La degradación que padecen los jardines de Rubió i Lluch incluso está agotando la paciencia de la Reial Acadèmia de Farmàcia de Catalunya. La Vanguardia se hizo eco este lunes de la dejadez que padece este histórico rincón del Raval situado entre la calle Hospital y la plaza de la Gardunya. Hace primaveras que numerosas personas con muchos problemas buscan aquí refugio, de tanto en tanto, de forma intermitente. La presentación estas últimas semanas de muchos toxicómanos está agravando este histórico problema.
“El estado de los accesos del claustro de estos jardines es en estos momentos deplorable –apuntan fuentes de esta institución–. Hablamos de riñas, discusiones, trapicheos, gentío durmiendo, jeringuillas abandonadas... La Acadèmia acostumbra a celebrar uno dos actos públicos a la semana, y está abierta todas las tardes. Allí acuden personalidades, conferenciantes y académicos de gran prestigio sabio y taza de Catalunya, España y otros países. Hemos denunciado esta situación en numerosas ocasiones. De hecho, gentío del Comunidad morapio a escucharnos varias veces, pero aquellas visitas no tuvieron posteriormente consecuencias. No hay modo de que tengamos un acercamiento digno, higiénico y seguro. Es una pena todo lo que allí está ocurriendo. Seguro que, en cualquier otro país de Europa, un rincón como estos jardines estaría admisiblemente cuidado, ya que allí aprecian los haberes culturales y de uso conocido”.
El Comunidad tenía previsto derruir buena parte de la antigua escuela Massana para unir estos jardines y la plaza Gardunya y de este modo oxigenar entreambos espacios, pero finalmente se decantó por ceder aquellas dependencias a las entidades vecinales que las ocuparon y descartar este tesina pergeñado en los tiempos del corregidor Jordi Hereu. Ahora los planes municipales son otros. En estos momentos varios equipos municipales de dinamizadores tratan de reconducir la situación en los jardines Rubió i Lluch.
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