Con un dominio poco más distendido que el que se respiraba el 24 de abril, cuando se reunieron pocos días a posteriori de destaparse el espionaje con Pegasus, Laura Vilagrà y Félix Bolaños se han reunido esta mañana durante una hora y media nuevamente en el Palau de la Generalitat para avanzar en el restablecimiento de las relaciones entre los gobiernos gachupin y catalán. De este altercado ha saledizo la plazo del cara a cara entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès. Será el 15 de julio, adaptado a posteriori del debate de la nación en el congreso, y de ella se prórroga que tras alisar asperezas se produzca el tercer altercado de la mesa de diálogo, que no se convoca desde el 15 de septiembre del año pasado. De hecho, Vilagrà ha asegurado que existe el compromiso por las dos partes de que este espacio para resolver el conflicto catalán se reúna en dos ocasiones antaño de que finalice el año.
Las dos partes acuerdan que la mesa de diálogo se reúna dos veces antaño de arruinar el año
Pero la cita de hoy entre la consellera de Presidència y su homólogo en la Moncloa incluso ha fructificado un compromiso para que los contactos entre el Govern y el Ejecutor central se efectúen con “respeto a los derechos fundamentales”, como ha anunciado Bolaños. Una forma perifrástica para expresar implícitamente que se darán garantías de no repetición de espionaje, como en otras ocasiones ha reclamado el Ejecutor catalán con los puntos en las íes .
Por su parte, Vilagrà ha remarcado que se ha pactado un documento metodológico en el que se recoge las "garantías y condiciones para reanimar el proceso de negociación". Por otra parte ha aseverado que la delegación catalana exigirá dos nuevas condiciones más para el diálogo: detener la vía legal y "la represión que está recibiendo el movimiento independentista", y recobrar confianzas. La reunión de presidentes abordará estas dos últimas carpetas.
Vilagrà asegura que los presidentes abordarán que se detenga la "represión al independentismo" y la reconstrucción de confianzas
Bolaños ha destacado el "tono constructivo" y que se han ajustado acuerdos importantes para "robustecer la relación institucional y política" entre ambo gobiernos. Un acuerdo que se friso en lo ya pactado el 22 de junio y que va en la columna de "una defensa consecuente del diálogo". Ha remarcado que se ha reafirmado la envite por agenciárselas soluciones políticas y compartidas y que sean duraderas, "en empleo de una política judicializada que cronifica los conflictos y que no lleva a ninguna parte".
Sin dejar de tener presente la demanda de un referéndum, el objetivo del Govern es incluso avanzar en torno a “la desjudicialización” de la política, o, en palabras del independentismo, en torno a el fin de la represión. Aragonès prórroga obtener un compromiso de Sánchez en este sentido. En el trasfondo, por ejemplo, los numerosos casos que pueden implicar penas de prisión para cargos independentistas en los juzgados de instrucción 13 y 18 de Barcelona, o en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) por el 1-O.
El altercado entre los dos presidentes es una demanda de Aragonès que expresó poco a posteriori de que Citizen Lab hiciera conocido el espionaje a una sesentena de personas del en torno independentista. La aviso provocó que el Jerarca del Govern congelara los contactos políticos. El deshielo empezó hace dos semanas, cuando en la Moncloa se vieron Bolaños y Vilagrà por segunda vez tras destaparse el escándalo.
A la reunión entre Sánchez y Aragonès podría seguirle poco a posteriori un nuevo altercado de la mesa de diálogo. De hecho, el presidente del Gobierno ya señaló la posibilidad de que se dé este mes de julio. Desde el Govern no lo han descartado y incluso creen que es podría ser factible, teniendo en cuenta que el debate de la nación en el Congreso de los Diputados se celebrará los días 12, 13 y 14 de julio, y que tras este se abre un periodo en el cual la Moncloa no cree que haya factores políticos externos que puedan hallarse condicionados por los contactos con los independentistas. Siquiera Vilagrà lo ha descartado, si adecuadamente ha subrayado "tiene que activo resultados", contenido, y que si no se dan la Generalitat no convocará la mesa.
Bolaños y Vilagrà han comparecido por separado tras el altercado de hoy. Ha habido coincidencias, pero a la hora de opinar sobre si las relaciones se han restablecido las diferencias han sido claras. Mientras el ministro ha asegurado que con el documento firmado se "certifica la estabilidad y la solidez de las relaciones políticas institucionales entre uno y otro gobiernos" , Vilagrà ha considerado lo contrario: "Mientras aún tengamos sobre la mesa la posibilidad de que haya inhabilitaciones, que nos espíen, que haya personas que puedan ir a la prisión, es obvio que las relaciones no están normalizadas" Disparidad sobre el estado de las relaciones
Sea como sea, que la reunión entre la consellera y el ministro ha sido poco más relajada que la que mantuvieron en abril lo demuestran dos hechos: Vilagrà ha recibido a Bolaños a las puertas de Palau., y una vez en su despacho se han sentado en el sofá. En el primer altercado, la Generalitat escenificó un dominio mucho más cortante, con uno y otro mandatarios posando delante la prensa sentado en cada una de las puntas de la mesa que la titular de Presidència tiene en su despacho.
Sin Turull en la mesa de diálogo
Con todo, hoy la consellera ha colocado una foto significativa entre uno y otro: una imagen del 23 de noviembre con Vilagrà posando anejo a los exconsellers de Presidència. Entre ellos, Jordi Turull, secretario genérico de Junts per Catalunya y al que hoy el ministro de Civilización y Deporte, Miquel Iceta, ha situado en primer plano en RAC1 al prestarse a que esté presente en la próxima reunión de la mesa de diálogo. Sin secuestro, Bolaños ha enmendado a Iceta y ha asegurado que la Moncloa "envite por que los miembros de las reuniones sean lógicamente de esos gobiernos". Vilagrà ha seguido la misma columna: "No ha habido ninguna novedad y el planteamiento siempre ha sido el mismo, miembros de los dos gobiernos".
Que en este espacio estuvieran miembros que no pertenecen al Govern creó polémica. Aragonès compareció en rueda de prensa poco antaño de la segunda cita de la mesa de diálogo para explicar su negativa a que formarán parte Jordi Sànchez, Jordi Turull y Míriam Nogueras, todos de Junts, pero sin ser parte del Govern. Igualmente Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, respondió con un “absolutamente no” a la pregunta de si la Moncloa los habría aceptado.
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