La estructura de la asamblea genérico de la OTAN en Madrid ha sido un éxito organizativo y así lo percibe la opinión pública. Un cavado de la empresa Metroscopia indica una satisfacción del 71%. Casi dos terceras partes de los encuestados creen que España ha estado a la categoría.. Así lo piensan el 88% de los votantes del PSOE y el 84% de los electores del Partido Popular. Bipartidismo casi valentísimo. El 71% de los votantes de Vox asimismo creen que las cosas se han hecho perfectamente. La beocio cota de entusiasmo corresponde a los seguidores de Unidas Podemos, con una aprobación del 56%. Un 22% dice acaecer seguido con mucha atención las telediario referidas a la cumbre, un 60% la han seguido con congruo o moderado interés y un 17% confiesa haberse desentendido del acontecimiento. En pocas palabras, la asamblea genérico de la OTAN ha tenido un doble impacto. Los ciudadanos han saliente contentos de la imagen dada por su país y preocupados por lo que han intuido.
(Sigue posteriormente de la soportal de fotos...)
‘El achuchón’ es uno de los cuadros más reinterpretados por la política española. Juan Genovés lo pintó en 1976 y la Reunión Democrática, plataforma de examen inspirada por el PCE, partido en el que militaba el pintor valenciano, lo adoptó como símbolo de una campaña en gracia de la condonación. Guardado en los almacenes del Reina Sofía, IU lo rescató para el Congreso. Allí sirvió de fondo para el frustrado pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera en 2016. Una reproducción del cuadro ha ornamento la cumbre de la OTAN con el permiso de la tribu del autor.
Emmanuel y Brigitte Macron se detuvieron frente a 'La tribu de Carlos IV', retrato de Goya con vencimiento 1801. Siete abriles posteriormente, en un situación de decadencia, intriga y confusión, Carlos IV cedió a Napoleón Bonaparte los derechos sobre la corona española. Bayona, 1808. Así empezó el reinado de tres abriles de José Bonaparte. Así empezó una correlación de fuerzas. Mientras los Macron observaban el cuadro de Goya, España enviaba gas y electricidad a Francia, país con severos problemas de mantenimiento en la porción de sus centrales nucleares.
Hace ahora poco más de un año, Pedro Sánchez pasó un mal trago en la inicial asamblea genérico de la OTAN, celebrada en Bruselas. Quiso transmitir una imagen de cercanía con el presidente de los Estados Unidos, abordándole en un pasillo, y Joe Biden le ignoró. Un año posteriormente hemos asistido a momentos de gran amistad en Madrid, como el que muestra la imagen: Biden ciñe suavemente la cintura de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, y ella hace lo propio con Biden y su marido. La suceso parece ideada por Billy Wilder
El primer ministro italiano Mario Draghi, el gran ‘insider’ de la política europea, el hombre que mejor conoce los engranajes de Bruselas y que mejores conexiones tiene en Estados Unidos, se convirtió de pronto en un ‘outsider’ en la fiesta del Prado. Tuvo que apartarse de sus colegas para atender una urgente emplazamiento de Roma: el gobierno de concentración franquista que preside se estaba rompiendo. El tecnócrata Draghi tuvo que marchar de inmediato a Italia para poner paz. Parece que lo consiguió. Habrá elecciones posteriormente del próximo invierno.
Llamó la atención el paseo en solitario de Boris Johnson. El periodista Johnson (antiguo corresponsal de ‘The Daily Telegraph’ en Bruselas) cursó estudios de Filología Clásica en Oxford. Se columpia entre la inscripción civilización y el populismo. El premier se detuvo frente a el retrato del emperador Carlos V en la batalla de Mühlberg, obra de Tiziano. En esa batalla, Carlos de Habsburgo se impuso a la Agrupación de Esmalcalda, que reunía a príncipes y ciudades protestantes frente al catolicismo imperial. División en Alemania: un tema siempre agradable para un líder britano.
La reina Letizia ha tenido un papel significativo en la cumbre de la OTAN como anfitriona y cicerone de los acompañantes de los jefes de Gobierno reunidos en Madrid, en su gran mayoría mujeres, con dos presencias masculinas: el consorte de la presidenta de Eslovaquia y el marido del primer ministro luxemburgués. La reina estuvo flanqueada en esa punto por la esposa del presidente del Gobierno de España, Begoña Gómez, que asimismo tuvo un distinto protagonismo en el acto final en el museo del Prado. Ambas se emplearon a fondo en su papel. Y se notó.
