Calor, muchísima calor, es la constante en nuestro país. Y ello supone cambios en los usos y las costumbres. Estamos viendo que el cambio climático ha venido para quedarse. Tras un mayo y un junio excesivamente calurosos, seguimos soportando un clima que impide realizar cualquier tipo de actividad. Las distintas cumbres del clima no han servido para mucho, cedido que “nos han pillado con el carrito del helado”, lo que supone que en espacio de batallar contra el cambio climático nos tengamos que adaptar a esta nueva situación.
Los intereses económicos y políticos han impedido cambiar los hábitos en los usos de los combustibles por parte de los responsables de las industrias y de la política. Hoy asistimos al “sálvese el que pueda”, porque los intereses de las élites no están en el clima. ¿Solo importan los resultados electorales?
Pedro Marín Usón
Zaragoza
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