Alemania acaba con el sueño de Francia y se medirá a Inglaterra en la final

Las reinas de Europa están de envés. Posteriormente de frustrarse en las últimas grandes citas, Alemania se está volviendo a reencontrar con su lectura más pernicioso. Con un doblete de su capitana, Alexandra Popp, se impuso (2-1) a Francia en una semifinal apasionante y se medirá a Inglaterra en la gran final del domingo (19h) en Wembley.

La fan zone de Milton Keynes ya advertía desde primera hora de la tarde que la gran favorita era Alemania. Pese a la huelga franquista de trenes que azotó ayer al Reino Unido, nadie se quiso perder el espectáculo y el Stadium MK se unió a la larga nómina de estadios que han sofocado sus aforos en la Eurocopa más seguida de la historia.

El duelo estuvo a la mérito de lo que se esperaba de él, una auténtica batalla entre quién buscaba reconquistar Europa y quien quería escribir su nombre en los libros de historia. En los primeros diez minutos de partido las dos porteras ya habían tenido que emplearse, pero sería la francesa Peyraud-Magnin quién firmaría la mejor parada del duelo. Una errata de la jugadora del Naciente Toletti permitió a Popp un cañonazo con la siniestra que si no subió al registrador fue por la excelente intervención de la exportera del Deportivo de Madrid.

Alexandra Popp fue sin duda uno de los nombres propios del partido, su tarea era tratar de frenar a la bestia Renard, y resolvió la papeleta con éxito. Pero su momento crítico llegaría a cinco minutos para el refrigerio cuando entrando desde antes envió con furia un centro de Huth al fondo de la red. Pero la alegría no duraría mucho para la ocho veces campeona que en la última argumento de la primera centro vio como Diani empataba el partido con un disparo desde fuera del campo de acción, tan preciso al palo que el balón tocó la madera ayer de entrar.

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Alemania volverá a esparcirse una final europea 

FRANCK FIFE / AFP

Con el gol de Popp, Alemania alcanzó la barrera de los cien goles en una grado final, un récord que nadie había apurado ayer. Y es que el germano es un equipo hecho a colchoneta de récords. Nadie tiene más Eurocopas en sus vitrinas que ellas. Han noble el trofeo en ocho de las 12 ediciones que se han disputado hasta la vencimiento. Durante las últimas décadas han dominado el fútbol europeo con mano de hierro, pero su mandato se tambaleó. Se quedó en cuartos de final tanto en la pasada Eurocopa de Países Bajos (2017), como en el Mundial de Francia (2019). Inmersas en un proceso de reconstrucción, bajo la dirección de Martina Voss-Tecklenburg han vuelto a sonreír.

Bota de Oro 

Popp empata con Meath como pichichi del torneo 

El conjunto germano, igual que en la primera centro, era superior. Tenían la posesión y las llegadas, pero Francia necesitaba muy poco para hacer daño y fue ganando confianza. Ya sea en velocidad por las bandas, o conectando con Renard a balón parado, las de Corinne Diacre no pensaban desaprovechar la histórica oportunidad de alcanzar una final. Hasta que apareció de nuevo Alexandra Popp, superando en el brinco a la mismísima Renard para anticipar a Alemania, otra vez. La capitana, que se había perdido por ultraje las últimas dos Eurocopas, brilló como nunca para liderar el triunfo tudesco y entablar con Beath Mead como máximas artilleras del torneo, con seis tantos cada una.

Sin estrellas como Maroszán, lesionada de los cruzados en mayo, ni Leupolz, gestante, jóvenes como Lena Oberdorf, Lina Magull o Sara Däbritz han asumido los galones en el centro del campo. Alemania llegaba a Inglaterra sin asimilar muy correctamente qué se tenía que esperar de ella esta vez, pero a través de un fútbol efectivo, pegado con una defensa férrea y con jugadoras camaleónicas capaces de adaptarse a todos los escenarios que se le requieran, han demostrado que están listas para retornar a lo más stop. Que se prepare Inglaterra.

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