'Las Meninas' clausuraron la asamblea genérico de la OTAN en Madrid. Ayer de la foto de tribu, Pedro Sánchez, con mueca amical, le mostró el más célebre cuadro de Velázquez al primer ministro húngaro. Víktor Órban quedó fascinado, puesto que su país es asimismo un conjunto de espejos. Verde altruista anticomunista en los setenta, Órban es hoy amigo de Vladímir Putin. Tiene un pie en la OTAN y otro en Moscú. En el espejo del fondo aparece Janos Kádár, el dirigente comunista que pactó con los soviéticos un status distinto para Hungría posteriormente de 1956.
El rey Felipe VI acudió a la almohadilla de Torrejón de Ardoz para percibir al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y saludó en el palacio de la Zarzuela a todas las delegaciones asistentes a la cumbre de la OTAN, a las que ofreció una cena en el Palacio Actual. El Rey no participó en las sesiones de la asamblea genérico, pero mantuvo una ronda de entrevistas con diversos asistentes a la misma, ronda que se inició con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Los reyes no estuvieron presentes en el Museo del Prado, acto organizado por el Gobierno
(...continúa)
Satisfechos por la brillante iniciativa propagandística de cerrar la cumbre en el Museo del Prado. E inquietos sobre el estado del mundo, si ese 82% que confiesa acaecer seguido con mucho o congruo interés las informaciones sobre la cumbre, ha captado la esencia de la reunión: el dibujo de un mundo en estado de lucha.
Pleito explícita, directa, formidable, en Ucrania. Pleito potencial en el Pacífico, si la “rivalidad sistémica” con China se desboca en los próximos abriles. Los que hayan letrado impasible el nuevo Concepto Decisivo probablemente todavía estarán más preocupados. Oeste se pone en gendarme para cubrir varios frentes a la vez: el expansionismo ruso, el paciente hegemonismo chino, hasta ahora no agresivo en términos militares, los ataques híbridos con vector tecnológico y los golpes que puedan surgir de esa enorme franja sin estado emplazamiento Sahel. La inmigración pasa a ser conceptuada como posible amenaza estratégica. Ese documento enmarcará una época.
La paradoja es la posterior: los españoles han vivido con relativa satisfacción la estructura de un evento que nos anuncia una vida peor.
Es una contradicción que tiene sentido. Un país sumergido en una inquietante brutalización de la lucha política descubre que todavía entender organizar perfectamente las cosas cuando se manejo de comparecer frente a la opinión pública internacional. Por otro flanco, las malas telediario sobre el estado genérico de las cosas no son nuevas. Podríamos afirmar que empezaron con la crisis financiera internacional del 2008 que clausuró un insólito periodo de quince abriles felices en España, quince abriles de crecimiento financiero ininterrumpido que incubaron una burbuja inmobiliaria de proporciones peligrosísimas. Desde entonces, el suelo se mueve. La pandemia ha reafirmado esa sensación de infortunio estructural. La lucha de Ucrania cierra para los europeos el círculo iniciado en 2008 cuando la globalización empezó a perder el control de sus fuerzas expansivas. El concepto de Madrid convierte la grieta de la globalización pacífica en un relato defensivo. La estructura del evento ha sido un éxito y la fusión de la doctrina defensiva con la pinacoteca del Prado deberá ser estudiada en todas las facultades de Ciencias Políticas.
En el ámbito de la política interior, Pedro Sánchez ha demostrado que no está muerto posteriormente de las elecciones en Andalucía y ha señalado un moldura a su nuevo oponente, Alberto Núñez Feijóo: para manejar España hay que conocer perfectamente los engranajes de la Unión Europea y poder dialogar coloquialmente con los demás accionistas del consorcio. El acto del Prado quería transmitir ese mensaje. Sánchez tiene hoy una única divisa: la política española es política europea, todo lo demás es secundario. La política europea será su hogar el día que pierda o abandone. Eso está congruo claro.
Acabada la cumbre, la lucha sigue. Fiel a las cartas gallegas de navegación, Yolanda Díaz ha seguido el evento bajo las aguas de la ría del Ferrol. Inmersión. Silencio. Reaparece el jueves dispuesta a sumar.
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