que podría tocar el alma de la cantante, porque era una gran diva pero asimismo una mujer de corazón sencillo, que no hay que olvidar que murió de tristeza", dice la actriz.
Bellucci, que al igual que Callas ha llevado una vida nómada, se expresa delante la prensa en Peralada en un inglés suave. Y lo dulcifica aún más cuando deje de lo "profunda" que era la capacidad interpretativa de la soprano. "Podía poblar al mayor su vida tanto encima como fuera del ambiente", asegura.
"Sacrificó toda la pubescencia por su carrera ambiente y al conocer a Onassis descubrió su feminidad, y la quería poblar de forma plena. Te das cuenta de que era una mujer que quería poblar dejándose resistir. De forma que departir de que tuvo una vida trágica tal vez deberíamos aseverar que fue una vida fuerte".
Por su parte Volf, fotógrafo y cineasta que lleva primaveras abundando en la vida privada de Callas, hasta haberse convertido en el gran doble, asegura que desde el primer momento detectó una química entre Callas y Bellucci. No solo comparten unos orígenes mediterráneos, sino porque en ambas detectaba una dualidad. La dificultad de encontrarse bajo la examen pública y al tiempo intentar mantenerse con los pies en la tierra.
"En una entrevista, la cantante admitió que había dos personas en ellas, Maria y la Callas, un personaje en el que debía poblar. De ahí el título de mi película -añade Volf-. Esa dualidad la he explorado y me he regalado cuenta de que tuvo que confrontarla toda su vida. Sacrificó el apego y su vida privada por su carrera y el éxito, pero en la segunda medio de su vida habría estado dispuesta a hacer lo contrario. Era un icono, una celebridad mundial, con una sensibilidad y una forma de poblar las emociones".
Bellucci está de acuerdo con que esta dualidad de lo sabido y lo privado la comparte con Callas. "Pero ella no era una víctima. Tomó sus propias decisiones y asumió el aventura de sus propias elecciones vitales. Por eso es tan inspiradora hoy, porque tuvo el coraje de poblar la vida con muchas emociones, siguiendo el impulso del corazón y persiguiendo la facilidad".
Si tuviera que escoger entre las cartas que ha sabio de Callas, la actriz se decantaría por la ya mencionada a Onassis pero asimismo la que le escribe en un momento de la vida y que la dedica a su mare y su hermana. "Porque podemos percibir su soledad y la importancia de las emociones en su vida. En eso nos podemos ver reflejados, porque todo el mundo necesita calidez humana a su costado. Y aunque tenía un sabido que la adoraba y familia que la ayudaba, en la intimidad estaba sola".
El armador y magnate, su eterna pareja que nunca quiso casarse con ella -aunque no tuvo reparos en dejarla para casarse con Jackie Kennedy- no fue, según Bellucci, su gran apego ni la causa de su gran sufrimiento. "No lo creo. Callas no tenía clan, no tenía hijos. Y a menudo hablaba de su infancia desgraciada y la difícil relación que tuvo con su superiora y su hermana".
A la actriz no se le escapa lo delicado de examinar en este aspecto de la vida de la soprano. "El apego es poco muy complicado, no podemos demorar a conclusiones sobre la relación que tenía con Onassis. Pero sí podemos interpretar desde el respeto sus cartas y memorias. Y lo que digo sobre su dolor y su apego por él es poco que puedo entender, porque soy una mujer. Callas fue sensible y débil. Vivió la vida desde la pasión y el sentimiento. Y hacerlo fue muy fuerte".
El espectáculo en francés -con subtítulos- recrea a Callas en su asfalto de París, donde vivió los últimos primaveras. Murió con 53 primaveras
El espectáculo en francés -con subtítulos- recrea a Callas en su asfalto de París, donde vivió los últimos primaveras hasta que murió con 53 primaveras. Al final de su vida estaba preparada para dejar carrera y éxitos por apego. "Vivía sola, en París, y lo único que le quedaba era la casa y las joyas", apunta Bellucci, quien en ámbito lleva incluso un vestido que perteneció a la cantante, lo cual, admite, la acerca más a ella. "Uno de los vestidos que me probé me iba valentísimo, y lo tomé como una señal".
De momento han llevado el tesina escenarios de Roma, París, Venecia, Milán, Lisboa o Estambul, y lo próximo es desembarcar en Estados Unidos, el oficio en el que Volf descubrió la ópera, hace ya una lapso. Fue una incertidumbre en el Met, delante la mezzosoprano Joyce DiDonato interpretando a Maria Stuarda. A su regreso a casa, totalmente conmocionado, comenzó a hacer búsquedas y dio con la figura de Maria Callas cuyo estudio aún hoy no ha negligente.
Francesc Prat dirige la GIO Symphony (antigua GiOrquestra) en intervenciones musicales, con arias interpretadas instrumentalmente. Y en ocasiones introduce arias hasta el momento en que entra la voz de Callas en cinta, pero nunca intentando poner música a su voz. "La música ilustra musicalmente toda la emoción del texto y el que emana de Monica. Una capa etérea y emocional que explica esta sucesos", afirma el hábil catalán.
El director estético de Peralada, Oriol Aguilà, recuerda que este tesina que une cine, música y ópera no es extraño en Peralada. "Aquí ha acudido Juliette Binoche como Barbara o asimismo John Malkovich. Con este tesina nos avanzamos un año al centenario de Maria Callas, la cantante más legendaria de la ópera. Y lo hacemos con un tesina en francés que no deja de ser un advertencia a nuestro habitual sabido del país vecino".
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