No diga esclavitud, diga “reubicación involuntaria de africanos”

Estados Unidos, año 2022. Desde el 1 de julio, queda prohibida en las aulas de Florida “la educación sobre orientación sexual o identidad de naturaleza desde parterre de infancia hasta tercer porción” o con carácter universal si el tema se aborda “de un modo no apropiado para la permanencia de los estudiantes”. Es el pasador valentísimo a un año escolar iniciado con el veto a la enseñanza del Holocausto a través de la premiada novelística gráfica Maus , que la reunión escolar de un condado de Tennessee retiró al verla “inapropiada y vulgar”. Pero hay más.

En un audaz control de contorsionismo lingüístico, un corro de educadores de Texas propuso hace unos días a la Articulación de Educación estatal que la esclavitud pasara a denominarse “reubicación involuntaria de personas africanas en la época colonial”.

Los republicanos censuran textos escolares sobre sexualidad o racismo que puedan crear “incomodidad” entre los alumnos

El corro proponente estaba integrado por nueve docentes y era uno de los muchos que se encargan de asesorar a la reunión del estado para confeccionar un plan de estudios sociales que afectará a unas 9.000 escuelas públicas.

La reunión ordenó el pasado jueves a los asesores en cuestión que “revisen” la eufemística denominación de la esclavitud, informó el presidente de la entidad, Keven Ellis. El entraña escolar seguirá estudiando este verano las distintas actualizaciones del plan de estudios y en noviembre lo someterá a votación. El procedimiento sigue lo establecido en una ley que el estado aprobó el año pasado para suministrar fuera de las escuelas de Texas los temas que “hacen advertir incómodos a los estudiantes”.

La sugerencia sobre la expresión negacionista del esclavismo se cuestionó durante una reunión de la reunión académica que duró más de 12 horas, el 15 de junio. En ella, la delegada demócrata de Dallas y Fort Worth, Aicha Davis, rechazó lo que veía como una presentación de la esclavitud que sondeo descaradamente abatir la importancia y la crueldad de esa forma de prostitución de seres humanos.

Davis incidió en el hecho de que la propuesta invitara a los estudiantes a comparar distintos “viajes a América, entre ellos los de la inmigración irlandesa voluntaria y la reubicación involuntaria de personas africanas”. Una comparación “totalmente injusta” que “distorsionaría la ingenuidad en la mente de los niños”, dijo Davis.

Un texto escolar de Texas llamaba a los esclavos "trabajadores" en un capítulo sobre "patrones de inmigración"

Pero llueve sobre mojado. En el 2015, todavía en Texas, el estudiante adverso de 15 primaveras Coby Burren estaba leyendo el texto de geogonia en su clase del instituto Pearland cuando una frase llamó su atención. Yuxtapuesto a un atlas de EE.UU. sobre “patrones de inmigración”, el texto indicaba que el comercio de esclavos en el Atlántico llevó millones de “trabajadores” de África a Estados Unidos “para ser empleados en plantaciones agrícolas”. El pequeño fotografió la página con su móvil y se la envió a su mama contiguo a un mensaje: “Éramos muy trabajadores, ¿no?”, y añadió un emoji sarcástico. La mama, Roni Dean-Burren, denunció el texto en las redes y logró que la editorial lo corrigiera.

Fue aquella una pequeña vencimiento en el interior de una lucha que sigue librándose. Y, en ella, los republicanos ultras están vacada no pocas batallas allí donde gobiernan.

En la campaña a las elecciones a regidor de Virginia, en otoño, el candidato republicano Glenn Youngkin cosechó un gran éxito entre sus votantes con un vídeo en el que una mama de clan se mostraba horrorizada porque a su hijo adolescente le hubieran hecho repasar en la escuela el texto Beloved, de Toni Morrison. La aclamada novelística cuenta con crudeza, incluyendo violencia y sexo, la historia de una mama que mata a su hija para que no tenga que sufrir el horror de la esclavitud.

Youngkin ganó las elecciones bajo promesa de que evitaría esos malos ratos a las madres identificadas con la del vídeo. Y así lo hizo. En abril, el nuevo regidor firmó una ley que obliga a las escuelas de Virginia a dirigir avisos a los padres cuando a sus hijos se les asignan libros con textos de sexo manifiesto, de modo que puedan renunciar a tales lecturas.

Casi al tiempo, el todavía republicano regidor de Florida, Ron DeSantis, promulgó otra ley que prohíbe en la escuela pública y los centros de trabajo la enseñanza de la teoría crítica de la raza, que agrupa nociones sobre la historia y el presente de la desigualdad y el racismo en el país.

Dice DeSantis que con esta norma y la recién puesta en vigor en su estado para deslindar la educación sexual –ley convocatoria por los críticos “No digas gay”–, se acaba “el adoctrinamiento” impuesto por los demócratas, y los muchachos de Florida y sus papás dejarán de sentirse “incómodos” con ciertos temas sexuales y “culpables” con el asunto del racismo. Es la buena educación republicana.

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