Todos somos diferentes: un alegato contra la "cultura del descarte"

En títulos tan celebrados como La casta (2007), el escritor, ensayista y periodista italiano Gian Antonio Stella ha destacado por sus trabajos de investigación y denuncia social. En su postrer volumen aborda sin filtros un tema tan necesario como controvertido. Distintos es un toque a la conciencia colectiva, un fresco descarnado de las atrocidades cometidas por la humanidad en presencia de la diferencia física y cognitiva, pero todavía un hermoso itinerario por la lucha de los discapacitados para cambiar la historia.

En su documentado estudio, Stella transita por todas las épocas para profundizar en la terrible sinceridad de “la civilización del eliminación”. Los ejemplos se suceden, y no solo en escenarios marginales. Las políticas eugenésicasempezaron antiguamente del Tercer Reich, cuyo régimen justificó la matanza de millones de personas, y no desaparecieron tras la Segunda Extirpación Mundial.

Un cartel de una conferencia de 1921 sobre eugenesia, que muestra los estados de EE.UU. que habían implementado la legislación de esterilización.

Cartel de una conferencia de 1921 sobre eugenesia, que muestra los estados de EE.UU. que habían implementado leyes de asepsia.

Dominio manifiesto

Afán de superación

¿Qué une a Romito 8, un separado antepasado de hace dos mil quinientos abriles, con Homero, Toulouse-Lautrec, Stephen Hawking o Greta Thunberg? Su diferencia hábil. Personas cuya discapacidad no les ha impedido desarrollar su talento, franqueando barreras de todo tipo.

En las páginas de este volumen discurren casuísticas muy diversas, en su maduro parte marcadas por el estigma social y el poder de superación. Pero no se manejo de una mera relación. En Distintos, su autor realiza un tránsito por esta historia de discriminación y planea por dramáticas realidades del pasado. Otras son más próximas y tienen nombre propio, como Joe Kennedy o Arthur Miller. El autor expone el escapismo de estos personajes en presencia de la discapacidad de sus hijos.

Frida Kahlo en 1937

Frida Kahlo en 1937

Library of Congress. Toni Frissell

Pero todavía recupera la gloria de otras figuras, como Frida Kahlo. Pese a sus terribles dolores –“intenté ahogarlos, pero aprendieron a nadar”–, la pintora mexicana supo predominar y exhibirse. Sí, exhibirse. Es opinar, lo contrario de lo que Platón recomendaba para los niños “físicamente deformes”: “Serán escondidos por razones de conveniencia en un puesto inaccesible y desconocido”.

Distintos

Barcelona: Libros de Vanguardia, 2022
280 pp. 22 €

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