Los sindicatos de profesores en Catalunya calentaron ayer los motores de las movilizaciones para el inicio del próximo curso escolar en el sector conocido y anunciaron la convocatoria de dos días de huelga –el 7 y el 28 de septiembre– con manifestaciones al Parlament y al Departament d’Educació, para expresar el desacuerdo con las políticas del conseller Josep Gonzàlez-Cambray. Parte del personal educativo de la concertada podría sumarse todavía aunque los docentes de centros de titularidad privada no están llamados a la huelga.
Los sindicatos presentaron la convocatoria de forma unitaria (Ustec, CC.OO., Intersindical, Aspepc, UGT, CGT y Usoc): “Será un curso ingobernable, no será un septiembre ordinario”. Explicaron que no solo se ha mantenido el calendario, pese a las peticiones de moratoria y los problemas organizativos (“aún no hay monitores”) sino que el curso empezará sin que se hayan asignados las últimas plazas escolares y con menos profesores que el año aludido, por la pérdida de refuerzos covid.
Sin bloqueo, a pesar de que expresaron su disposición a continuar con la lucha y mostraron la artillería que disponen, todavía admitieron cierto cansancio en las últimas convocatorias y quisieron dejar un mensaje para las autoridades educativas: “Hay ganancia para un acuerdo”. Y tiempo. “Nos queda julio”.
"Hay ganancia para el acuerdo", dicen los sindicatos
Igualmente el Departament d’Educació quisiera originarse un curso tranquilo y ayer, en boca de la secretaria común Patrícia Gomà, apeló a la responsabilidad de los sindicatos para propiciar un inicio de curso “ordinario” para unos alumnos que han adecuado someterse a medidas “estrictas” los dos pasados cursos para avisar los contagios por covid. “Son los principales damnificados”. Proponen retornar a la mesa y negociar a partir de la última proposición que hicieron a los sindicatos y que retiraron después.
La secretaria del área propone un “acuerdo social” para que el Govern priorice en este sector
En el discurso de la secretaria se observó un cierto alineamiento con las organizaciones sindicales que expresaron la carestia de movilizarse en septiembre, no ya solo por sus reivindicaciones laborales concretas, sino para presionar al Govern y ganar mayores capital para educación.
Eso es lo que todavía morapio a proponer Gomà: un “gran acuerdo social de país”, construido con los sindicatos, para que el Govern “priorice” sus capital y los destine al Departament d’Educació “para seguir avanzando en la reversión de los cortaduras”. La número dos de la educación catalana explicó que el Govern tiene muchas micción y que debe priorizar y que si se logra “un gran pacto” que incluya la planificación y calendarización de los cortaduras, el Govern podría comprometerse a asignar más capital en este curso y en el próximo.
El punto sino: las horas lectivas
El pacto podría originarse por sentarse de nuevo y retornar a negociar en el punto sino de la reivindicación sindical, las horas lectivas. Educació ofreció aminorar para el curso 2022-2023 una hora de clase menos por profesor en la educación inmaduro y primaria y dejar para el futuro curso esta reducción para la educación secundaria y postobligatoria. Alegó entonces a un tema presupuestario y organizativo, lo que ha vuelto a repetir: “todo a la vez no se puede, pero podemos calendarizarlo”.
Entonces, los sindicatos se levantaron porque querían conseguir una medida para todo el profesorado y no solo para una parte del mismo lo que no se hubiera entendido a posteriori de tantos días de protestas. y desconfiaban de la ejecución. Esta sombra todavía estaba en la presentación de ayer.
Gomà añadió que es una buena medida para el alumnado y que “se está aún a tiempo” porque si admisiblemente la plantilla estructural ya está asignada, se pueden incorporar dotaciones de profesorado a través de refuerzos en verano.
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