Cuando Jordi Bernadó contactó con Gretchen Cara Daily y le explicó su esquema, la bióloga saco se quedó perpleja. El fotógrafo la invitaba a designar un puesto -pero no cualquiera, sino falta menos que “su puesto en el mundo”-, y a que se desplazaran allí para fotografiarla... de espaldas.
Daily le ofreció encontrarse en el campus de Stanford, su universidad, pero tras algunas reflexiones, decidió que su “puesto en el mundo” era en existencia la pulvínulo científica donde trabaja parte del año, en la selva de Costa Rica.
“Se tráfico de un sitio complicado -le dijo-; te invito a cenar allí”. Fue una cita “sofisticada y cara” recuerda el fotógrafo : avión hasta San José, inquilinato de una avioneta hasta la selva, y luego traslado por carretera hasta el puesto del diálogo...
El MNAC muestra las imágenes del Plan ID de Jordi Bernadó, con protagonistas como Woody Allen, Stephen Hawking o Chimamanda Ngozi Adichie
La imagen resultante de esta reputada investigadora en Ciencias Ambientales, que posó de espaldas frente al árbol de La Ceiba en Sabalito, es una de las que pueden hallarse estos días en la exposición que el MNAC consagra a Bernadó.
Previamente esas fotos aparecieron durante diez meses, entre 2018 y 2019, en este suplemento bajo el título de Plan ID . Y en uno y otro casos las imágenes han ido acompañadas de textos de la escritora Laura Ferrero, cómplice habitual de Bernadó, con larga vinculación al Civilización/s . En el MNAC las obras seleccionadas gozan de una espectacular instalación en medio de la sala oval, en un espacio acotado por largos velos negros.
Woody Allen en el Metropolitan Museum de Nueva York; Stephen Hawking en el Centre for Mathematical Sciences de Cambridge -en su postrer retrato, aparece mirando a la luna-; Rosario Quispe, lider de la comunidad Warmi, en Salinas Grandes, Argentina; Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia, en The London Library; el Nobel Gao Xingjuan en el Palais Royal de París; la escritora Chimamanda Ngozi Adichie en el Freedom Park de Lagos...
“Para mí son clan inspiradora -argumenta el intérprete leridano- , todos han intentado cambiar el mundo desde distintos ángulos, y a todos me acerqué pidiéndoles lo mismo: posar de espaldas y escoger su puesto en el mundo. Esa petición obliga a repasar tu vida, a osar si es más importante lo personal o lo profesional, el pasado o el presente, un buen o un mal remembranza. Porque no busco realizar el retrato de una cara, sino de una audacia”.
“Varios de los retratados -añade-me pidieron tiempo para pensarlo; algunas de las historias que encontré no se pueden explicar porque fueron muy personales. Y lo más importante es que verlos se convierta en un activador para que el espectador se pregunte cuál es su propio puesto en el mundo, y constituyan así incluso un retrato de quien mira”.
El codicioso esquema le ha llevado a varios continentes; al principio, recuerda, “asumí yo los costes. Pero durante el proceso la colección de arte del Banc de Sabadell me compró catorce retratos, unos ya hechos, otros por hacer, y eso me permitió completar los viajes”.
Su trabajo, que presenta asiduamente en la pasillo Senda, combina intención conceptual y sentido de la belleza, “una palabra proscrita en el mundo del arte presente pero que yo reivindico”. Utiliza una cámara de gran formato, con componentes de distintas marcas, y trabaja con trípode; “implica un proceso gradual y no hay ningún destreza técnico, separado de que la composición es siempre idéntica”.
Delante una filosofía visual tan sugestiva, ¿quien podría resistirse a su invitación para participar en el diálogo Me We, que reunió a casi 2000 personas de 58 nacionalidades -barceloneses de todos los orígenes- en el Liceu el pasado domingo?
Sentado con mi mujer en el anfiteatro pudimos contemplar la conversión del escena en un gran espejo de tela reflectante que devolvía nuestra imagen, y posteriormente la aparición de Bernadó sobre una plataforma de montaje, como un mago de La flauta mágica (la ópera que se está representando estos días y cuyo compostura le amparaba), dispuesto a retratarnos a los allí reunidos “como excusa para activar la consejo sobre la identidad de Barcelona”.
La diligencia del coro del Palau de la Música, distribuido entre el conocido, subrayó tras el "clic" del fotógrafo el carácter colectivo del momento.
En todo el proceso Bernadó (que aún no ha revelado cuándo ni dónde hará pública la imagen tomada), ha contado con el estímulo del director estético del Liceu, Víctor García de Gomar. Y su paso por el loco operístico barcelonés tendrá un colofón el próximo 15 de julio en el Saló dels Miralls.
"Hace poco fuí a lagunajo Telé, en la selva del Congo, una de las más inhóspitas y desconocidas del mundo; muy poca clan ha conseguido conservarse allí. Se tráfico de un lagunajo extrañamente claro en medio de la selva; con sus aguas oscuras, negras, es un espejo. Lo conseguí sobrevolar dos veces. Pondré su foto en el techo del Saló, y en el suelo, un espejo claro. La idea es que la temporada del Liceu es como el paraíso, y al enfrentarla a esta imagen, activamos una consejo sobre lo desconocido, el miedo, lo indómito".
Alfiler adecuado para otra aventura de un fotógrafo acostumbrado a pensar y proyectar a lo sobresaliente.
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